En entrevista para Aristegui CNN, recordó que “durante las dictaduras en el cono sur, en Argentina, en Chile, la solidaridad internacional fue fundamental para confrontar las violaciones graves de los derechos humanos”.
Lo que se busca hoy en México es “ver de qué manera podemos cooperar para dar respuestas”, pues el gobierno sigue sin reconocer dicha crisis, señalada por varias organizaciones.
Apuntó que hay “casi 28 mil desaparecidos, más de 150 mil muertos, asesinatos, torturas sistemáticas, diagnósticos que no son inventados”.
Chillier señaló tres casos distintos que muestran tal crisis: la masacre en Tlatlaya, la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa y recientemente los 8 asesinatos en Nochixtlán. En los tres, intervino el Ejército, la policía municipal y estatal, así como la policía federal, en tres estados distintos.
Ante ello, hay una “falta de respuesta del Estado, falta de reconocimiento” a los altísimos niveles de impunidad.
Expuso que actualmente “rige un sistema democrático con todas sus imperfecciones”, por lo que consideró que “no se trata de la falta de instituciones o de leyes sino de la falta de voluntad política”.
Refirió que existe una “incapacidad de poder investigar”, pues “hace falta más inteligencia que fuerza”.
“La militarización no sólo ha incrementado los niveles de violencia sino que no ha profesionalizado los mecanismos de investigación para combatir al narcotráfico”, sentenció.
Para el director, el primer obstáculo es no reconocer “la crisis más grave en toda Latinoamérica”.
Rememoró la visita del presidente Enrique Peña Nieto con su homólogo Mauricio Macri.
Reveló que hubo acuerdos de cooperación donde el Estado mexicano va a “cooperar e incluso poner plata para investigaciones sobre las ramificaciones de algunos de los cárteles mexicanos en Argentina”. Lo anterior, le parece más “una estrategia del gobierno de blindarse hacia afuera, en lugar de hablar de las crisis de derechos humanos”.
Lo que trata el gobierno mexicano es exportar un “modelo (el militar) que no ha funcionado”, aseveró, pues “parecería que hay señales del gobierno argentino del presidente Macri que cree que este antimodelo puede ser la solución”.
“El problema es que en México no ha sido eficaz y ha tenido un costo enorme en violaciones a derechos humanos”, agregó.
“Este modelo no puede ser exportado a otros países”, sostuvo, pues “no hay diagnóstico sólido de cuál es el alcance del narco mexicano en Argentina”.
Chillier lamentó que en el país haya “mucha demagogia y pocas respuestas”, además de que persista el “paradigma prohibicionista” en materia de drogas.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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