La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) fue un actor clave para que se exhumaran dos fosas clandestinas creadas por la Fiscalía de ese estado.
“Vamos a presentar un informe diagnóstico de lo que observamos en el proceso, así como del trabajo de los peritos, pero nuestro balance hasta ahora es muy positivo, ya que logramos la exhumación tras varios meses de pelear por eso”, explicó Roberto Villanueva, Director del Programa de Atención a Víctimas de la UAEM.
En diciembre de 2014 se conoció públicamente que la Fiscalía del Estado de Morelos había estado enviando a una fosa común, cadáveres que estaban a su cargo. No se conocía en el comienzo la ubicación exacta de las fosas ni la cantidad de cuerpos que fueron enviados a los enterramientos clandestinos. Al final de las dos primeras jornadas de trabajo, fueron extraídos 117 cuerpos, entre ellos 3 menores de edad, además de “un número que estamos determinando, de varias bolsas que contenían fragmentos de cuerpos”
Estos hallazgos complican aún más la situación de la Fiscalía, cuya única explicación pública para tamaña irregularidad fue acusar la falta de espacio para alojar a los muertos. Estaban enterrados envueltos en bolsas plásticas y varios de ellos no tenían ningún tipo de identificación.
“Ahora tenemos que procesar esos fragmentos para saber si se trata de partes de las mismas personas que están en la fosa, o son de otras. A la Fiscalía se le solicitó que para el caso de los 3 menores, explicite cuáles fueron las acciones llevadas a cabo para dar con las familias de esos niños.”
La tarea contó con la participación de dos equipos forenses federales – de la Procuraduría General de la República y de la Policía Federal- así como de la propia fiscalía de Morelos y el independiente de la UAEM. “Fue muy positivo que hayamos podido tener una participación directa en las fosas, estar presentes y también participar ahora de la identificación genética”
A cada cadáver se le extrajo una muestra, por lo general del fémur, que se dividió en 4, una para cada equipo forense y que analizará cada uno por su cuenta. Tomaron también muestras dentales para elaborar el perfil genético de los cuerpos.
La Universidad robusteció también una base de datos genética que venía elaborando, durante las dos semanas de trabajo en la zona rural de Cuautla, – en un pueblito llamado Tetelcingo, donde las fosas fueron ubicadas en un predio pegado a su panteón local – En una de las carpas instaladas en la zona de trabajo, se tomaron 95 muestras genéticas de personas que tienen algún familiar faltante, que se suman a otras 100 con las que ya contaban.
Por lo pronto, la Comisión Estatal de Derechos Humanos emitió una recomendación que insta a la Fiscalía a realizar un censo de las fosas comunes a su cargo. Eso fue en diciembre pasado, pero que no tuvo seguimiento hasta que la UAEM tomó la posta y la presión.
“Exigimos que tengan un informe de seguimiento y que se cumpliera la recomendación de diciembre. En su momento, les dieron un plazo de un mes y medio para responder dónde están el resto de las fosas. Seguimos esperando esa información desde febrero, no han presentado aún este censo.”
¿Hay posibilidades de replicar el método conjunto en el resto de las fosas clandestinas que existen? “Sí, lo que se fue develando en Tetelcingo, creemos, permitirá abrir las demás fosas de la Fiscalía. Creo que en los siguientes casos también habrá necesidad de transparentar los procesos de inhumación que ha hecho la Fiscalía en los últimos años”, sostuvo Villanueva.
Como decían las madres en los primeros días de excavación en Tetelcingo: este es un proceso que ya no puede echarse atrás.
FUENTE: DESINFORMÉMONOS
AUTOR: ELIANA GILET
LINK: http://desinformemonos.org.mx/fragmentos-humanos-y-cuerpos-de-3-ninos-en-fosas-de-tetelcingo-complican-a-la-fiscalia-de-morelos/