Eso de colgarse medallas es muy humano. Y muy del gobierno de Enrique Peña Nieto. Les encanta presumir sus “logros” o “triunfos”. Y como no podía ser de otra manera, se anotaron uno importante con la captura o entrega de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
¿Por qué ahora y no antes? Simple, porque el desastre económico de la política de Enrique Peña Nieto, la devaluación del peso y la caída de los precios del petróleo, merecían ser tapados por una gran noticia, ya saben, al más puro estilo del show de Televisa, tal y como lo cuenta Luis Estrada en su película “La dictadura perfecta”.
¿Alguien duda qué esta tercera captura del Chapo no es más que un show? Peña Nieto necesita distractores. Le urge cambiar la atención de la opinión pública para cubrir sus crisis, la económica, la política, la social, la de derechos humanos…
Pero habrá preguntarle a la Administración Federal Antidorgas de Estados Unidos (DEA) que tanto tuvo que ver en esta recaptura y hasta donde fueron los acuerdos logrados con el capo más buscado del planeta.
Al igual que Peña Nieto, se apresuró a emitir un comunicado para anotarse la medalla sobre la captura, la cual dijo: “Demuestra el compromiso de nuestros dos países para asegurarnos que haya justicia para todos los afectados por los actos de violencia despiadada cometidos por Guzmán Loera”.
Extrañamente, el Chapo que se sabía buscado por mar y tierra, decide irse a Los Mochis a un motel de quinta a esperar ser “capturado” en lugar de permanecer en el famoso triángulo dorado que hasta ahora había sido su guarida perfecta.
Por lo pronto, el gobierno de Barack Obama ya se colgó también la medalla: “El Departamento de Justicia está orgulloso de mantener una cercana y efectiva relación con nuestras contrapartes mexicanas, y estamos preparados para continuar, juntos, con nuestra labor de garantizar la seguridad de toda nuestra gente”, expuso en un comunicado, la procuradora general de Justicia estadounidense, Loretta E. Lynch.
La medalla también se la anotó, la Marina Armada de México, institución que en un comunicado señaló que antes de la captura, se registró un enfrentamiento con sujetos armados en la ciudad de Los Mochis, cabecera municipal de Ahome y donde murieron cinco presuntos delincuentes y hubo seis detenidos, así como un marino herido.
La Marina iba por Orso Iván Gastelum Cruz, presunto jefe de la zona norte del cártel de Sinaloa, pero se dio a la fuga y eso sirvió para capturar al Chapo a quien supuestamente lo detuvo el mismo comando de élite de la Marina que lo atrapó por primera vez en 2014.
Pero no solo Peña Nieto, la DEA, el gobierno de Barack Obama y la Marina se han colgado la medalla de su recaptura, también se la ha colgado el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, CISEN, quien supuestamente gracias a tecnología de punta, pudo ubicar perfectamente el paradero del Chapo.
Como se habrán dado cuento, cualquiera se pone medallas y ahora resulta que la tercera detención del Chapo es un triunfo para unos y otros; para todos esos que después de su fuga estuvieron muy calladitos y no dijeron ni pío.
Ahora bien, el sospechosismo sobre la caputra de El Chapo se ha disparado. Primero, el lugar donde supuestamente fue detenido o se entregó después de un acuerdo con Estados Unidos y México.
Y la última y más importante pregunta: ¿Será el Chapo extraditado lo más pronto posible a Estados Unidos? Necesitamos saber si esta vez, el gobierno de Peña Nieto realmente está dispuesto a ceder al capo del narcotráfico a los estadounidenses.
Si así fuera, el Chapo tendrá muchas cosas que contar sobre las corruptelas y complicidades dentro del gobierno actual y los dos últimos gobiernos panistas. Solo a través de las complicidades políticas e institucionales se entiende que El Chapo haya operado en los últimos 50 años.
Será interesante saber cuáles fueron sus cómplices en las dos fugas. ¿Qué tanto pagó a funcionarios del gobierno de Vicente Fox y ahora a funcionarios del gobierno de Peña Nieto para poder salir. También será interesante saber por qué Felipe Calderón no lo detuvo y hasta donde llegaron sus acuerdos con los tres últimos presidentes para que lo dejaran traficar tranquilamente y convertirse en aquel entonces, en el capo más rico del mundo gracias al poder cada vez mayor del cártel de Sinaloa.
¿Realmente le conviene al gobierno de Peña Nieto extraditar a El Chapo Guzmán? ¿Cuántos funcionarios y políticos de este y otros gobiernos han sido cómplices de El Chapo? ¿Quiénes son los políticos que se han enriquecido gracias a sus sobornos? ¿Hasta donde llega la estela de complicidades entre El Chapo y los gobiernos mexicanos? ¿Quiénes son sus cómplices militares? ¿Quiénes son sus cómplices marinos, policías federales y demás policías locales?
La teleserie de El Chapo Guzmán acaba de empezar.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANJUANA MARTÑINEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/opinion/11-01-2016/44017
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