El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos del gobierno de Enrique Peña Nieto, implica una inversión de miles de millones de dólares. Por lo pronto, en las licitaciones para las obras preliminares se les asignaron contratos a empresas y consorcios relacionados por negocios o lazos familiares con el priismo mexiquense. Y todavía falta lo mejor del botín…
MÉXICO, DF: Aunque el gobierno federal presumió de máxima transparencia y de que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lo asesoró en “integridad” y “mejores prácticas”, no evitó que los primeros contratos para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) se asignaran a constructoras relacionadas por vía familiar y de negocios con el priismo mexiquense.
Entre los ganadores de las primeras tres licitaciones destaca Transportaciones y Construcciones Tamaulipecos (Tracotamsa), propiedad de Rolando Cantú Barragán, un contratista que hasta hace poco sólo operaba en Tamaulipas y es primo de Juan Armando Hinojosa Cantú, el dueño de Grupo Higa, quien construyó y financió las residencias de la primera dama, Angélica Rivera, y del secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Desde noviembre de 2014, este semanario publicó que Tracotamsa pasaba por una fase de prosperidad (Proceso 1985). Pero fue hasta el pasado 16 de diciembre cuando salió de Tamaulipas y el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) le asignó la construcción de caminos provisionales del NAICM por más de 608 millones de pesos.
Tracotamsa concursó y ganó la licitación en consorcio con Inmobiliarios Mexicanos, de la cual no se encontraron antecedentes de proveeduría gubernamental, sólo de oferta de vivienda en Reynosa, donde radica su dueño y de donde también es originario Hinojosa. El columnista de Milenio Tampico Eduardo Javier González publicó el 21 de diciembre que Inmobiliarios Mexicanos pertenece a Cantú Barragán.
El mismo 16 de diciembre, el GACM anunció el fallo de la segunda licitación, en la que ganó el consorcio formado por Omega Construcciones Industriales, Calzada Construcciones (Calco) y Construcciones y Dragados del Sureste (Cydssa). Las dos últimas están asociadas de manera permanente en la razón social Hidrovías y Carreteras (Hycsa).
Calco es propiedad de Alejandro Calzada Prats, hijo del priista tabasqueño Feliciano Calzada Padrón, que fue secretario particular de Roberto Madrazo Pintado y colaborador en sus aventuras presidenciales de 2000 y 2006 (Proceso 1245 y 1999). El grupo político de Madrazo ha tenido una histórica relación con la familia Hank, cuyo extinto patriarca, Carlos Hank González, fue cabecilla del llamado Grupo Atlacomulco. En tanto, Cydssa, también de origen tabasqueño, es encabezado por Sergio Roberto Valenzuela Aguilera.
Hycsa señala en su sitio de internet que para operar concesiones carreteras está asociada con La Peninsular. Esta constructora es subsidiaria de Grupo Hermes, el corporativo de Carlos Hank Rohn, hijo de Hank González.
Omega Construcciones Industriales es parte del Grupo Omega, un conjunto de empresas con numerosos contratos con el Gobierno del Distrito Federal para obras como la remodelación del Autódromo Hermanos Rodríguez y la Línea 6 del Metrobús. Se especializa en construcción de infraestructura, además de ser concesionaria de carreteras y franquicias gasolineras.
Omega, propiedad de Jorge Miguel Melgarejo Hadad, forma parte del consorcio que construirá la tercera etapa del tren interurbano México-Toluca, otra obra emblemática para la administración peñanietista y cuyos principales constructores son cercanos a la élite política mexiquense y a las empresas relacionadas con ella.
Es el caso de OHL México, filial de la trasnacional española con acusaciones de corrupción. La preside el priista José Andrés de Oteyza, quien fue secretario de Estado en el sexenio de José López Portillo, y fue miembro de su consejo el actual titular de Pemex, Emilio Lozoya Austin. Para la licitación correspondiente, OHL México participó en consorcio con La Peninsular, de Hank Rohn.
Expansiones sexenales
Tracotamsa, la empresa de Cantú Barragán, opera desde 2002 como contratista de obra pública federal. Se especializa en caminos y carreteras, pero sólo tiene antecedentes como proveedora gubernamental en Tamaulipas.
Entre 2002 y 2012, obtuvo 17 contratos, principalmente de la delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Tamaulipas y de Pemex Exploración y Producción. En esos contratos sumó mil 627 millones de pesos por realizar obras en carreteras, caminos de terracería y reparación de tramos.
A partir de que Peña Nieto asumió la Presidencia, las operaciones del primo de Juan Armando Hinojosa Cantú se expandieron: salió de Tamaulipas para realizar al menos una obra portuaria en Campeche y, ahora, incursionar en el NAICM.
En el primer trienio del gobierno de Peña Nieto, Cantú Barragán ha obtenido 17 contratos, los mismos que consiguió en la década precedente, pero obtuvo casi el doble de ingresos, pues entre 2013 y 2015 acumula ya 2 mil 890 millones de pesos.
Estos cálculos provienen de consultas en el Portal de Obligaciones de Transparencia, donde debe colocarse toda la información sobre los contratos gubernamentales, y de la base de datos Compranet, donde se registra a los proveedores. Pero en dichas plataformas no se transparenta todo. Por ejemplo, no se encontró ahí registro del contrato para la construcción del puerto de Matamoros, asignada por la SCT a Tracotamsa en 2013 por mil 400 millones de pesos, aunque el proyecto fue ampliamente difundido por funcionarios y dependencias federales en Tamaulipas.
En la misma situación se encuentran las firmas tabasqueñas Calco y Cydssa, que integran el Grupo Hycsa y están asociadas con la constructora de Hank Rohn.
Entre 2006 y 2012 Calco había conseguido 29 contratos que le reportaron ingresos por 2 mil 92 millones de pesos, con sus operaciones limitadas a Tabasco, Campeche y regiones limítrofes con esos estados en Veracruz y Oaxaca. Pero a partir de 2012 extendió sus operaciones a Hidalgo, Puebla, Sonora y la Ciudad de México. El gobierno de Peña Nieto le ha entregado sólo ocho contratos, pero éstos le han rendido ingresos por 2 mil 64 millones: casi lo mismo que antes de la administración de Peña Nieto pero en la mitad del tiempo.
Por otra parte, en asociación con Calco y con el Grupo Garza Ponce –constructora de los concuños del exgobernador de Nuevo León, Natividad González Parás– Cydssa obtuvo un contrato por 895 millones para construir un túnel en el Sistema Cutzamala, de la cuenca de aguas del Valle de México. Sin contar este contrato ni el del NAICM, Cydssa ha obtenido 372 millones en asignaciones del gobierno de Peña Nieto.
Los registros públicos sobre Hycsa son limitados, pero en su página de internet indica que tiene 23 obras públicas terminadas y 12 en marcha.
La transparencia y los fallos
El 29 de septiembre de 2015, el GACM –la semiparaestatal a la que el gobierno de Peña Nieto concesionó el proyecto– publicó la primera convocatoria de licitación de los 21 paquetes de contratos para la construcción del NAICM.
En un comunicado del 18 de noviembre, el GACM se jactó de ser “punta de lanza en el compromiso del gobierno de la República en materia de transparencia, rendición de cuentas, innovación en modelos de gobernabilidad de proyectos de infraestructura y aplicación de estándares de datos para contrataciones abiertas, relativas a las obras para la construcción del NAICM”.
Decía contar con prácticas de “gobierno corporativo” y blindaje total para la transparencia mediante la incorporación a los procesos de licitación de testigo social, notario público y especialistas técnicos y normativos, así como la trasmisión en vivo de los fallos de los concursos.
Las recomendaciones de la OCDE van en línea con las medidas adoptadas por el GACM, como el diagnóstico, rediseño y reforzamiento de su estructura orgánica y la elaboración de un plan de acción. Según el comunicado, esas medidas se aplican de manera sistemática.
Dichas prácticas de transparencia y rendición de cuentas se llevaron a cabo, incluidas las transmisiones de los fallos de cada licitación, aunque no fue en directo sino con fechas diferidas.
De entre 32 propuestas realizadas por 80 empresas, el 11 de diciembre el GACM declaró a Coconal ganadora del contrato por mil 762 millones de pesos para la nivelación y limpieza de terreno. Cinco días después se emitieron los otros dos fallos.
El contrato de caminos provisionales, por el cual concursaron 97 empresas y una persona física que ofrecieron 47 propuestas, fue asignado a Tracotamsa. El fallo para el contrato de carga, acarreo y desazolve –al que aspiraban 69 empresas que presentaron 37 propuestas– se le otorgó al consorcio formado por Omega, Calco y Cydssa.
El resultado general es que, en las licitaciones para las obras preliminares a la construcción del NAICM, participaron 224 empresas y 116 proyectos, de los cuales el GACM se inclinó precisamente por las relacionadas con el priismo del Estado de México.
El 11 de diciembre, el GACM había adjudicado otro contrato a Coconal, la constructora de Héctor Ovalle que formaba parte del consorcio al cual se le otorgaría originalmente un enorme paquete para el NAICM.
En dicho grupo participaban CICSA, de Carlos Slim; ICA, de Bernardo Quintana; Prodemex, de Olegario Vázquez Raña; Marhnos, de Nicolás Mariscal Servitje; Tradeco, de Federico Martínez; Grupo Higa, de Hinojosa Cantú; Grupo Gia+A, del cuñado del expresidente Carlos Salinas de Gortari, Hipólito Gerard; y La Peninsular, de Hank Rohn (Proceso 2001).
Pero esa asignación fue cancelada en enero de 2015, tras las revelaciones periodísticas que documentaron la construcción de la llamada “Casa Blanca”, cuya propiedad se atribuyó Angélica Rivera y admitió que Hinojosa Cantú la construyó y financió.
En el primer paquete de licitaciones para el NAICM, hasta ahora Coconal es la única empresa de aquel consorcio que consiguió asignación.
Las empresas que integran Grupo Higa o son propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú tampoco han participado en los procesos licitatorios desde el escándalo que provocó el reportaje “La casa blanca de Peña Nieto”, publicado en noviembre de 2014 por el equipo de investigación de Aristegui Noticias. Las empresas de Hinojosa Cantú dejaron de ser contratadas; al menos no aparecen en los registros de compras y proveeduría gubernamental con nuevas asignaciones, aunque sí aparecen las de su primo Cantú Barragán.
En pocos meses se vinieron abajo los contratos en los que participaba Grupo Higa, primero al abortar la licitación del tren México-Querétaro en noviembre de 2014, luego con la cancelación del mencionado contrato para el NAICM en enero de 2015 y, finalmente, con la cancelación del acueducto Monterrey VI.
Los contratos entregados en el primer paquete de las 21 licitaciones para el NAICM, emitidos en diciembre pasado, apenas son para obras preliminares y sus montos son modestos. Conforme al llamado “Plan Maestro” del proyecto del NAICM, en 2016 se licitarán 10 paquetes más, donde se asignarán las obras principales del proyecto.
Se trata del edificio terminal, terminal de combustibles, plataformas de embarques, líneas de distribución de combustibles, sistema de ayudas a la navegación, el túnel central de servicios, las ayudas visuales, estaciones de bomberos, edificios de apoyo y entronques viales de acceso en su primera fase. De acuerdo con el GACM, se aplicarán en estas obras aproximadamente 6 mil millones de dólares.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=427893
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