"El regreso de los paramilitares a Acteal es una bomba de tiempo, ya que en cualquier momento puede explotar", advierte la organización social en Chiapas.
Tras la audiencia pública por el caso de la masacre de Acteal ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, representes y sobrevivientes agrupados en la organización Las Abejas anunciaron, en San Cristóbal de las Casas, que a casi 18 años de los hechos, “no aceptamos llegar a una solución amistosa con el Estado Mexicano”.
Lo anterior, argumentaron, porque “no hay justicia, el Estado mexicano no ha garantizado la no repetición de hechos como el de Acteal, al contrario, sigue masacrando a nuestro país, sigue desapareciendo estudiantes, sigue reprimiendo a maestros y maestras. El Estado mexicano se ha convertido en una máquina de terror que no se sacia de derramar sangre inocente”.
En el comunicado de Las Abejas se señala que “la masacre de Acteal fue consecuencia de la estrategia contrainsurgente del Estado mexicano en contra de los zapatistas y en contra de las comunidades y pueblos organizados y críticos al sistema de muerte”.
“La masacre de Acteal es un crimen de Estado, porque el gobierno bien pudo detener y evitar la masacre y evitar desplazamientos forzados y robos de pertenencias. Pero, no lo hizo, porque las amenazas y acciones de terror que cometían los paramilitares antes y durante la masacre de Acteal estaban respaldadas por la Policía de Seguridad Pública del Estado y el mismo Ejército federal. El 22 de diciembre de 1997, la masacre duró aproximadamente 6 horas, sin que la policía que se encontraba a escasos 200 metros actuara para impedir la masacre”, expuso la organización.
“Sabemos por el testimonio de los propios policías y funcionarios que estuvieron en el lugar de los hechos, que los cuerpos lo debían levantar pronto, antes de que la prensa llegara y se diera cuenta de la magnitud de la masacre. Por eso desde las 3 de la mañana al día siguiente de la masacre, comenzaron a juntar los cuerpos, sin tomar las debidas diligencias para preservar el lugar, principalmente de cómo se encontraban masacrados nuestros hermanos y hermanas y niñas y niños”, abundó.
“Los 45 cuerpos fueron llevados a Tuxtla Gutiérrez, a una distancia de más de 4 horas de camino. Nunca se tomó el consentimiento de sus familiares para ese traslado; todos ellos fueron amontonados en un convoy de redilas, de la misma policía, sin tomar ninguna medida, sin compasión. Allá en Tuxtla les quitaron sus órganos, nos los entregaron todos vacíos y algunos con un alto grado de descomposición. Eso fue muy duro para nosotros porque esa no es nuestra costumbre tsotsil, esa no es la forma de vivir el duelo”, añadió.
Para la organización chiapaneca “la impunidad es parte de la estrategia de contrainsurgencia, porque desgasta y divide a los sobrevivientes, y eso nos ha traído grave dolor. La política de desgaste integral del Estado mexicano es su arma para matar nuestra memoria, para así dejar en impunidad su crimen”.
“Ahora los paramilitares están contentos y libres caminando por donde quiera en nuestras comunidades y sobre todo en Acteal. Porque es el mismo gobierno quien permitió regresar y los premió con casas, tierras y dinero. El regreso de los paramilitares a Acteal es una bomba de tiempo, ya que en cualquier momento puede explotar, porque ahí están sus armas enterradas y lo pueden utilizar cuando reciban la orden del gobierno así como fueron ordenados a robar, a sembrar terror a quemar casas y masacrar a 45 personas en Acteal”, alertó.
“A pesar de la impunidad que prevalece en la masacre de Acteal y a pesar de que nuestro país desangre, no nos callamos, no retrocedemos, no nos humillamos ante un Estado criminal, no le tenemos miedo”, finalizó la ONG.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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