La mañana del 29 de enero de 2015, una fuga de gas de una pipa de la empresa Gas Express Nieto que surtía al nosocomio generó una explosión que derrumbó de manera casi inmediata el 70 por ciento del edificio. Dejando debajo a madres, recién nacidos y personal médico que no habían alcanzado a abandonar el hospital.
Familiares, amigos de los trabajadores que perdieron la vida en la explosión registrada en el hospital materno infantil Contadero en la delegación Cuajimalpa realizaron una movilización del centro de esa demarcación hasta el nosocomio para recordar a las víctimas a un año de esa tragedia.
La mañana del 29 de enero de 2015, una fuga de gas de una pipa de la empresa Gas Express Nieto que surtía al nosocomio generó una explosión que derrumbó de manera casi inmediata el 70 por ciento del edificio. Dejando debajo a madres, recién nacidos y personal médico que no habían alcanzado a abandonar el hospital.
Al menos cinco personas murieron durante y posteriormente del ministro por las heridas, además 70 quedaron heridas.
A un año del siniestro, la mañana de este viernes, una caravana de personas recorrió algunas calles de Cuajimalpa para recordar a las enfermeras y a los enfermeros que dieron su vida para salvar a varios recién nacidos.
La movilización estuvo encabezada por una manta donde se leía: “A un año de su partida su legado perderá para siempre”. Acompañada de las imágenes de las enfermeras Ana Lilia, Mónica y del enfermero José Luis, a quienes llamaron héroes de Cuajimalpa.
Algunos de los manifestantes iban también caracterizados de payasos, mientras otros llevaban consigo flores.
Ana Lilia Pérez Ledesma era una enfermera que trabajó por honorarios en el hospital, por lo tanto no contaba con seguro de vida y de gastos médicos. Sufrió quemaduras en el 60 por ciento de su cuerpo y multiples golpes, los cuales causaron su muerte.
En la misma situación laboral se encontraba Jorge Luis Tinoco Muñoz, camillero con siete años en el hospital, murió ocho días después de la explosión a los 27 años de edad debido a las quemaduras en el 97 por ciento de su cuerpo.
Mónica Orta Ramírez tenía tres años de ser enfermera por honorarios en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, murió a los 32 años tras permanecer cinco días en estado grave.
Sus familiares la reconocieron al verla en una camilla cuando era trasladada al hospital. Salvó a un bebé con neumonía que era su paciente. Tras su muerte, tres niños de uno, siete y ocho años de edad, quedaron huérfanos.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/29-01-2016/1609504
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