MÉXICO, DF: Los comedores populares y comunitarios, puestos en marcha con el programa Cruzada Nacional contra el Hambre, son insuficientes para atender a toda la población necesitada, no abren todos los días y enfrentan desabasto.
Así lo señala el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), tras participar en un acompañamiento de evaluación del programa, a tres años de su implementación.
“Los investigadores Gabriel Torres González y Magdalena Villarreal Martínez refieren además que, aunque los comedores funcionan bien para los adultos y cuando operan en estancias infantiles, se detecta que sus alimentos son poco variados y se concentran en grasas y carbohidrato”, dice el centro de estudios en un comunicado.
También encontraron que, particularmente en los Estados de Jalisco y Nayarit, la estrategia de distribución de la comida favorece a grandes productores y distribuidores de alimentos, pero afecta la idea de que se fortalezcan a los productores locales, quienes quedan excluidos a vender sus productos para la integración de las despensas.
“Cuando la Cruzada concentra esfuerzos en unos pocos poblados rurales, municipios o cientos de miles de personas, tiene buenos resultados, pero carece con la capacidad o el presupuesto para ampliar el tratamiento en todas las localidades identificadas e impactar en los 7.2 millones de personas que deben ser contempladas en 400 municipios, o en los más de 10 millones de personas en pobreza extrema y con inseguridad alimentaria del país”, sostienen los académicos.
Afirman también que la gran cantidad de programas planteados dentro de la Cruzada y la reformulación de objetivos e iniciativas en tiempo muy cortos, complica la evaluación de la efectividad del programa diseñado para erradicar el hambre en el país.
Por otro lado, los investigadores detectaron que en los hogares no siempre protege al menor en contextos en que ambos padres trabajan o uno o ambos son alcohólicos, ya que se suele privilegiar al menor para que consuma leche, pero no así de carne.
“Además, se encontró que en los hogares reducen primero la calidad de la comida, con el fin de llenar el estómago con menos dinero, y después la cantidad.
Por tal motivo, los hogares con escasez presupuestal consumen sobre todo grasas y carbohidratos, lo que favorece la obesidad”.
Otro problema, menciona, es que la incapacidad de alimentar adecuadamente a los niños, es un disparador de deudas, lo que a mediano plazo empeora el problema de la mala alimentación.
Desde la implementación del programa en enero de 2013, las autoridades de la Cruzada Nacional Contra el Hambre solicitaron al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) un proceso de acompañamiento técnico y evaluación para detectar áreas de oportunidad del programa.
En el 2014, el Coneval detectó que la reducción de la pobreza no disminuye, sino que crece ligeramente a pasar de 7.0 a 7.1 millones de personas, mientras que en un cierre de septiembre de 2015 se parece revertir esa tendencia, aunque los resultados son preliminares.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=427699
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