No tienen perfil corroborable, si por ello se considera datos personales verídicos puestos bajo el nombre propio en las redes sociales. Pero desde la campaña electoral de 2012 han estado presentes con la capacidad de alterar los algoritmos de esos espacios virtuales desde cientos de cuentas. De manera coloquial, empezó a llamárseles “peñabots” porque han logrado inhibir las críticas al Presidente Enrique Peña Nieto o animado el debate de las reformas estructurales.
Pero, de manera oficial, los “peñabots” no existen. La Presidencia de la República declaró como “inexistentes” los gastos en Twitter, Facebook y Youtube en 2013 ante el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), lo que niega que usuarios falsos o reales hayan operado a su favor ese año en las redes sociales.
Pese a ello, en la memoria del cíber espacio quedó la manera en que cientos de cuentas lograron derrumbar tendencias poco halagüeñas para el Presidente Enrique Peña Nieto. Las manos de los supuestos “peñabots” se notaron en enero cuando lograron bajar la etiqueta “IFAI” que aludía al traspié del Presidente cuando no pudo decir el nombre completo del Instituto (hoy INAI). Se percibieron lo mismo en abril a través de su apoyo al PRI en la disputa con el PAN por el uso de programas sociales. Su presencia fantasmagórica volvió en septiembre para que el acarreo al Grito del Zócalo no se convirtiera en tendencia y con una campaña que justificó el desalojo de 40 mil maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación del Zócalo. Y dejaron vislumbrar su presencia en la coyuntura de la aprobación de la Reforma Energética, cuando enviaron 60 mil mensajes que -según Carlos Páez, director de la aplicación Mesura-, sólo fueron posibles a través de ellos, los “peñabots”.
En enero de 2014, la Unidad de Enlace para la Transparencia y el Acceso a la Información de la Oficina de la Presidencia de la República recibió a través del Sistema “Infomex” una solicitud de información en la que se le requirió el monto erogado en pesos del 1 de enero de 2013 al 31 de diciembre de 2013 en el uso oficial de redes sociales como Facebook, Twitter y Youtube.
También que especificara el nombre de la empresa que se encargó del uso de las redes sociales.
El peticionario requirió copia del contrato con la empresa a cargo de las redes sociales y si no había ninguna, preguntó si se había ocupado a becarios, practicantes o ayudantes que no recibieron remuneración económica por su labor.
También solicitó el monto total en pesos erogado en el análisis de redes sociales, el nombre de la empresa que lo realizó y la copia del contrato.
Quiso además el nombre y monto total en pesos del sistema digital de análisis de redes sociales como Radian 6 y SocialMetriz.
A todas estas preguntas, la Coordinación de Comunicación Social informó que no se encontraron documentos que cumplieran con los criterios señalados; pero además expuso que esa unidad administrativa no eroga recursos relacionados con el uso y análisis de redes sociales o en empresas que se encarguen de dichas tareas.
Así, conforme a los artículos 46 de la la Ley Federal de Transparencia y 70 fracción V del Reglamento de la misma, la información respecto a redes sociales fue declarada como “inexistente”.
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En el sexenio de Enrique Peña Nieto se inauguraron en México los canales de comunicación cibernéticos entre el Gobierno y los gobernados. Las redes no importaban tanto en 2006, cuando Felipe Calderón Hinojosa arrancó su Administración porque Twitter no existía en México, Facebook era apenas un club de amigos sin impacto en la política nacional y Youtube era, para resumirlo en una palabra, “divertido”. Aún no son para todos. Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) al segundo trimestre del año pasado, 46.3 millones de mexicanos no contaba con acceso a Internet por falta de recursos económicos. Pese a este limitado acceso, en muy poco tiempo, de acuerdo con los analistas, las redes dieron un giro en su función. Ya no son simples herramientas para enviar mensajes, ahora son espacios desde los que se influye, debate y batalla.
Consulta de Datos: Acta CI/PR/1SO/2014, folio 0210000002614 en el INAI
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: LINALOE R. FLORES.
LINK: http://www.sinembargo.mx/08-08-2016/3076792