MÉXICO, DF: El cuerpo del sacerdote Erasto Pliego de Jesús, quien fue reportado como desaparecido hace algunos días, fue encontrado calcinado hoy en el municipio poblano de Nopalucan.
De acuerdo con los primeros reportes policiacos, el cadáver de Pliego se encontró en un paraje denominado colonia La Granja, en un camino que conecta a las comunidades de San Juan Bautista y El Silbato.
La Arquidiócesis de Puebla, a la que pertenecía el sacerdote, había reportado su desaparición hace más de una semana. La última vez que se le vio con vida –según los informes– fue a bordo de una camioneta blanca Chevrolet Trax 2015.
Monseñor Víctor Sánchez Espinosa, arzobispo de Puebla, pidió entonces ayuda a las autoridades para dar con el paradero de su párroco. Dijo:
“Ya se hizo la denuncia, tanto la persona que lo atendía como la secretaria hicieron declaraciones y yo espero en Dios que nos ayuden. Tanto ellos como nosotros estamos en la misma situación, quisiéramos tener noticias favorables, esperamos que no sean noticias tristes”.
El sacerdote Pliego de Jesús era originario del estado de Morelos, pero ya llevaba casi tres años ejerciendo su ministerio en la Arquidiócesis de Puebla.
Su muerte se suma a la serie de asesinatos cometidos contra religiosos católicos en México, considerado como el país más peligroso del mundo para ejercer el ministerio sacerdotal.
En su reporte de 2014, titulado “El riesgo de ser sacerdote en México”, el Centro Católico Multimedial –que lleva el registro de los religiosos caídos– asegura que en el país “la tendencia de atentados contra sacerdotes sigue al alza”.
Y agrega que tan sólo en los dos primeros años del sexenio de Enrique Peña Nieto los ataques contra sacerdotes aumentaron en 100% respecto del mismo periodo de la administración anterior.
Según este informe, Guerrero es el estado donde más curas han sido asesinados. El último de ellos fue Gregorio López Gorostieta, quien en diciembre del año pasado fue “levantado” y luego ejecutado de un balazo en la cabeza.
En situaciones similares murieron los sacerdotes Habacuc Hernández, Joel Román Salazar y Ascensión Acuña. Todos ellos trabajaban en las diócesis del estado de Guerrero.
Ahora se les suma el padre Pliego, de la Arquidiócesis de Puebla.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: RODRIGO VERA.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=420954
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