CIUDAD DE MÉXICO: El Juzgado Séptimo de Distrito de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México, dictó auto de formal prisión a Manuel Rodolfo Trillo Hernández, operador financiero de Joaquín El Chapo Guzmán, quien participó en el financiamiento de la construcción del túnel por el que escapó el jefe del cartel de Sinaloa la noche del sábado 11 de julio de 2015.
Rodolfo Trillo, también conocido con varios seudónimos como Manuel Garza Espinosa, Juan Helú García, Ladislao Vázquez López y La Trilladora, es acusado por la Procuraduría General de la república (PGR), por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, al dispersar cerca de mil millones de pesos por el territorio nacional.
También, por la alteración de registro federal de electores, además de uso de documento falso.
De acuerdo con la PGR, las operaciones financieras de Trillo Hernández se detectaron en diversos estados de la República, entre ellos Sinaloa, por lo que se le acusa de realizar operaciones con recursos de procedencia Ilícita, es decir, transferir mediante el uso de instituciones que integran el sistema financiero.
El pasado 27 de junio, se cumplimentó por reclusión, la orden de aprehensión contra el probable responsable a quien se le vincula con el grupo delictivo desde el 2001.
En un comunicado, la PGR señaló que según las investigaciones, el procesado utilizó el sistema financiero mexicano, para dispersar en territorio nacional, un monto estimado de 954 millones de pesos, en un período de cinco años.
Ello, lo realizó utilizando su verdadera identidad, además de tres nombres falsos y dieciséis cuentas bancarias. Actualmente, se encuentra interno en el Centro Federal de Readaptación Social número 15, en Chiapas.
Gracias a la construcción del túnel que financió Trillo Hernández, la noche de ese sábado 11 de julio de 2015, Joaquín Guzmán Loera, burló por segunda ocasión a las autoridades mexicanas al fugarse del penal del Altiplano, donde fue recluido en febrero de 2014, después de ser reaprehendido en Mazatlán, Sinaloa.
A las 11:00 de la noche de ese sábado, en el sistema permanente de videovigilancia del penal federal del Altiplano número 1, se observó que Guzmán Loera se aproximó al área de regaderas dentro de la estancia 20 del pasillo 2, “donde habitualmente, además de su aseo personal, lavan sus enceres”.
“Al prolongarse la no visibilidad del interno, se ingresó a la celda, la cual se encontraba vacía, por lo que de inmediato se emitió la alerta correspondiente por la probable evasión del mencionado recluso”, citó la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).
Con su fuga, El Chapo exhibió nuevamente la vulnerabilidad del sistema penitenciario mexicano, por un lado, y por el otro, el nivel de corrupción de las autoridades mexicanas.
En 1993 Guzmán Loera fue detenido por primera ocasión en Guatemala y trasladado a México, donde fue recluido en el penal de Puente Grande, Jalisco, de donde logró fugarse en enero del 2001, en una acción que a la fecha las autoridades mexicanas no han logrado explicar. Guzmán Loera fue reaprendido en enero de este año.
AUTOR: PATRICIA DÁVILA.