La cuesta de enero comenzó y con ella las bajas ventas en los mercados públicos, cuyos pasillos lucen a toda hora desiertos, a pesar de los esfuerzos de los locatarios por contener el incremento a los precios de sus productos.
En distintos centros de abasto, los comerciantes detallaron que el costo de la carne de cerdo y res se elevó entre 20 y 30 por ciento desde diciembre pasado, mientras embutidos y lacteos, cuyo precio ya subió en la primera semana de enero, podrían experimentar una nueva alza en breve.
Verduras y frutas han tenido pequeñas fluctuaciones, mientras el bolillo, el huevo y las tortillas mantienen su precio, pero ya no tardan en subir, advirtieron.
Gastamos 800 pesos más a la semana en el consumo de gas, aún no ha llegado el recibo de luz, así que no sabemos cómo viene, mientras la masa mantiene su costo, pero si se incrementa ya no vamos a poder mantener a 11 pesos el kilo de tortilla, lamentó Adolfo Ledezma, propietario de un expendio de ese alimento en la colonia Juárez.
Detalló que la mayoría de los locatarios está absorviendo los costos, porque si te vas por la libre y subes el precio las multas son de 23 mil pesos; para qué exponerse.
Los dueños de misceláneas precisaron que desde los primeros días de enero las carnes frías, como jamón y salchicha, se incrementaron 4.5 por ciento, las margarinas 9 por ciento, el queso 0.4 por ciento, yogur uno por ciento y las cremas otro tanto. Nos avisaron que en dos semanas más viene otro incremento, apuntó Amalia Rosas, del mercado Juárez.
En los locales de frutas y verduras, los productos más caros son la uva, que la ofertan en 80 pesos, y el ajo, en 140 por kilo. En lo demás, los precios suben y bajan, la semana pasada teníamos la cebolla en 28 pesos, ahora está en 18; el jitomate subió un poquito a 18 pesos por kilo, refirió.
En el mercado Cristo Rey, en Álvaro Obregón, la situación es similar. Las ventas de pollo cayeron 20 por ciento y la gente comenzó a sustituir pechuga, pierna o muslo, por retazo, vísceras, cabezas y patas, que antes eran la comida para perros, porque estamos amolados, señaló Marcos Muñoz, quien atiende un local de este producto.
El locatario Nicolás Torres señaló que el costo de la carne de res subió 30 por ciento, pero afirmó que mantienen en 140 pesos el kilo porque no podemos repercutirlo en la misma proporción, sería como condenarnos a no vender nada, pues hoy estamos peor que durante la crisis de 1994, y lo que falta.
Una situación similar enfrenta Cecilia Martínez, con un alza en el precio de la carne de cerdo de 30 por ciento y una caída en las ventas de 40 por ciento, que ha llevado a la gente a comprar menos, porque hasta el chicharrón prensado cuesta casi lo mismo que la maciza, 85 y 95 pesos, respectivamente.
La venta de alimentos preparados no se queda atrás. Aunque demos más barato, no tenemos gente. Todos los días los pasillos del mercado están vacíos. La situación está retedifícil, pero es de lo que vivimos y tenemos que echarle ganas. No queda de otra, afirmó José Blas Lara.
Mientras, Francisco reconoce que la cuesta de enero se prolongará varios meses, porque las ventas están estancadas y la gente muy amolada.
En un recorrido por la zona poniente se observó que los precios del pan de dulce aumentaron un peso y el bolillo se mantiene entre 1.50 y 2 pesos.
Fuente: La Jornada
Autoras: Rocío González Alvarado y Laura Gómez Flores
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