miércoles, 23 de noviembre de 2016

Jalisco da agua “tratada” a la gente, y es mentira: la planta no elimina químicos, dice Greenpeace

El agua que descarga la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales El Ahogado, en el río Santiago, tiene contaminantes que altas concentraciones son cancerígenas, pueden provocar disrupciones hormonales, daños y malformaciones en fetos y en los sistemas reproductivos femeninos y masculinos, denunció este día la organización Greenpeace. Además acusó que algunas de las sustancias halladas son propias del sector industrial halladas “lo que indicaría que esta planta diseñada para tratar aguas de uso doméstico está recibiendo descargas del sector industrial para las que no está acondicionada”.

El agua que descarga la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) El Ahogado, la cual desemboca en el río Santiago, Jalisco, contiene 101 químicos orgánicos aislados, algunos considerados de alto riesgo para la salud de las personas y del ecosistema, y de los cuales al menos 22 ni siquiera están regulados en México, de acuerdo con el reporte Alto a la Catástrofe Ecológica del río Santiago, elaborado por Greenpeace México.
Estas sustancias en altas concentraciones son cancerígenas, pueden provocar disrupciones hormonales, daños y malformaciones en fetos y en los sistemas reproductivos femeninos y masculinos, denunció la organización internacional.

Este día, en conferencia de prensa conjunta de las organizaciones de la sociedad civil Un Salto de Vida AC, Instituto Vida AC e Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario AC (IMDEC), Greenpeace presentaron los resultados de los muestreos que realizó del agua que sale del tubo de descarga de la planta El Ahogado, sedimentos en el mismo lugar, así como de un cárcamo aledaño, y de agua y sedimentos del arroyo de la presa del mismo nombre.

Las muestras fueron analizadas en los laboratorios de investigación de Greenpeace de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Exeter en Reino Unido y en ellas se encontraron sustancias tóxicas encontradas como Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) y semivolátiles (COSV) como el nonifenol, octifenol, ftalatos, cloroformo, bencenos, que en altas concentraciones tienen impactos en la vida acuática y en el ser humano. Muchas de estas sustancias están reguladas estrictamente bajo normativas como la REACH de la Unión Europea, detalló el grupo ambientalista.
“Es preocupante que haya sustancias que escapan del tratamiento de la planta El Ahogado y que por su naturaleza son altamente tóxicas. Las plantas de tratamiento no son la solución, el único camino para mantener limpios los cuerpos de agua y mantener la salud de las personas y del ecosistema es evitar este tipo de descargas y modificar la legislación mexicana para ampliar la lista de sustancias reguladas y que los tres niveles de gobierno se hagan responsables de la contaminación, de la salud de las personas y el ecosistema”, aseguró el coordinador de la campaña de Tóxicos de Greenpeace México, Miguel Soto Treviño.

Entre las irregularidades halladas en el agua que descarga la planta de tratamiento fue la existencia de sustancias propias del sector industrial, al igual que el sedimento más próximo al tubo, “lo que indicaría que esta planta diseñada para tratar aguas de uso doméstico está recibiendo descargas del sector industrial para las que no está acondicionada”.

De acuerdo con el documento, en 2012 fue inaugurada la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), El Ahogado, la cual trataría únicamente “aguas para uso doméstico”. Las autoridades estatales aseguraron que con dicha infraestructura se atendería “la demanda social” y habría una recuperación y restauración ecológica de la presa El Ahogado y del río Santiago.


Mientras que las muestras extraídas del afluente del cárcamo y sedimentos del río “también exhiben la presencia de sustancias tóxicas para la vida acuática y la salud de las personas (cloroformo, ftalatos, 1,4 diclorobenceno, nonifenol, PFC). No queda claro cuál es la fuente exacta de los contaminantes encontrados en el río y sus sedimentos y si estos se dirigen hacia la planta de tratamiento El Ahogado”.

Graciela González, habitante de El Salto, uno de los municipios más afectados por la contaminación del afluente y representante de la organización Un Salto de Vida aseguró:
“Las grandes inversiones que trajeron el progreso y el prometido bienestar no han hecho otra cosa que arrebatar a estos pueblos nuestros modos de ser, nuestros medios de subsistencia y nuestra tranquilidad. El Estado, con ojos ciegos y oídos sordos, promueve la inversión y el crecimiento de los corredores industriales e infraestructuras de abastecimiento energético, antes que atender todas las afectaciones que han traído desde hace décadas”. “Siguen promoviendo el crecimiento urbano por medio de fraccionamientos en zonas de alto riesgo sin respeto a las inexistentes, en los hechos, zonas de amortiguamiento. Consideramos un crimen que sigan trayendo gente a envenenarse, víctimas del desconocimiento de un territorio devastado. Seguimos exigiendo la declaratoria de emergencia ambiental y la atención extraordinaria en materia de salud. Mientras los industriales se siguen enriqueciendo, los habitantes de El Salto y Juanacatlán, seguimos enfermos enterrando a nuestros muertos”.
Otro testimonio fue el de la maestra Estela Cervantes, habitante del municipio de Juanacatlán y representante del Instituto Vida AC, quien señaló que existen diversos estudios que sustentan las graves afectaciones a la salud que provoca la contaminación por sustancias tóxicas en el río.

“Se trata de un espectáculo que eriza la piel, un olor nauseabundo que marea y provoca dolores de cabeza, es increíble que en tan pocos años el hombre haya destruido la maravilla que tal vez a Dios y a la naturaleza le costó miles o millones de años construir. Qué desgracia que el río albergue ahora muerte en sus entrañas en lugar de vida”, describió.
En el evento también fueron exhibidas imágenes tomadas este fin de semana en la cascada del río Santiago, donde más de 200 personas se reunieron para lanzar un mensaje masivo de denuncia con una manta con la leyenda: “Catástrofe ecológica, ¡basta de contaminar!”.

María González Valencia, integrante del Instituto Mexicano Para el Desarrollo Comunitario (IMDEC),recordó que Leyenda retoma la descripción que sobre la situación del río Santiago hicieron los expertos internacionales del Grupo de Trabajo Sobre Empresas y Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en su visita oficial a la cascada de El Salto de Juanacatlán, en septiembre pasado.
Agregó que los expertos en su informe preliminar expresaron que  “Fue un fuerte impacto ver el río cubierto de espuma y el olor de fuertes gases que se desprenden del agua que caen de la cascada El Salto y reconocieron que las autoridades estatales eran muy conscientes del problema, pero subrayaron que se trataba de una cuestión federal, así como el reconocimiento que de 200  mil empresas potencialmente contaminantes, Profepa  y CONAGUA [Comisión Nacional del Agua] solo cuenta con 300 inspectores”.

González Valencia hizo un llamado al Estado Mexicano para que exija a las empresas un alto a la violación de los derechos humanos y a las empresas les exhorto a cumplir y respetar los principios rectores sobre empresas y derechos humanos, reconociendo en  todo momento sus cadenas de valor y el respeto de todos los derecho humanos.

El estudio cita que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren 12.6 millones de personas por vivir o trabajar en ambientes poco saludables, es decir, casi una cuarta parte del total mundial de muertes. Mientras que los factores de riesgo ambientales como contaminación del aire, el agua y el suelo, la exposición a los productos químicos, entre otros, contribuyen al desarrollo de más de 100 enfermedades o traumatismos.

Ante los hallazgos, Greenpeace  exigió un cambio estructural en materia de Ley de Aguas en México que ponga fin a la contaminación de los cuerpos de agua mediante las descargas industriales.

Llamó al Estado mexicano a actualizar y publicar cuanto antes el Registro de Emisiones y Transferencias Contaminantes (RETC) que, acusó, lleva tres años de retraso, para conocer qué tipo de sustancias y en qué cantidad estaría descargando en los cuerpos de agua el sector industrial en los cuerpos de agua de Jalisco y en el resto del país.

Y finalmente reclamó que la deuda de las autoridades de Salud estatales y federales continúa con las poblaciones más afectadas por los contaminantes en el río, por lo que exigimos a las autoridades de Jalisco cumplir su promesa y realizar y publicar los estudios epidemiológicos anunciados el pasado 4 de septiembre por la Secretaría de Gobierno.

“La carga de la prueba de enfermedades no puede recaer sobre las poblaciones afectadas sino que es responsabilidad del Estado y la industria atender esta demanda social”, exigió.


FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/23-11-2016/3118450