El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (SG), Roberto Campa Cifrián, reconoció este lunes que la práctica de la tortura persiste en distintos ámbitos de la cadena de seguridad pública en el país, al tiempo que Renato Sales Heredia, titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), ofreció la segunda disculpa pública de un alto funcionario del gobierno de Enrique Peña Nieto por los actos inhumanos y degradantes que cometieron tres agentes de la Policía Federal (PF) y dos militares en contra de una mujer.
Ha llegado el momento de terminar con esta práctica, de erradicar la tortura, porque, aunque ha habido avances, debemos reconocer que no hemos logrado erradicarla y que el flagelo persiste, sostuvo Campa en las instalaciones de la Academia Superior de la PF, ubicadas en esta ciudad.
Este reconocimiento que hacemos el día de hoy no parte solamente de las recomendaciones de los organismos internacionales al Estado mexicano, que las hay, sino del diagnóstico con el que contamos por parte de instituciones nacionales, como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) o la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, añadió el funcionario.
La tortura, agregó el subsecretario de Gobernación, no se justifica en ningún caso, ni siquiera ante los peores escenarios, pues por su gravedad es una de las peores violaciones, que no admite excepciones.
No hay tortura si no hay quien la proteja; por eso es importante que exista la convicción clara de que ese flagelo no conviene a nadie. La tortura provoca graves consecuencias en todos sentidos, es por sí mismo un factor detonador de violencia. Una investigación policiaca basada en la tortura carece de valor jurídico y no garantiza llegar a la verdad, sostuvo Campa.
De su lado, Sales Heredia aseguró que los lamentables agraviantes y dolorosos hechos acaecidos en febrero (de 2015) en Ajuchitlán del Progreso, Guerrero, de los que todos fuimos testigos la semana pasada mediante la divulgación de un video en medios y redes sociales, ofenden a la ciudadanía y deshonran a las instituciones de seguridad, y son intolerables y no quedarán impunes.
En lo que fue la segunda disculpa pública por los actos de tortura contra una mujer presuntamente ligada a una célula criminal de La familia michoacana, Sales destacó queprocede sin duda pedir perdón por esos hechos, y también procede asumir con responsabilidad las medidas necesarias para lograr que estos hechos no se repitan.
Al hablar ante agentes federales congregados en el gimnasio de la Academia Superior de Seguridad Pública de la PF, Sales anunció el fortalecimiento de la Unidad de Asuntos Internos, la creación de un mecanismo de supervisión externa y la creación de un grupo dentro de la CNS para dar seguimiento a los temas de derechos humanos.
Al referirse directamente al video en el que dos militares y un agente federal torturan a una mujer, el responsable de la CNS dijo que los policías son la fortaleza de las instituciones, por lo que casos como el de Ajuchitlán no pueden ser más que repugnantes.
Precisó que la labor de los agentes de la policía es garantizar día a día los derechos humanos de las personas, proteger la vida de los ciudadanos, su patrimonio, su libertad y la presunción de inocencia de lo civiles.
De ninguna manera deben esos derechos humanos concebirse como un obstáculo al actuar de las instituciones de seguridad pública, pues son complementarios. Las garantías básicas son la base de un Estado democrático de derecho, basado en leyes y en instituciones que a todos nos garanticen el respeto a la dignidad de las personas, destacó Sales.
La disculpa pública del titular de la CNS se da dos días después de que hizo lo propio frente a militares el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, quien dijo el sábado pasado en el Campo Militar número uno que “quienes actúan como delincuentes (…) no son dignos de pertenecer a las fuerzas armadas”.
Fuente: La Jornada
Autor: Alfredo Méndez
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