En el documental Exportaciones mortales, el cineasta alemán Daniel Harrich le sigue la pista a un fusil decomisado a un narcotraficante por la Policía Comunitaria de Petaquillas. También habla de tres G36 que la Policía Comunitaria de Tixtla le quitó a municipales en agosto de 2013.
Fusiles alemanes G36 exportados a México y distribuidos a policías de Guerrero, pese a la prohibición porque es un estado donde se violan los derechos humanos, han pasado a manos de la delincuencia organizada dedicada al narcotráfico y a otros delitos.
En el documental Exportaciones mortales del cineasta alemán Daniel Harrich aparece el caso de una de estas armas que Policías Comunitarios de Petaquillas, municipio de Chilpancingo, le quitaron al jefe de un grupo criminal que operaba en esa región. Con esa información se probó que, esa arma, que puede ser un caso entre muchos más, era usada por un grupo criminal, que no sólo trafica con drogas sino que comete delitos contra la población, como extorsiones, cobro de piso a cambio de permitir actividades comerciales, secuestros y asesinatos.
Los grupos criminales son responsables de que familias de comunidades enteras se hayan desplazado hacia otros pueblos y ciudades donde sus vidas corren menos peligro.
La investigación en que se basa el documental muestra que las armas pagadas con el erario público en Guerrero llegaron a manos de policías que las usaron para reprimir manifestaciones populares, y matar y desaparecer como en el caso de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, y también que los fusiles Heckler & Koch son portados por integrantes de grupos de la delincuencia organizada en Guerrero.
En otras partes los ciudadanos se han constituido como policías comunitarias para autodefenderse de los embates de estos grupos criminales y en sus acciones contra la delincuencia han decomisado fusiles G36 de H&K.
Como ejemplo, el Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), que surgió a finales de 2014 como una organización de autodefensa de los pueblos contra la delincuencia y ante la inactividad o complicidad de las policías del gobierno, decomisó armas al jefe del grupo criminal conocido como El Talibán, en la comunidad de Petaquillas que es la localidad más cercana a la ciudad capital de Guerrero, Chilpancingo, entre éstas un fusil G36 de H&K procedente de Oberndorf , Alemania.
También decomisaron otras armas, un Kalashnikov y una pistola 45 ACP.
El número de serie de la H&K permite seguir el rastro de su camino desde la fábrica hasta su llegada a manos de policías mexicanos.
En el arma se aprecia claramente el número de serie 85-012252, la cual quedó registrada en el séptimo envío parcial del año 2008. En esa ocasión llegaron a México 505 fusiles.
Según documentos de la empresa H&K la constancia de uso final son los estados de Aguas Calientes, Durango, Nuevo León, Sonora y Yucatán con previo permiso expedido por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Esa fue una de las irregularidades cometidas en Alemania, el cambio de los nombres de los estados destinatarios de las armas, pero una vez entregadas a la Sedena, ésta se encargaría de entregarlas a los estados que realmente las requirieron.
Sin importar la crisis por violaciones a los derechos humanos las armas que llegaron al país en el vuelo cargo LH 498/29 fueron entregadas a la policía de Chilpancingo vía la Sedena, pero no se tiene la precisión si se trata de la policía estatal o municipal.
El fusil alemán llegó a través de la policía de Guerrero a los grupos criminales, de ahí lo decomisó la policía comunitaria del FUSDEG, que depende de las asambleas del pueblo y es independiente de los gobiernos, pero se desconoce cuántas armas más están en manos de los grupos delincuenciales.
También, por lo menos tres armas alemanas están en poder de la Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de El Fortín, municipio de Tixtla, que mantienen resguardadas, y las obtuvieron en el desarme de policías municipales y han advertido que no las regresarán hasta que sea liberado su dirigente Gonzalo Molina González.
Después de los asesinatos de estudiantes en México, las violaciones a los derechos humanos y las armas en poder de criminales, en el documental Exportaciones Mortales el ex trabajador y desertor de la empresa alemana, se cuestiona sobre “desde el punto de vista moral y ético; ¿está bien lo que estoy haciendo?”.
Vendieron tecnología
Hay un entramado obscuro entre la empresa armamentista, el Ministerio de Economía, la dependencia federal para la exportación, y los ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa para continuar el negocio de las armas.
Esta red desde hace décadas suministra armas y tecnología en todo el mundo. En el caso de México, para evitar problemas legales por la exportación de armas a zonas prohibidas, acordaron venderle tecnología.
El activista Jürgen Grässlin continúo haciendo denuncias: “yo quise decir que la exportación de armas de alto alcance es lo más grave que puede pasar. Es muy grave lo que pasa. Pero el hecho es que nosotros los alemanes apoyamos el asesinato masivo con la exportación de armaento y además con algo mucho más grave: “con la transferencia de tecnología”.
Desde hace décadas, las armas alemanas tienen el mismo estándar que las del Ejército mexicano. En un desfile militar de 2006 la Sedena presentó una nueva arma de asalto.
La nueva arma, era de producción propia, pero para las personas familiarizadas con las armas, fue claro que era notablemente similar al G36, sin embargo H&K afirmó que la FX05 sólo tiene un parecido con el G36, que la FX05 no es ninguna copia de la G36.
El informante ex trabajador de la empresa Markus B. recordó frente a las cámaras que hubo una visita de clientes mexicanos a la sede principal de H&K en Obendorf que duró cuatro días, en ese tiempo les enseñaron las líneas de producción.
“Los clientes” eran militares mexicanos de alto rango, ellos tomaron fotos y enviaron un reporte a la Sedena.
En la empresa asumieron que los mexicanos planeaban la producción de la G36 en México, la planeación de la licencia de producción contiene cinco fases y el acuerdo conlleva un costo de 63 millones de euros.
El acuerdo se aprobó, los pagos serían a favor de la compañía en Obendorf en cifras millonarias, pero poco después, la negociación aparentemente fue desechada.
En lugar de eso, aparece el proyecto de la FX05 en México con el soporte técnico de alemanes.
El especialista en armas Konrad M. Relató que en 2005 los mexicanos (militares) “acordaron conmigo, construir su propio fisil de asalto. Puede ser parecida en lo exterior a la G36, el programa se llamó FX05”.
Y confirmó que “en lo que concierne al exterior, al peso y el desempeño en funcionalidad de disparo, se parece al G36”.
Konrad M. y Markus B. trabajaron en conjunto con fabricantes mexicanos de armas en lo que presuntamente sería el fusil de asalto de mexicano.
“Se trataba de construir cien mil unidades en ese momento se otorgó un contrato a la Sedena”, explicó Konrad M. Fue precisamente a él a quien se encargó desarrollar, junto con la Sedena, la especificación de las partes materiales para las partes de seguridad.
Alemanes y mexicanos pudieron burlar la ley de Control de Armas, gracias a la compra del conocimiento de expertos, mecánicos e ingenieros del país europeo.
Fotografías expuestas en el documental Exportaciones Mortales muestran que por lo menos hasta 2010-2011 técnicos alemanes colaboraron en el desarrollo y producción del fusil de asalto mexicano FX05.
“Con el cambio a la producción propia, México ya no está sujeto a contratos-licencia y eso trajo ventaja para la empresa alemana, pues con esto el asunto quedó sólo bajo el control del gobierno mexicano.
Frecuentemente los expertos y técnicos en armas alemanas colaboraban con los mexicanos por semanas o meses, capacitando y ayudando a usar la maquinaria alemana, austriaca y francesa que sirve para producir armas.
FUENTE: EL SUR.
AUTOR: ROSALBA RAMÍREZ GARCÍA
LINK: http://suracapulco.mx/2/armas-alemanas-vendidas-ilegalmente-a-mexico-estan-en-guerrero-en-manos-de-la-delincuencia-organizada/
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