Inquiere Peña a Preciado en Playa Paraíso.
Playa Paraíso, Col. A unos metros de la destruida avenida principal de este pueblo pesquero, entre mujeres, niños y hombres suplicantes de apoyo para reconstruir sus casas y negocios, el presidente Enrique Peña Nieto fue en busca del senador panista Jorge Luis Preciado, quien observaba a escasa distancia la reunión con los pobladores afectados por el huracán Patricia.
–Jorge Luis, ¿tú andas haciendo campaña o estás ayudando? –preguntó Peña Nieto.
–¡Nooo! –replicó el ex candidato panista al gobierno del estado–, yo vine a acompañar al presidente de Tecomán, porque sus playas resultaron afectadas.
–Me da mucho gusto –repuso el Presidente–, ahora yo voy a llevar la labor de reconstrucción. Yo voy a ayudar en la reconstrucción; en la parte política, ¡en esa ni me meto!
Así, Enrique Peña se despidió de Preciado, una vez que el vocero presidencial, Eduardo Sánchez, lo condujo hasta el panista, en medio de la tragedia de los de Playa Paraíso.
Antes, Preciado, rodeado de ayudantes y acompañado de una despampanante mujer, respondió con júbilo a quienes le gritaban: ¡Preciado, mi próximo gobernador, chingao!
–¡A güevo, putos! –replicaba gustoso.
Se le preguntó si pretendía hablar con Peña Nieto: No, el Presidente trae su propia agenda.
No obstante, la emprendió contra el gobernador Mario Anguiano Moreno. Se involucró en la campaña con todo. No esperaban el resultado, remontamos 26 puntos. Yo estoy esperando a que el Congreso convoque a elecciones y la elección se lleve a cabo. Voy a ser candidato.
Expuso que el gobernador saliente debe responder ante el Congreso. El artículo 59, fracción quinta, dice que sí hay causal de responsabilidad (por la intervención del gobierno en las elecciones), y el Congreso va a iniciar un proceso de responsabilidad, tanto a Rigoberto Salazar como al mismo gobernador. Por su culpa se perderán millones de pesos que se destinaron a la elección, como para que él lo eche a perder.
En esas estaba cuando Eduardo Sánchez se acercó a saludarlo. Se despidieron y minutos después Peña se acercaba a Preciado.
FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: ROBERTO GARDUÑO.
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