De entrada, el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, aseguró que los inversionistas “sobrerreaccionaron” ante China. Señaló que “el punto importante es que Banxico tiene que buscar la estabilidad de todas las variables nominales de la economía y el tipo de cambio es flexible para absorber esos choques externos”.
Luego de participar en el seminario Perspectivas Económicas 2016, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el encargado de la política monetaria del país reconoció que el país enfrenta un entorno externo muy complicado, caracterizado por una caída en el precio del petróleo, bajo crecimiento económico mundial, una postura monetaria dispareja en las diferentes regiones del mundo y, recientemente, todo lo relacionado con China, que en México se ha reflejado en un ajuste en el tipo de cambio.
Carstens explicó que Europa no termina de recuperarse y en Estados Unidos están saliendo de una política monetaria acomodaticia y su crecimiento ha sido débil.
“Estos factores requieren un tipo de cambio real más depreciado precisamente para proteger el crecimiento en México y lo mejor es que ese ajuste se dé sin afectar la inflación y es lo que está pasando en México”, señaló.
Tan sólo en una semana, el peso se depreció 3.3% frente al dólar, alcanzando niveles históricos, mientras que la Bolsa Mexicana de Valores no tuvo un solo día de ganancias, derribada por la aversión al riesgo de los inversionistas ante la situación en China.
En este entorno, el gobernador del banco central dijo que “esas son fuerzas externas y nosotros no las podemos contrarrestar completamente, pero sí podemos suavizar su impacto y sobre todo, una vez que esos choques pasen, lo que va a dominar son las fortalezas en el tipo de cambio y eso es lo que va a ayudar en el mediano plazo”.
“Sin afectación en empresas”: Videgaray
Por su parte, el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray, descartó alguna afectación en las empresas del país.
De acuerdo con el responsable de la política fiscal del país, “la mayoría de los corporativos mexicanos, incluidos los que cotizan en la BMV, tienen empatados sus ingresos con sus pasivos, es decir, las que venden en dólares tienen deuda en dólares y las que venden en pesos tienen deudas en pesos”.
El funcionario señaló que los empresarios aprendieron de la recesión del 2008-2009 donde se observaron eventos corporativos de fragilidad financiera principalmente por este efecto cambiario.
“Creo que el sector corporativo mexicano ha tomado, a partir de ese episodio, decisiones prudentes que hoy resultan muy adecuadas”, señaló en el mismo seminario.
Quien puso la cereza en el pastel fue el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) José Ángel Gurría, quien aseveró que la depreciación del peso frente al dólar “debe tomarse como una oportunidad para colocar más productos mexicanos en el extranjero a la brevedad y no considerarse como una tragedia”.
Para el exsecretario de Hacienda se trata de “un fenómeno económico de un precio, el país no se deprecia ni se devalúa por el hecho de que su moneda se deprecie. Se puede aprovechar la coyuntura, hay que hacer lo que están haciendo los demás. Aprovechemos nuestra competitividad para colocar más productos en el exterior y para invitar inversiones”.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JUAN CARLOS CRUZ VARGAS.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=425666
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