Un día después de que Gonzalo Contreras, preso en Madrid, reiterara a SinEmbargo la desigualdad con la que los cuerpos diplomáticos mexicanos atendieron su caso a diferencia del ex Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE) presumió un acompañamiento a Contreras, que no coincide con la indiferencia hacia su caso.
“En el tema de Gonzalo, la Cancillería una vez que tuvo noticia de que estaba recluido activó sus protocolos de protección como lo hacemos siempre que tenemos conocimiento de un connacional, al que esté en alguna situación en el exterior”, dijo la Canciller Claudia Ruiz Massieu Salinas, tras una reunión con el grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Cámara de Diputados.Y en efecto, hubo comunicación, pero no como la SRE quiere ahora hacer ver, de acuerdo con la versión de Contreras, quien aseguró ayer que cuando recibió en la prisión de Aranjuez, en Madrid, a Bernardo Córdova Tello, encargado de la Sección Consular de la Embajada de España en México, pensó que si el Consulado lo ayudaba a enfrentarse a la justicia española, su caso se convertiría en una invasión a la soberanía de ese país, debido a que las autoridades consulares no le informaron si podían hacer algo por él.
“¿Cómo es posible que a una persona que está en el mismo país que yo, más o menos en las mismas circunstancias que yo, que es paisano mío, con autoridades mías como suyas que se muevan a ese nivel y con esa agilidad, cuando por mí no… Si yo no hubiera sabido que eran capaces de hacer eso con alguien como él [Humberto Moreira], yo no estaría pidiendo que hicieran algo por mí, porque al final de cuentas, ¿dónde está la diferencia?, ¿qué he hecho mal para que a él sí lo ayuden y a mí no?”, dijo Gonzalo en entrevista con SinEmbargo vía Skype.
Pero hoy, Massieu rechazó que haya un trato preferencial para los más de 24 mil mexicanos presos en el extranjero.
“Nuestra directora general de protección se ha reunido ya con la familia de Gonzalo para darle certidumbre de las acciones que estamos realizando y que podemos darle acompañamiento en su situación, y lo mismo hemos hecho en España a través del personal consular”, dijo.
“En función del conocimiento que teníamos de la situación de Gonzalo, ahí ha estado nuestro personal de manera profesional y comprometida, que sienta tanto la familia como el propio Gonzalo este acompañamiento del Gobierno de México”, agregó.
Sin embargo, hace menos de 24 horas, Gonzalo Contreras contó a este medio que será hasta hoy, después de cuatro años cumplidos de prisión y gracias a la presión mediática por el trato preferencial que el Gobierno le dio al ex Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, que la Embajada de México en el país ibérico recibirá al joven y a su abogado, en medio de cuatro días libres con los que el joven cuenta.
SENTENCIADO POR UNA VERSIÓN “INCREÍBLE”
La sentencia número 706/13 emitida el 14 de noviembre de 2013 por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, España, en contra de Gonzalo Contreras Rincón y de Francisco Martín Rivera Báez, originarios, el primero de Querétaro y el segundo de Jalisco, es clara: no había pruebas directas de la culpabilidad de los acusados, pero su versión de los hechos era simplemente “increíble”.
Gonzalo Contreras recibió una condena de nueve años de prisión y dos multas de casi 4 millones euros cada una, mientras que Rivera Báez fue sentenciado a seis años y dos multas de 3 millones de euros.
El caso de Gonzalo ha causado revuelo, luego de que el periódico El País revelará que todo el aparato diplomático en España se movió inmediatamente para liberar al Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, detenido en enero pasado en ese país por presunto lavado de dinero y liberado en menos de 15 días.
A Contreras Rincón, la diplomacia lo ayudó enviándole un libro.
El 13 de septiembre de 2012 la Aduana Marítima de Valencia interceptó dos contenedores con un cargamento de cocaína y metanfetaminas escondido entre un pedido de mármol que tenía como remitente la empresa Profumi S. A de C. V ubicada en Jalisco, México, y con destinatario a Developements Opportunities S. L. cuyo único administrados era Gonzalo Contreras.
En un primer contenedor había 60 mil 999.7 gramos de cocaína con una pureza de 72 por ciento y un valor por kilogramo de 34 mil 777 euros. En una segunda partida había 16 mil 354 gramos de cocaína con una pureza de 69 por ciento. Se encontró también 61 mil 001 gramos de metanfetaminas con distintos grados de pureza. El valor total de la droga decomisada fue de 3 millones 949 mil 125. 321 euros.
Cuando la mercancía fue interceptada se decomisó la droga y se pidió la intervención telefónica del número de Gonzalo. Los contenedores sin la droga fueron llevados a la SEUR Alicante [almacén de la compañía de paquetería], a dónde el 28 de septiembre acudió la entonces esposa de Contreras Rincón a preguntar por el envío.
Al percatarse de que los contenedores estaban abiertos y de que había mármol roto, la mujer tomó fotografías y avisó a Gonzalo. El joven se presentó el 3 de octubre de 2012 a verificar el estado del envío e indicó a la SEUR que una persona de México se presentaría en las instalaciones para revisar la mercancía.
El 8 de octubre llegó Francisco Martín Rivera en un taxi –quien de acuerdo a la sentencia viajó desde México con ese único objetivo– y no se bajó en la puerta del almacén. Antes dio varias vueltas, para comprobar el número de vigilantes. La actitud de Rivera levantó sospechas y fue utilizada en su contra.
Cuando ingresó a las instalaciones revisó los contenedores durante tres horas. La sentencia indica que cuando se dio cuenta de que la droga no estaba, intentó escapar y fue detenido.
“Revisó la mercancía por espacio de tres horas, hasta que al iniciar una carrera hacia el teléfono que sonaba, la fuerza actuante decidió detenerlo e interrumpir la entrega, al ser evidente que había detectado la extracción de la droga, por lo que se detuvo también en Madrid al otro procesado”, según el documento de sentencia.
La sentencia aclara que ambos procesados no tenían antecedentes penales ni en España ni en México y que la prueba en contra de ambos, venció el principio institucional de inocencia.
Gonzalo fue condenado por delito consumado y Martín Rivera por tentativa. El primero, tuvo en su contra el ser el destinatario de la carga y haber realizado varias llamadas con su socio en Jalisco, México, con quien siempre se refirió al mármol y no a las drogas.
Contreras Rincón aseguró en entrevista que no conocía a Rivera. Había hablado por teléfono con él en alguna ocasión y hasta ahí. El trato que recibió Rivera fue distinto: el Tribunal Español le redujo la condena a unos dos años y medio de prisión. Posiblemente, dijo Gonzalo, hoy esté libre en México.
“Es claro que nunca vamos a obtener una prueba directa que nos lleve a la afirmación de que Contreras sabía, y estaba concertado con los cárteles mexicanos de la droga, en la importación de tan importante partida de cocaína y metanfentamina y, es sabido además que no suele tenerse un reconocimiento de hechos cuando la penalidad es tan elevada y no se pueden llegar a acuerdos beneficiosos. Por ello hay que recurrir a la prueba de indicios, prueba hábil para vencer la presunción de inocencia como es sabido, que se lleve a afirmar, que a partir de lo que son datos fácticos, absolutamente acreditados, que sabía lo que estaba haciendo”, dice la sentencia.
Los jueces argumentan que la versión inverosímil de los acusados, fue tomada en cuenta como un indicio en su contra.
“Pensar que todo el mundo es bueno y se presta, por bondad de ánimo, a servir de cabeza a una operación de importación de drogas sin saber, pues lo que cree que está importando es mármol”. Es increíble la actuación y no se entiende sino es, desde la base del conocimiento de lo que estaba haciendo, en que colaboraba de manera activa y qué estaba introduciendo a España, de lo que este Tribunal no tiene duda alguna y entiende que la prueba ha vencido el principio constitucional de inocencia que venía amparando al acusado, por lo que procede dictar en su contra sentencia condenatoria”, agrega el documento.
Uno de los argumentos principales de la sentencia es que Gonzalo es culpable, porque cuando se remite la droga por correo, o cualquier otro sistema de transporte y el acusado participó en la solicitud y operación de la importación o es el destinatario, las leyes españolas lo consideran como un delito consumado, por tener posesión inmediata de la droga remitida.
“El tráfico existe desde que el remitente pone en marcha el mecanismo de transporte previamente convenido con el receptor, por entenderse que la droga quedó sujeta a la voluntad de los destinatarios en virtud del acuerdo alcanzado”, dice la sentencia.
Gonzalo Contreras sostuvo su versión en entrevista: es inocente y fue utilizado por su socio – a quien conocía desde hace 10 años– en México, a quien no pidió perseguir ni llamar a declarar por miedo a que su familia corriera algún peligro en México.
Pero sabe que lo utilizó, porque después de que fue apresado, el socio jamás se comunicó ni con sus papás, su ex esposa o con él. Simplemente desapareció.
“Viviendo mi familia en México, nunca estuve dispuesto que a esta persona se le buscara, no tenía sentido poner en riesgo a mi familia. Yo desconozco si es de un grupo peligroso, o si quieran tomar represalias en contra mía y de mi familia, no lo sé. La duda es suficiente razón para no buscar la lucha por ese lado. La seguridad de mi familia es mucho más importante que el tiempo que pueda yo estar esperando aquí”, explicó.
Contreras Rincón dijo que el socio mexicano le enviaba el mármol y le había dicho que un cliente, lo reclamaría. Pero ese cliente nunca apareció.
Aún así, Gonzalo no tocó esa mercancía. Los contenedores de mármol se fueron directamente a un almacén de logística que él había contratado.
“No es que yo tuviera la llave y entro y tenga acceso a esa mercancía, es una bodega grande, dividida en parcelas o bloques, donde distintos negocios guardan mercancía. Yo podía tener acceso a alguien que guarda zapatos, como alguien a mi mármol. No tiene mucho sentido que alguien que va a pasar droga, cocaína, la deje en un lugar al alcance de cualquiera. ¿Qué sentido tiene? Además una bodega que está en Alicante, a 400 kilómetros de Madrid”, dijo.
Ese, añadió, es un cabo suelto que los jueces y magistrados españoles dejaron.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: JUAN LUIS GARCÍA HERNÁNDEZ/ SHAILA ROSAGEL.
LINK: http://www.sinembargo.mx/03-03-2016/1631781
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