El gobierno federal ha firmado varios acuerdos multimillonarios para promover a México en encuentros deportivos de primer nivel: pactó el regreso de la Fórmula 1 a cambio de 360 millones de dólares y decidió desembolsar 60 millones de pesos para difundir la “marca México” en peleas del Consejo Mundial de Boxeo. Pero hay tres problemas: los contratos son opacos, se acaban de anunciar grandes recortes presupuestales y no se han difundido estudios serios acerca de los beneficios que traerán esas inversiones.
MÉXICO, D.F: En el primer año del recorte presupuestal, al gobierno federal no le bastó gastar 360 millones de dólares para traer de regreso la Fórmula Uno (F1). También pagó 60 millones de pesos al Consejo Mundial de Boxeo (CMB) con el fin, supuestamente, de promover el país.
Con el argumento de impulsar la marca país/México, la administración de Enrique Peña Nieto celebró un contrato por medio del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM, que depende de la Secretaría de Turismo) con el CMB. Ahí se pacta que en 15 peleas –incluidos los combates entre Floyd Mayweather Jr., contra Manny Pacquiao y Saúl Canelo Álvarez contra James Kirkland– aparecería el logotipo Visit Mexico, impreso tanto en la lona como en las cuerdas del ring.
El contrato MTB/DRNA/005/2015 fue adjudicado de forma directa a World Boxing Council, Inc. (WBC), “empresa de nacionalidad puertorriqueña” –según se asienta en el documento. En realidad se trata de una compañía estrechamente vinculada con el propio CMB (con sede en la Ciudad de México) y dedicada a la comercialización, toda vez que los objetivos del consejo se concentran básicamente en regular las peleas, sancionarlas y realizar las clasificaciones de los boxeadores.
En dicho convenio de prestación de servicios, signado en Nueva York el pasado 11 de marzo, el gobierno se compromete a pagar al WBC 3 millones 950 mil dólares (59 millones 250 mil pesos).
No es un caso único. El CPTM también está detrás del Gran Premio (GP) de México de la F1, que en noviembre próximo retornará al país luego de 23 años de ausencia. En julio pasado, los gobiernos federal y capitalino, así como Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE, socia de Televisa), anunciaron la vuelta del GP de México, que se celebrará anualmente durante los próximos cinco años.
Para promover Visit Mexico en la F1, la administración peñanietista realizará un pago de 360 millones de dólares, de los que ya entregó una parte a CIE, responsable del contrato signado con Formula One Management, administradora de los derechos comerciales de la serie.
El GP de México obliga al gobierno federal a un desembolso anual de 72 millones de dólares. El presidente Enrique Peña, de hecho, celebró el pasado 23 de julio el regreso del evento en su cuenta de Twitter, al justificar: “Con la @F1 en nuestro país, México tendrá beneficios económicos por 2 mil millones de dólares, y se generarán cerca de 18 mil empleos”. Pero no ha difundido ningún análisis que respalde su dicho.
No es todo. En abril de 2012 la escudería Sauber de F1, en la que figuraban el piloto tapatío Sergio Checo Pérez y el japonés Kamui Kobayashi, anunció un acuerdo con el CPTM para lucir el logotipo de Visit Mexico.
Información solicitada por Proceso y entregada por el Sistema de Solicitudes de Información (Infomex) confirma que en noviembre de 2012 el CPTM avaló el patrocinio Visit Mexico con Sauber durante al menos 12 de los 18 Grandes Premios que restaban de la temporada de ese año.
El contrato –firmado con la empresa Make Pro S.A. de C.V. “con el objeto de posicionar la marca México/País en los vehículos de la escudería Sauber F1 Team”– acordó un pago de 2.9 millones de dólares. El convenio se celebró el 19 de mayo de 2011 por la representante legal del CPTM, Martha Verónica Estrada Díaz, y el representante legal de la empresa proveedora, Eduardo Mondragón Mora.
La marca apareció impresa en los alerones traseros de los dos monoplazas Ferrari C31 de Sauber, con la que el mexicano Pérez irrumpió en los grandes circuitos mundiales.
La oscuridad del box
La reciente alianza entre el CPTM y World Boxing Council, Inc., resulta costosa. Con 60 millones de pesos, por ejemplo, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, podría haberse comprado siete residencias como la que adquirió en Malinalco, Estado de México. El funcionario se hizo de la lujosa vivienda –que también perteneció al exdirector de la Conade, Nelson Vargas– tras un pago de 7.5 millones de pesos, en octubre de 2012.
Antes de verse inmiscuido en ese escándalo, en enero pasado Videgaray anunció un recorte al gasto público por 124 mil 300 millones de pesos para este año. El propósito, justificó, era estabilizar las finanzas públicas, afectadas por la caída en el precio del petróleo.
El contrato celebrado entre el CPTM y el CMB, vía World Boxing Council, Inc., y obtenido por este semanario a través de la solicitud a Infomex con número de folio 2135500008315, es poco claro.
El convenio de 20 páginas que entregó Infomex sólo se refiere a 15 peleas profesionales, pero no especifica el tipo de combates ni los escenarios en que aparecerá la marca promovida, de acuerdo con la hoja de respuesta que entregó el 17 de junio pasado la directora de Tecnologías de Información de Infomex, Laura Adriana Castillo Castro. A falta de Anexo Técnico, Castillo Castro tampoco sustenta los motivos para signar el millonario acuerdo.
En cambio, se consigna que, a la fecha de la firma, el CPTM cuenta con la asignación presupuestaria y la disponibilidad de recursos suficientes para el pago de los servicios pactados, conforme al presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para el ejercicio fiscal 2015 y al calendario de gasto autorizado al CPTM, responsable de colocar toda la publicidad y propaganda del país en el mundo.
El contrato fue firmado, por una parte, por el CPTM, representado por el director regional para Norteamérica y representante legal, Rodrigo Esponda Cascajares, asistido por Yadira López Salas, directora general adjunta de Mercadotecnia y Promoción, y por el directivo ejecutivo de Mercadotecnia, Alberto Llanes Álvarez. Por la otra parte, la empresa World Boxing Council, Inc., rubricó el acuerdo a través de su representante legal, Miguel Ernesto López García, quien también funge como contador del CMB.
El proveedor, World Boxing Council, Inc., declara ser una empresa de “nacionalidad puertorriqueña, legalmente constituida conforme a las leyes de Puerto Rico”, con domicilio fiscal en calle Fortaleza número 260 en San Juan de Puerto Rico, como se hace constar en el Certificado de Incorporación con número de registro 21462-SF, de fecha 6 de mayo de 1991, pasado ante la fe del notario público Gabriel I. Peñagaricano, de aquel país.
Sin embargo, cuando se intenta acceder al sitio web de la citada compañía, el enlace remite directamente al portal oficial del CMB, que preside el mexicano Mauricio Sulaimán, quien heredó el cargo tras la muerte de su padre, José, en enero de 2014.
Las cláusulas del convenio únicamente refieren que el proveedor se obliga a prestar los servicios de promoción de la marca México en las veladas del CMB a realizarse en Estados Unidos durante 2015.
Entre las cláusulas se especifica que las cantidades a pagar “serán fijas durante toda la vigencia del contrato, y deberán ser atendidas con todos los impuestos que genere la prestación de los servicios contratados. Por lo tanto, cada una de las partes se obliga a dar cumplimiento a las obligaciones fiscales que le correspondan”.
World Boxing Council Inc., también será responsable de todo tipo de impuestos y otros gastos surgidos de su papel de contratista independiente o derivados del empleo entre el proveedor, su personal y la prestación de los servicios, así como de todas las obligaciones y responsabilidades patronales en materia fiscal, laboral y de seguridad social, “manifestando que cuenta con recursos suficientes y propios para cumplir con dichas obligaciones y responsabilidades, motivo por el cual se obliga a sacar en paz y a salvo al CPTM de cualquier conflicto individual de trabajo en contra de este último”.
El combate del pasado 2 de mayo entre el estadunidense Floyd Mayweather Jr. y el filipino Manny Pacquiao, en el MGM Grand de Las Vegas, fue el más esperado de los últimos años por los aficionados al pugilismo y, por ello, el duelo resultó el más lucrativo y de mayor impacto mediático en la historia. La contienda, sin embargo, resultó un fraude según la opinión mayoritaria de los analistas.
Según agencias de información, la cerveza mexicana Tecate, que también patrocina al club Barcelona y pertenece a Grupo Heineken, rotuló su logotipo en el centro del cuadrilátero de la llamada “Pelea del Siglo” a cambio de 5 millones de euros. En segundo término apareció Visit Mexico, marca que estuvo presente en dos de las cuatro esquinas y en uno de los encordados.
La esperada pelea protagonizada por Mayweather y Pacquiao arrojó cifras sin precedente en la historia del pugilismo profesional: fue la más vista por televisión de pago por evento, con un total de 4.4 millones de personas que adquirieron el servicio sólo en Estados Unidos. Por este rubro, los empresarios ingresaron 440 millones de dólares del total de 600 millones de dólares recaudados en la velada.
En total, el gobierno de Peña Nieto se comprometió a pagar 3 millones 950 mil dólares para la compra de espacios durante 15 peleas profesionales, lo que equivale a un desembolso real de 3 millones 950 mil pesos por función. No obstante, se desconoce hasta ahora el retorno de la inversión que se espera.
Los detalles
El presidente del CMB, Mauricio Sulaimán, confirma en entrevista que el paquete de promoción en 15 peleas también incluye la próxima contienda de Saúl Álvarez que, adelanta, probablemente será contra el puertorriqueño Miguel Ángel Cotto en noviembre.
El convenio, explica Sulaimán, contempla peleas transmitidas por HBO, y busca colocar la marca México en el mercado estadunidense, “el principal cliente del turismo. Aproximadamente 80% de los turistas que visitan nuestro país provienen de allá”.
Según el presidente del CMB, el convenio con el CPTM ha sido “bien recibido” entre los televidentes y los medios: “Una pelea no sólo es subirse al cuadrilátero, y ahí se acaba todo. Hay muchas notas previas y repeticiones en fotografías, en videos, en películas, y la mancuerna que se ha logrado ha sido un éxito rotundo, porque continuamente (la marca) México se está viendo en todo el mundo”.
–¿Desde cuándo opera la empresa World Boxing Council, Inc., que firma el convenio con CPTM? –se le pregunta.
–Es el Consejo Mundial de Boxeo. Tenemos 53 años de operar a nivel mundial. El CMB garantiza los mejores eventos, que sea algo exclusivo, que la marca esté presente de manera exclusiva en las grandes peleas.
–¿Cuál fue la razón del CMB para acreditar su domicilio en San Juan de Puerto Rico?
–Es cuestión del comité correspondiente, pero el CMB está constituido en muchos países. (Fueron) cuestiones de la gente de la operación de la Tesorería y de los registros de los organismos.
–¿Técnicamente no era mejor registrar el mismo domicilio de la sede del CMB, en la Ciudad de México?
–No lo sé. Me involucro en garantizar que se den los mejores resultados (en relación con la marca México), hablar con los promotores… Ésas son cuestiones administrativas. De eso no tengo ni la menor idea de qué será, pero le estoy diciendo que el CMB está registrado en muchos países porque tenemos operaciones en 165 naciones afiliadas, y en 165 tenemos influencia. Ahí llega el organismo.
–¿Es decir que el contrato con el CPTM se pudo haber registrado en cualquiera de estos países?
–En cuestiones administrativas, con mucho gusto le puedo buscar los datos específicos, pero esto no lo manejo, no lo conozco a detalle, mucho menos en estos momentos que estoy viajando.
Los recursos derivados de este convenio, sostiene Sulaimán, son canalizados mediante un programa “muy complejo y global”, que incluye la participación de promotores de boxeo en las 15 funciones que comprende el convenio, publicidad en las sedes de las peleas, en campañas para la prevención de adicciones y la delincuencia, y “en rescatar espacios públicos, pláticas de concientización y entrenamientos públicos”.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: RAÚL OCHOA.
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