A partir de este martes dejan de circular de lunes a viernes más de un millón de vehículos, con el fin de disminuir los índices de contaminación en la Zona Metropolitana del Valle de México, pero para ello se necesitan más acciones, no sólo una.
Este martes entró en vigor la modificación temporal del programa Hoy No Circula que establece que —sin importar el número de su holograma— todos los automóviles dejan de transitar un día a la semana y un sábado al mes hasta el 30 de junio.
Sin embargo, según el doctor Gustavo Sadot Sosa Núñez, esta medida será insuficiente para alcanzar el propósito deseado: reducir la contaminación.
El académico del Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora detalla que la medida inmediata se tomó frente a la emergencia y de poco servirá si no viene acompañada de políticas públicas a mediano y largo plazos que la complementen.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador se pronunció por la implementación no sólo de acciones inmediatas sino por establecer lineamientos de largo alcance que incluyan automóviles, el mejoramiento del transporte público y políticas desde un enfoque de creación y conservación de las áreas verdes, entre otras.
Los vehículos automotores contribuyen con 31 por ciento de la contaminación por partículas suspendidas menores a 2.5 micras, según el reporte “Ecozonas, una propuesta para mejorar la calidad del aire y la movilidad en la Megalópolis”, elaborado por el Centro Mario Molina.
Es por ello que la autoridad ambiental decidió adoptar medidas temporales debido a que en el periodo de febrero a junio habrá poca dispersión de contaminantes a causa de la estabilidad atmosférica y la poca humedad.
No obstante, el investigador que estudia la implementación de políticas de la calidad del aire en México enfatiza que esta nueva medida “no pone en claro cuál es el camino a seguir” en la materia.
“Es evidente que se tenía que hacer algo, pero es un inicio que tendría que venir acompañado de políticas públicas a mediano y largo plazos que la complementen. Por la importancia del asunto era urgente dar un primer paso, pero las autoridades están obligadas a elaborar una hoja de ruta a mediano y largo plazos, en la cual se le comunique a la ciudadanía las acciones que se implementarán”, dice.
Y es que, abunda, es muy delicado que a los ciudadanos los envíen al transporte público que será insuficiente para la demanda y es ineficiente, debido a que en la mayoría de los casos es el que más emisiones contaminantes envía a la atmósfera debido a la casi inexistente regulación ambiental del sector por la debilidad en la aplicación de los programas de verificación al transporte público de pasajeros y de carga.
De ahí que el doctor Sosa Núñez ponga en el centro del debate la electrificación del transporte público y plantear —a largo plazo— la transición al transporte eléctrico e híbrido privado. Para ello, considera que sería importante implementar estrategias como reducir impuestos y dar incentivos para que los ciudadanos puedan adquirir este tipo de vehículos.
El doctor en ciencia política por la Universidad de Anglia del Este, en Reino Unido, detalla que las políticas públicas en torno a la calidad del aire se tienen que basar en datos científicos, tomando en cuenta el contexto social.
Además que el problema debe analizarse desde una perspectiva transversal e integral, aprovechando la coyuntura de la emergencia para establecer un plan de vialidad, replantear el reglamento de tránsito, incluso eliminar los baches de las principales avenidas y comenzar una campaña de bacheo.
Para ello se requiere considerar experiencias exitosas internacionales, como el fortalecimiento de la red de transporte público estructurado, crear infraestructura adecuada para automóviles, ciclistas y peatones; incentivar el uso del automóvil y establecer zonas de control.
Un tema sustantivo es crear y fomentar las áreas verdes, “en lugar de estar pensando poner una rueda de la fortuna, debe plantearse la creación de huertos urbanos y azoteas verdes, porque con pequeñas acciones se puede ir complementando un plan integral”.
Al respecto, el reporte antes mencionado del Centro Mario Molina propone retomar las zonas de baja emisión de contaminantes implementadas en Alemania para reducir las emisiones contaminantes de las fuentes móviles de alta concentración de población, congestión vehicular y mala calidad del aire.
Bajo este planteamiento se propone establecer las llamadas Ecozonas, es decir, lugares en los que se limita el ingreso de autos particulares no verificados y transporte de carga y de pasajeros que sean altamente contaminantes, a través de la irrestricta aplicación de la ley.
Para ello se requiere mejorar la infraestructura pública en función de la movilidad segura no motorizada, la incorporación de transporte público de pasajeros de alto desempeño ambiental, la sanción de los transportes altamente contaminantes y la restricción de la circulación a aquellos que carezcan de una adecuada verificación.
“La implementación de las Ecozonas, al ser una estrategia expandible, flexible y con beneficios ambientales, sociales y económicos, cuenta con mayor probabilidad de éxito que una política de restricción general inmediata”, detalla el documento.
Por medio de un análisis multicriterio considerando variables como demografía, equipamiento urbano, zonas de empleo, accesibilidad, transporte público y calidad del aire, el Centro Mario Molina detectó 25 polígonos que podrían convertirse en Ecozonas en Cuautla y Cuernavaca, en Morelos; Tula, Tulancingo y Pachuca, en Hidalgo; Apizaco, en Tlaxcala, Puebla y Toluca.
A decir del doctor Gustavo Sosa Núñez, las acciones que se implementen son responsabilidad de los tres órdenes de gobierno con una visión integral en la problemática, “y no solo pensando en las estrategias inmediatas o replanteadas, las cuales sabemos que no han dado los resultados esperados”.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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