La presidenta del organismo, Estela de Carlotto, informó en una rueda de prensa, que el nieto recuperado tiene 40 años y es hijo de Ana María Lanzilotto y Domingo Menna, dos guerrilleros capturados en 1976, quienes engrosan la larga lista de decenas de miles de desaparecidos que dejó el gobierno militar.
Lanzilotto fue secuestrada tenía ocho meses de embarazo, por lo que fue llevada a Campo de Mayo, uno de los centros clandestinos más importantes que hubo durante la dictadura y en donde se instaló una clínica de maternidad clandestina.
El paradero de la joven y su hijo permanecieron como un misterio hasta que este año el hombre, que vive en Buenos Aires, decidió acercarse a Abuelas para someterse a un análisis de ADN.
De Carlotto confirmó que los abuelos paternos y maternos del nieto 121 ya no viven. “Queremos encontrar nietos con más asiduidad porque no queremos que las Abuelas se mueran con los brazos vacíos”, expresó la presidenta del organismo.
La lucha de las Abuelas, un ícono de los derechos humanos a nivel internacional, comenzó hace 39 años, cuando se organizaron varias mujeres que buscaban a sus nietos nacidos en las cárceles clandestinas.
Las Abuelas descubrieron que las jóvenes embarazadas detenidas por la dictadura eran asesinadas después de parir y sus hijos adoptados de manera ilegal por los propios captores o entregados a otras familias que desconocían su procedencia.
Los militares justificaron el robo de alrededor de 500 bebés con el argumento de que si los devolvían a sus verdaderas familias se convertirían en revolucionarios o “enemigos del régimen”, como consideraban a sus padres.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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