El Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, reclamó que los legisladores y otros sectores gubernamentales no están haciendo su trabajo en el combate al crimen y por ello el Ejército tiene que salir a las calles.
“Nosotros no pedimos estar aquí [en las calles]. Si quieren que volvamos a nuestros cuarteles soy el primero en alzar la mano para regresar a nuestras tareas constitucionales. Esto [violencia] no se resuelve a balazos, falta compromiso de muchos sectores para que esto camine, se requieren de otros componentes como presupuestos”, expuso en una conferencia al hacer un balance a 10 años de que las Fuerzas Armadas recrudecieron su embate contra la delincuencia organizada.
El General lamentó que en ese periodo las policías estatales no se hayan reestructurado y que haya muerto una alta cantidad de mexicanos sin importar el bando.
El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reclamó que exista un vacío legal que no define la clara participación de los soldados en tareas de seguridad.
En la conferencia de prensa Cienfuegos dijo que en ocasiones los militares se “la piensan” para hacer tareas de seguridad para no ser procesados por violar la disciplina militar o los derechos humanos.
“Los soldados ya mejor piensan si le entra a enfrentar a los grupos delictivos con el riesgo de ir a la cárcel acusados de violar sus derechos o que sean procesados por desobedecer”, aseuró.
También lamentó que el vacío legal que existe permite que pasen años de combate al narco.
Cienfuegos precisó que la Sedena es la encargada de la seguridad exterior y la Secretaría de Gobernación (Segob) de la seguridad interior.
El pasado 18 de octubre, el Secretario de la Defensa Nacional reconoció que existía un “desgaste” en el Ejército por la multitud de tareas encomendadas, especialmente en el combate al crimen.
“Claro que hay un desgaste eso es obvio, trabajando en todo el país, en todo momento, en la sierra, en las ciudades, claro qué hay un desgaste”, dijo tras las inauguración de la exposición 100 años de la Industria Militar en la Universidad Anáhuac.
El General urgió un marco legal para el Ejército para actuar contra la delincuencia y descartó que exista un déficit en la integración de las fuerzas armadas.
“El ánimo está bien, pero necesitamos más efectivos, un marco legal. No tenemos un déficit”, aseguró Cienfuegos.
En el evento, el Presidente Enrique Peña Nieto hizo un reconocimiento al Ejército. Destacó la lealtad y valentía de los militares.
El jefe del Ejecutivo también destacó la solidaridad de la sociedad mexicana por mostrar el apoyo a los miembros del Ejercito en la emboscada de septiembre pasado.
LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS DE CALDERÓN
Felipe Calderón Hinojosa –quien gobernó México de 2006 a 2012– lanzó la ofensiva más cruenta de la historia moderna. En la decisión pesó su circunstancia política, marcada por la falta de legitimidad que no de legalidad.
En diciembre de 2006 y aun cuando se había promovido como “el Presidente del empleo”, Calderón Hinojosa convirtió la “lucha contra el narcotráfico” en el eje de su Gobierno, desplegando operativos militares en diferentes regiones del país.
De acuerdo con académicos y especialistas consultados por SinEmbargo, el Presidente no tenía elementos para sacar a las fuerzas armadas de los cuarteles a las calles. Cierto que en 2006, en Michoacán –su tierra– el cártel de Los Valencia, asociado con Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, se enfrentaba al del Golfo y una organización delincuencial apenas efervescente: La Familia Michoacana.
Pero el panorama que mostraban las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) no era el de un territorio precisamente inseguro. De hecho, en 2006, la tasa nacional de homicidios había bajado a ocho por cada 100 mil habitantes, de 19 homicidios en esa misma proporción en 1992.
A diez años de distancia, de acuerdo con información obtenida por SinEmbargo, la Procuraduría General de la República (PGR) hoy tiene detectados nueve cárteles activos: Cártel del Pacífico, el de los Arellano Félix, la Familia Michoacana, de Carrillo Fuentes, de los Beltrán Leyva, Los Zetas, Cártel del Golfo, Caballeros Templarios y Cártel Jalisco Nueva Generación; además de 37 células delictivas.
Este mapa no creció sólo en cantidad, sino también en violencia que rebasó al Estado en más de una ocasión, por la magnitud de los hechos y por la ausencia de justicia que reina en muchos de ellos.
De acuerdo con académicos expertos en la materia, en la guerra contra las drogas no ha existido un cambio de Presidente ni un cambio de partido en el poder. Calderón no encontró retorno en lo que decretó en Michoacán en 2006 y Enrique Peña Nieto apostó por seguir en la misma línea, con un discurso que no menciona la palabra guerra, pero que en números es lo mismo.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/08-12-2016/3123483