Después de estar ausente durante dos meses, por trabajo, Luis Armenta Solís llegó a su casa en Los Héroes Tecámac y notó algo raro: alguien había cambiado las cortinas. Extrañado, introdujo la llave y no pudo abrir la puerta; pensó que se había equivocado de vivienda; se asomó y estaban su sala y comedor, pero la sorpresa aumentó cuando vio una pareja platicando y almorzando en su antecomedor.
Abogado de profesión, Armenta Solís pudo recuperar su casa y hacer que los invasores la desalojaran en febrero pasado, pero las denuncias penales de otros vecinos cuyas moradas han sido ocupadas no prosperan y corren el riesgo de perderlas.
En los municipios de Tecámac, Ecatepec, Tultitlán, Chicoloapan, Cuautitlán, Coacalco, Zumpango, Huehuetoca, Chalco, Tizayuca, Nicolás Romero, Teoloyucan e Ixtapaluca, según datos del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), 400 mil casas están abandonadas o deshabitadas, y se convierten en botín apetecible para los invasores.
Jazmín N, habitante de Prolongación Ahuehuete, en Villas del Real, Tecámac, asegura que algunos propietarios de viviendas trabajan en la Ciudad de México y los fines de semana o cada mes van a su propiedad, pero como tienen chapa fácil de abrir, los invasores entran; por eso las de la avenida Nogal están casi totalmente invadidas.
Sólo se pagan 5 mil pesos
En estos desarrollos, dicen los vecinos, las casas deshabitadas, recién entregadas o son poco frecuentadas por sus propietarios y son vigiladas por integrantes de agrupaciones sociales vinculadas a partidos políticos; grupos que controlan tianguis, rutas de transporte público e incluso criminales armados que promueven amparos para evadir el pago de hipotecas ante Infonavit y Fovissste.
Cuando detectan una casa sin habitar rompen las chapas, candados y protecciones e introducen a familias completas, a cambio de cantidades absurdas: 5 mil o 10 mil pesos, alentados porque no existe una ley que impida estas acciones o permita a los derechohabientes y propietarios recuperar sus bienes.
José Manzanares adquirió una casa a crédito con el Infonavit en la calle Xóchitl, Unidad San Martín de Valle de Chalco, como una inversión y patrimonio para sus dos hijos. Está al corriente en sus pagos, pero no la habitan porque está lejos de su empleo. El año pasado una persona se metió a vivir y no la puede desalojar.He acudido al Ministerio Público y es una pésima atención; me trata como delincuente.
Jesús Aguilar Sales vive en la delegación Cuajimalpa de la Ciudad de México. En la pasada Semana Santa quiso estar esos días con su esposa y sus hijos en la casa que adquirió hace un año en el fraccionamiento El Dorado, municipio de Huehuetoca, pero al llegar la encontró habitada y para no hacer pasar un rato desagradable a su familia no reclamó.
Posteriormente regresó con la intención de desalojarlos; pidió apoyo a seguridad pública municipal y le dijeron que mejor llevara el caso a los tribunales; acudió al juzgado penal de Cuautitlán a hacer la denuncia.
Estos vivales actúan impunemente, nos quitan el patrimonio de nuestros hijos y hasta me han amenazado con meterme a la cárcel si los saco. ¿Dónde está la justicia? Infonavit no interviene, no nos apoya y sigue cobrando. Yo conseguí un abogado y sólo me sacó dinero.
Marco Antonio Romero, de la Oficina Contra Desalojos Habitacionales AC, señaló que la invasión de terrenos antes era una práctica común por el desorden urbano y la corrupción de líderes y gobiernos estatales y locales; ahora la invasión a casas se debe al creciente desarrollo de unidades habitacionales en años recientes.
En 2011, habitantes del fraccionamiento Fuentes de Tecámac pusieron en alerta al gobierno local y a Desarrolladora Metropolitana, ya que aseguraron que desde el 26 mayo de ese año los invasores –algunos armados– arribaron al conjunto habitacional y en operación hormiga ocuparon alrededor de mil 500 viviendas, incluidas las de obra negra.
En este mismo municipio, en noviembre de 2013, organizaciones civiles invadieron Valle de San Pedro, del grupo Urbi, para revenderlas en 40 mil pesos a familias sin techo, aun cuando todas las casas tienen dueños y las están pagando a crédito a través del Infonavit o algún banco.
En un recorrido por Villas del Real, municipio de Tecámac, habitantes de las privadas Ibach, Fuerte Ventura, Ezcaray y Riveira dijeron que para evitar las invasiones cuentan con circuito cerrado y no dejan entrar a nadie ajeno. Es el caso de la casa 3 de Riveira. Hace un año, a plena luz del día entraron a la privada y ya estaban bajando sus cosas. Por fortuna, los colonos se organizaron y los sacaron.
Quisiera llegar a un acuerdo
Un invasor, que pidió el anonimato, dijo que ante la fala de un buen trabajo y por no poder pagar renta ocupó una vivienda y metió a su familia, pero si puedo llegar a un acuerdo para que no me desalojen estoy en la mejor disposición.
Marco Antonio Romero asegura que el Infonavit nunca pierde, y en lugar de desalojar a quienes invaden u ocupan una casa deshabitada, les ofrece esquemas para que sigan pagando. Reconoció que los derechohabientes quedan en desventaja porque pierden su inversión.
El presidente de la Oficina Contra Desalojos Habitacionales AC recomienda que si una vivienda ha sido invadida se debe actuar y buscar un abogado para presentar una denuncia ante el Ministerio Público y hacerse acompañar de la autoridad para realizar el desalojo. Si propiedad ha sido dañada o las pertenencias robadas se deberá presentar una denuncia.
El Frente Mexiquense en Defensa de la Vivienda Digna AC, encabezado por José Humbertus Pérez Espinoza, contabiliza 400 invasiones.
La organización, que representa a propietarios afectados, inició el 26 de septiembre de 2015 la recuperación legal, y con la movilización de unos 300 despojados, decidimos quitarle a la delincuencia los espacios y la paz que nos han arrebatado, afirmó en esa ocasión Pérez Espinoza.
Fuente: La Jornada
Autor: Marco Antonio Nuñez López
http://www.jornada.unam.mx/2016/07/17/estados/024n1est