Integrantes del colectivo El Solecito de Veracruz anunciaron el arranque de su primera campaña de búsqueda de personas desaparecidas usando técnicas para localizar entierros clandestinos.
En rueda de prensa en la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, en el puerto jarocho, madres y padres de chicos ausentes informaron a la ciudadanía que están dispuestos a recibir toda clase de información vía anónima que los ayude a encontrar restos humanos.
Indicaron que incluso esperan que “personas que hayan participado en esos eventos (matando y enterrando víctimas) se arrepientan y nos den información”.
Reiteraron que no vienen a buscar delincuentes ni a afectarlos, lo “único que queremos es saber dónde están nuestros hijos, aunque los estamos buscando a todos”.
Aunque la Fiscalía General maneja un padrón cercano a los 3 mil desaparecidos, para El Solecito son unos 30 mil los ciudadanos de Veracruz que han sido afectados por este fenómeno alentado por la pelea entre los grupos de la delincuencia organizada.
Las madres reiteraron que están preparadas para realizar la búsqueda en campo, asistiendo a los puntos que tienen señalados desde hace algunos meses.
“A una madre le llegó una información el pasado 10 de mayo, en donde había fosas en Veracruz, y hay otros puntos” dijo otro de los participantes quien pidió a la prensa esperar el momento adecuado para dar a conocer los sitios que visitarán usando equipo especializado.
Entre los asistentes a la brigada viene padres de Los Otros desaparecidos de Iguala, quienes colaboraron con las veracruzanas para aportar capacitación y experiencias exitosas que han tenido en Guerrero, el estado segundo lugar en homicidios dolosos y el cuarto estado con más secuestros, indican datos de la Secretaría de Gobernación.
Las participantes en la búsqueda hicieron un llamado a los veracruzanos que tengan información sobre fosas clandestinas a acudir a las iglesias y, en secreto de confesión, compartirlo con los párrocos.
El tiempo que pasarán en la región realizando estas actividades es indeterminado, esperan recibir más información que ayude a dar con restos humanos “porque hay muchas personas que por temor no lo hacen, pero si no lo hacemos nosotros nadie vendrá a buscar a nuestros hijos”.
El grupo estará custodiado por autoridades federales y personal de la Comisión Nacional para los Derechos Humanos (CNDH).
VERACRUZ, TIRADERO DE MUERTOS
Desde septiembre de 2011, con los 35 muertos en Plaza Américas, el Cártel de Jalisco Nueva Generación le declaró la guerra a los dueños de la plaza en ese entonces, el Cártel de Los Zetas, organización que descolló en el puerto jarocho, Boca del Río, La Antigua, La Mixtequilla y Tierra Blanca, bajo el cobijo de autoridades en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán.
Antes de que Los Zetas tomaran el control de esa región era el cártel del Golfo y una parte del cártel de Juárez los que controlaban el paso y la venta de droga al menudeo.
Con el arribo de Los Zetas, poco después de tomar posesión Herrera Beltrán, lo hacen en medio de una ola de ejecuciones contra viejos distribuidores de droga, abogados de delincuentes de renombre y contra líderes de mercado y de comerciantes de piratería.
La matanza a gran escala, y la imposición de cuotas a negocios de todo tipo, y sobre todo, a giros negros, se volvió evidente en el puerto de Veracruz.
Al darse el cambio de gobierno, de Fidel Herrera a Javier Duarte de Ochoa, éste ingresa sacando de operación a la Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río, cuyos elementos estaban infiltrados por Los Zetas y eran sus principales informantes en la conurbación, y pone en marcha, con el apoyo de la Marina, la operación Veracruz Seguro, que literalmente fue una cacería contra Zetas, al mismo tiempo en la zona no dejaban de aparecer cadáveres, de entre cinco y hasta diez, producto de la disputa de los de Jalisco contra los Zetas, que finamente resultaron desplazados a sangre y plomo.
A partir de entonces, la violencia se volvió más subterránea y de las páginas de los diarios, desapareció la nota roja sobre decapitados, desaparecidos, levantones y homicidios dolosos. Inició así el fenómeno de los desaparecido a gran escala y contra integrantes de la clase media alta, el puerto pasó de ser escenario de cruentas balaceras, a una silenciosa fosa clandestina.
Uno de los puntos que más sospechas genera entre integrantes de los colectivos veracruzanos, y que seguramente estará en la agenda, es un predio ubicado en el extremo norte de la ciudad, frente al fraccionamiento colinas de Santa Fe.
En abril del 2015, el Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras y su personal quedaron en ridículo porque la Procuraduría General de la República (PGR) encontró allí una fosa con cinco decapitados; días antes, la Fiscalía, en supuesto apoyo a los colectivos, peinó el mismo sitio, y no encontraron nada.
Otros puntos bajo sospecha son terrenos ubicados cerca del panteón de San Julián, en donde se presume dieron muerte a las 35 personas en septiembre del 2011; además, en ese sitio aparecieron los restos de unos infantes de Marina, cadetes de Antón Lizardo que habían sido secuestrados y asesinados por Los Zetas meses antes.
Cerca de la base naval de las Bajadas hay otros predios que han generado suspicacia entre los colectivos.
Apenas el 29 de julio pasado se fue de la zona centro del estado, la brigada de búsqueda que en su segunda participación encontró restos humanos en Paso del Macho.
Se espera que este viernes, en Coatzacoalcos, ciudadanos con hijos desaparecidos participen en otra búsqueda apoyados por personal de la Fiscalía. Esta se llevará en la colonia Veracruz, cerca de Las Barrillas.
FUENTE: SIN EMBARGO/BLOG EXPEDIENTE.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/03-08-2016/3075232