En las postrimerías de su sexenio –el más violento en la historia de Sinaloa: 6 mil 741 homicidios dolosos–, Mario López Valdez (Malova) y el Gabinete de Seguridad Nacional federal pusieron en marcha el miércoles 24 una nueva estrategia de seguridad. De inmediato se desataron los enfrentamientos y las ejecuciones en el sur de la entidad, según documenta Ríodoce en su edición que comenzó a circular el domingo 28 y que comparte con Proceso.
MAZATLÁN, SIN.- Luego del anuncio del reforzamiento de la estrategia de seguridad pública prometido por el Gabinete de Seguridad, se recrudeció la violencia en el sur de Sinaloa.
En las calles Framboyanes y Orquídea, del fraccionamiento Jacarandas, apareció un cuerpo descuartizado en una hielera, quien al parecer murió durante la balacera de la noche del sábado 20 entre gatilleros de grupos rivales en el libramiento Luis Donaldo Colosio, frente al fraccionamiento Villas del Rey.
Uno de los grupos viajaba en un auto Nissan Versa gris con placas de Jalisco; el otro se desplazaba en una camioneta Chevrolet blanca. Los vehículos tomaron la carretera Internacional, hacia el sur, y la trifulca terminó en la colonia Urías.
El enfrentamiento causó tres bajas y una mujer que viajaba en un camión resultó herida por una bala perdida.
El cadáver tenía un narcomensaje con la siguiente leyenda: “por 51 bola de marranos, zetonez, aquí GDG”.
El priista Fernando Pucheta Sánchez, diputado local con licencia y aspirante a la alcaldía local quedó en medio de la balacera. Cuando volvió la calma declaró: “Para mí, como ciudadano no acostumbrado a la violencia, fue una impresión… No quiero pensar cómo la viviría (un visitante). Creo que jamás se volvería a parar aquí en Mazatlán un turista, es entendible”.
El mismo domingo 21, a las 2:30 horas de la madrugada se desató una balacera en el estacionamiento del bar La Trova, ubicado en avenida Gabriel, en Cruz de Elota, donde se celebraba una fiesta amenizada por el grupo Enigma Norteño. Hubo cinco muertos: Gerardo “N”, un policía federal asignado a la zona, Marco Antonio Zepeda, Pilar Ayón Sánchez, José Mercedes Aragón Ayón y Lorenzo Antonio “N”.
Zepeda vivía en la colonia Víctor Manuel Quintero, mientras los dos últimos eran oriundos de El Salado y de Las Granjas del Norte, respectivamente.
También hubo dos heridos: Julio y Jesús “N”, quienes fueron trasladados a un hospital local. Según los testigos, una discusión provocó el enfrentamiento, en el que se utilizaron armas AK-47, AR-15 y de .9 milímetros. Los peritos de la procuraduría estatal aseguraron una camioneta Land Rover blanca modelo 2016 y un Nissan Sentra blanco modelo 2012.
En la colonia Avelino Sánchez, de la Sindicatura de Cacalotán, situada aproximadamente a 10 kilómetros del municipio El Rosario, las AK-47 respondieron al anuncio del Gabinete de Seguridad sobre el reforzamiento de la estrategia de seguridad a partir del miércoles 24.
Alrededor de las 9:30 horas de ese día fueron tirados en el kilómetro 281 de la carretera México-Nogales 15, entre los ejidos de Caleritas y El Aguaje de Hidalgo, al sur de la Sindicatura de Villa Unión, los cuerpos de Gabino “N” y José Manuel “N”.
Al parecer están relacionados con el asesinato de Alejandra Vanesa, asesinada en su vivienda de la colonia Avelino Sánchez, en Cacalotán, la noche del martes 23. En ese homicidio resultaron heridos dos hombres, cuyas edades fluctúan entre 25 y 35 años, así como una adolescente de 17 y una menor de seis.
Las autoridades policiacas descartaron el ataque directo de un grupo armado y aseguraron que se trató de crímenes pasionales.
El miércoles 24, alrededor de las 16:00 horas, las autoridades recibieron una llamada anónima sobre un enfrentamiento a la altura del arroyo El Quelite, en el kilómetro 23 de la Autopista del Pacífico Mazatlán-Culiacán, en la comunidad El Recreo.
Al llegar al lugar, los agentes descubrieron el cadáver de un desconocido que portaba un fusil y vestía una pechera. Estaba al lado de una camioneta Chevrolet Silverado. Entre los campos agrícolas había un herido junto a una camioneta Nissan Frontier blanca. Cerca del lugar estaba otro herido. Los uniformados recogieron cuatro fusiles AK-47, un AR-15 y decenas de casquillos percutidos.
Magdalena, una indígena de seis años que vive con sus padres en una precaria vivienda en Cacalotán estaba jugando en el patio de su casa el martes 23 cuando una bala perdida le penetró por el abdomen y le salió por la pierna izquierda.
Al día siguiente se le preguntó al director de la Policía Municipal de El Rosario, Jorge Sajarópolus Corona, si la estrategia de seguridad había fallado. Categórico, respondió que no había daños colaterales.
“Quien no la conoce, no puede hablar de la zona serrana. Junto con otros elementos estamos incursionando en la zona serrana de El Rosario, que es inmensa, agreste y dificultosa; ahorita el clima nos da chance de trabajarla porque está un poco seco.”
–¿Sabe si hubo algún ataque en Cacalotán? –se le pregunta.
–No, descarté el ataque de algún grupo.
–¿Las dos personas ejecutadas, tiradas en la carretera, en el ejido de Caleritas, tienen conexión con lo ocurrido en Cacalotán?
–Ahí sí no sé. Eso es lo que se especulaba… No tenemos acceso a esa información.
–Los ciudadanos de a pie perciben una “estrategia fallida” respecto a la seguridad pública.
–En Rosario, los parques los veo llenos (de gente); la Laguna del Iguanero también; al Caimanero van a divertirse; en Agua Verde circulan libremente, hubo unas fiestas ahí por el evento del día del patrono; en Chametla hubo eventos muy concurridos. En la hacienda del Tamarindo también pasaron las fiestas muy bien; y en el malecón veo a la gente divirtiéndose.
–¿Desde el atentado contra el comandante Miguel España, a finales de octubre de 2015, no ha habido otros hechos similares?
–¿En Rosario? No. Simplemente se han encontrado por ahí algunos sepultados, pero cosas graves como las de la zona serrana alta, no. No ha habido y no queremos tenerlas.
–Pero en algunos lugares hay problemas de seguridad pública…
–Sí, hay lugares donde tenemos problemas. Es lógico, sí, pero no hablemos de que la seguridad pública no ha avanzado. Hemos avanzado, claro que hemos avanzado. La Policía Municipal de El Rosario llegó fortalecida, tenemos apoyo de la Ministerial, con muchos elementos adscritos a la permanencia aquí.
“La vigilancia es permanente. Recorremos el municipio, sacando datos, platicando con las personas, con los síndicos, con el comisario.”
La violencia se recrudece
La lucha entre el Cártel de Sinaloa y el de los Beltrán Leyva acentuó la violencia principalmente en la zona serrana del sur del estado en las últimas semanas.
El gobernador Mario López Valdez (Malova) convocó a una reunión urgente con el Gabinete de Seguridad, con el propósito de establecer las estrategias para enfrentar de manera conjunta la ola de homicidios.
Ante el recrudecimiento de la violencia, el mandatario estatal envió un mensaje, asegurando que no está dispuesto a ceder ante las acciones de la delincuencia organizada, pero su discurso sobre los cambios en las estrategias de seguridad no es nuevo.
Durante su mandato se han aplicado varias estrategias para atacar la violencia. Algunos colaboradores del gobernador aseguran que ésta ha disminuido, pero lo cierto es que el sexenio de López Valdez es el más violento en la historia de Sinaloa, con 6 mil 741 homicidios dolosos.
La semana pasada, durante una reunión del grupo de Coordinación Sinaloa en Mazatlán, Malova declaró: “Considerando que estamos en una situación de necesidades de estar juntos, de organizarnos, han sido convocados en una reunión de evaluación de lo que ha venido ocurriendo en estos últimos días en el estado de Sinaloa.
“No estaría dispuesto a ceder lo que hemos logrado con el esfuerzo de todos, con la inversión de recursos, con la muerte de compañeros de distintas corporaciones; lo logrado en cinco años, bajando la guardia o cediendo ante las acciones de la delincuencia, lo ganado no ha sido poco.”
Las líneas de acción que se anunciaron en esa ocasión para contrarrestar el repunte violento incluyen un reforzamiento de los límites del estado con Nayarit, así como fortalecer los operativos de la Marina y el Ejército, sobre todo con mayor permanencia en la sierra de Rosario y San Ignacio.
Asimismo, se anunciaron cambios de mandos policiacos en al menos siete municipios a pesar de que hace apenas cinco meses fueron removidos. Sin embargo, los altos mandos en la estructura estatal de seguridad no han sido reemplazados.
La actual ola de violencia evidencia la falta de policías. De ahí que una de las estrategias sea trabajar más en la capital del estado. Ahora laborarán 12 horas y descansarán otras tantas, “por lo menos hasta que baje el índice de homicidios”.
Las autoridades estatales y las municipales acordaron a partir de la tercera semana de febrero no autorizar eventos masivos, sobre todo los que sean amenizados por grupos musicales que hagan apología del narcotráfico, hasta después de los comicios del próximo 5 de junio.
El secretario general de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, declaró: “Se les pidió (apoyo a todos los presidentes municipales) y acordaron que no haya ningún evento masivo musical”.
Prueba y error
Las autoridades de los tres niveles acordaron implementar un operativo piloto en Culiacán contra la delincuencia. Si funciona, llevarán la estrategia a otros municipios, anunció la SSP estatal el jueves 25, dos días después de la reunión convocada por Malova con el gabinete de seguridad y los alcaldes sinaloenses.
En una segunda reunión, se acordó el modus operandi de las estrategias anunciadas por Malova los días previos. En ese encuentro participaron el titular de la SSP, Genaro García Castro; el coordinador general de Seguridad Pública, Moisés Melo García, y el comandante de la Policía Ministerial, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, así como los mandos municipales encargados de la seguridad que forman parte del mando unificado.
García Castro declaró que el propósito “es mejorar los resultados en las acciones de operaciones preventivas, para lo cual el Grupo de Coordinación Sinaloa diseñó una estrategia especial para ser ejecutada en el municipio de Culiacán, y que de acuerdo a los resultados se llevará al resto del estado”.
Hasta el cierre de edición ninguna autoridad ha señalado en qué consiste esta estrategia especial.
García Castro aclaró que los acuerdos del Grupo de Coordinación Sinaloa son: incrementar las acciones en la entidad con la colaboración de la Secretaría de la Defensa Nacional, la de la Marina-Armada de México, la Procuraduría General de la República, y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional.
Pero el “operativo especial”, comentó, se realizará sólo en Culiacán, con el fin de medir los resultados y evaluar las estrategias.
FUENTE: PROCESO/ RIODOCE.
AUTOR: CAYETANO OSUNA, CRISTIAN DÍAZ.
LINK: http://www.proceso.com.mx/432211/432211
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