La Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo calificó como un acto del crimen organizado el asesinato del director de Gobernación de aquella entidad, Isaías Capeline Lizárraga, quien murió en el interior de su camioneta Ford Lobo abatido a disparos junto con uno de sus guardias.
El crimen se registró el pasado 14 de julio en Cancún, principal destino turístico de México y donde dos días antes se había registrado la fuga de 10 reos.
De 75 años, Capeline Lizárraga era considerado un funcionario que recibía órdenes directas del saliente Gobernador priísta Roberto Borge Angulo. De acuerdo con la oposición, lo mismo encabezaba las actividades policiacas que los programas sociales, el espionaje, el “trabajo sucio” y la mano dura contra los adversarios políticos.
“Yo creo que sabía mucho”, dice el Diputado local independiente Jorge Aguilar Osorio en entrevista vía telefónica. “Era un personaje muy obscuro, de toda la confianza del Gobernador del estado y que tenía información que podía afectar a muchos”, agrega el ex perredista, a quien Capeline acusó en una entrevista de lanzarle amenazas de muerte.La administración de Borge Angulo deja más de 22 mil 400 millones de pesos en deuda pública y, ante la derrota frente a la oposición, buscó “blindaje” con el nombramiento de magistrados y un fiscal anticorrupción emanado de su gabinete.
Una de las denuncias de corrupción difundida en los últimos meses señala la existencia de una red de servidores públicos de su administración dedicados a operar decenas de actos de despojo en las costas del estado.
El método, publicó el pasado mes de julio la organización de investigación Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, consistió en crear, desde el Gobierno local, falsas demandas laborales e incluso compras inscritas de manera ilegal en el Registro Público de la Propiedad y que, a través de la fuerza pública, habrían logrado afectar a decenas de dueños de terrenos costeros.
En la red, agregó la investigación publicada, están involucrados funcionarios como el ex Secretario del Trabajo, Patricio de la Peña Ruiz de Chávez, y el subsecretario del trabajo en la zona norte, Enrique de la Cruz Pineda, además del ex director del Registro Público de la Propiedad, Carlos Alejandro Lima Carvajal, nombrado recientemente Magistrado por Borge.
“El asunto es que tenemos un Gobierno estatal que actúa más allá de sus obligaciones y mandatos legales, que hacía cosas que estaban fuera de la Ley, soterradas”, dice Julián Ricalde Magaña, integrante del equipo de transición del Gobernador electo, Carlos Joaquín González, en entrevista con SinEmbargo.
“Y precisamente este personaje [Isaías Capeline Lizárraga] representa eso: el trabajo que no está dentro de las facultades y órdenes constitucionales. Era director de Gobernación, pero al mismo tiempo director de programas sociales, y lo mismo operaba cuestiones políticas que era el brazo ejecutor de acciones delictivas, como mandar a quemar autos, golpear opositores allanar oficinas, ordenar asaltos; en fin, un personaje grotesco”, agrega Ricalde Magaña, también ex Alcalde perredista de Benito Juárez.
Por eso el crimen, en el contexto del fin de la administración, fue considerado de inmediato en Quintana Roo parte de la búsqueda de protección de quienes podrían verse afectados por la información oficial que poseía.
“No tenemos las pruebas para poder asumir algo al respecto –dice Ricalde–, pero le voy a decir lo que algunos periódicos consignaron al dar la noticia: ‘silencian a Capeline’”.
TRANSICIÓN “ENRARECIDA”
Los entrevistados coinciden en que el reto de la administración entrante –el ex priísta Joaquín González ganó como candidato de una alianza del PAN y el PRD– es dar resultados inmediatos debido que está claro, dice Julián Ricalde, que el triunfo fue un castigo a los excesos de Borge.
“Ya no era noticia que nosotros los políticos denunciáramos agresiones de Roberto Borge y de sus testaferros, sino que fue metiéndose no sólo con los políticos sino con los ciudadanos, al acabarse los recursos públicos, al convertir a Quintana Roo en el último lugar de transparencia; desde los despojos, que es un ejemplo, hasta sus escándalos personales, ya en el ‘todo se puede y en el todo se vale’, y eso ha generado en la sociedad crispación”, plantea el ex Edil de Cancún.
Pero si bien el Gobernador electo ha anunciado investigaciones, agrega, Borge maniobró de manera “abrupta” para protegerse.
“No hay que olvidar que en Quintana Roo hubo el nombramiento abrupto de un Fiscal por siete años, que es parte del blindaje (…) Y el Tribunal de Justicia lo retacaron con personajes de Borge, como Carlos Lima, que era director del Registro Público de la Propiedad y del Comercio, y desde el mes pasado ya es Magistrado. Es parte de todo ese blindaje”, afirma.
Por los asesinatos tipo “ejecución”, las “narcomantas”, el aumento de los feminicidios y las incursiones de personas armadas incluso en la zona hotelera, para el legislador Aguilar Osorio es clara en Quintana Roo la presencia del crimen organizado e infiltrado, dice, en los cuerpos de seguridad pública.
El homicidio de Isaías Capeline ocurrió además mientras Roberto Borge Angulo se encontraba en la Ciudad de México, tratando con la Procuradora General de la República, Arely Gómez González, su paquete de medidas para “blindarse” de sanciones. Y es esa suma de elementos, agrega Jorge Aguilar, lo que en aquella entidad ha generado todo tipo de conjeturas y “enrarecido” el ambiente previo al cambio de Gobierno, previsto para el próximo domingo 25 de septiembre.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANDRA RODRÍGUEZ NIETO.
LINK: http://www.sinembargo.mx/08-08-2016/3075796