En un comunicado, la investigadora destacó que globalmente se ofertan al año alrededor de cinco millones de aves vivas, 10 millones de unidades de piel de reptil, 15 millones de mamíferos y 350 millones de peces tropicales, según la World Wildlife Fundation (WWF).
Al impartir la charla “El comercio que extingue, tráfico ilegal de fauna silvestre”, en la Facultad de Ciencias (FC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Cruz destacó que para proteger las variedades mexicanas, en el país se instrumentaron las leyes General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, y General de Vida Silvestre, así como el Código Penal de la Federación y la Nom-059-ECOL-2001.
También se instauró la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), aunque sólo funciona para naciones que hayan firmado el tratado (160 en total).
Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), México es un país megadiverso, pues a nivel mundial ocupa el quinto lugar en mamíferos, tercero en aves, octavo en réptiles y segundo en anfibios.
Además, posee tres de las 37 áreas silvestres del planeta, 22 zonas de aves endémicas y el Golfo de California, considerado el “acuario del planeta”. Aquí se han documentado 875 especies de peces, 580 de aves marinas y 35 de mamíferos marinos (entre ellos la vaquita marina, el cetáceo con la distribución más restringida y amenazada).
No obstante, en México se registran varios problemas, como la destrucción y transformación del hábitat derivados de la tala, quema y desmonte clandestinos, cacería furtiva, usos inadecuados con fines de subsistencia y lucro ilegal.
De acuerdo con Cruz, nuestro país tiene el segundo sitio en deforestación en Latinoamérica y el 17 en el planeta, además de que entre el 75 y 93% de sus cuerpos de agua dulce presentan altos índices de contaminación, tiene 49 especies desaparecidas, 475 en peligro de extinción, 896 amenazadas y mil 185 sujetas a protección especial por la norma mexicana 059-NOM-Semarnat.
La directora de la organización Naturaleza Animal subrayó que el tráfico ilegal es una actividad clandestina que comprende la extracción, movilización, compra, venta y tenencia no autorizada de especies silvestres o productos derivados. Y destacó que el comercio ilícito se puede encontrar en mercados, bazares, tiendas de mascotas, particulares, puestos en carreteras, Internet y anuncios en medios impresos.
Los animales víctimas de este delito, según el comunicado, suelen padecer condiciones infrahumanas en ranchos cinegéticos, actividades de cetrería, espectáculos, exhibición, ornato, colección e incluso son masacrados para obtener sus pieles y plumajes o producir alimentos exóticos por supuestas propiedades afrodisiacas, medicinales, o curativas.
Por ello, el comprador final juega el papel más importante y se clasifican en tres tipos: el consciente, que sabe lo que adquiere; el ignorante, al que se le presenta la ocasión de comprar algún ejemplar, producto o subproducto, y el rescatista, que por salvar a una criatura paga por ella con el objetivo de darle mejor vida. Para proteger a las variedades mexicanas, Cruz recomendó no adquirir fauna silvestre o productos derivados, no comprar por compasión, no asistir a espectáculos con animales, denunciar y mantenerse informado.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=427692
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