La Fiscalía de Quintana Roo no encontró relación entre los detenidos y las balaceras ocurridas en Cancún y Playa del Carmen por lo que fueron liberados esta mañana.
Los nueve detenidos tras las balaceras en Cancún y Playa del Carmen fueron liberados luego de cumplirse el plazo de ley sin que la autoridad recabara pruebas suficientes para relacionarlos con los hechos violentos; sin embargo la Fiscalía de Quintana Roo, aseguró que “continuará con las investigaciones”.
Lo anterior fue informado por medio de un comunicado de prensa, en el que la autoridad de Quintana Roo señala que la liberación fue realizada “bajo las reservas de ley”.
Quintana Roo enfrentó dos días violentos con balaceras que dejaron un total de nueve fallecidos: cinco en el bar Blue Parrot y cuatro más tras ataques a la Fiscalía en Cancún. Elementos policiacos detuvieron a nueve personas como sospechosas de los hechos: cuatro por los acontecimientos en el festival de música en Playa del Carmen y cinco por los ataques a la FGE.
Ya que no había los elementos suficientes para relacionar y formular el delito, los nueve detenidos quedaron bajo libertad; sin embargo, la Fiscalía recalcó que tanto la Policia Ministerial Investigadora y el Ministerio Público siguen con la investigación para el esclarecimiento de los acontecimientos.
“Tras tomar las declaraciones y practicadas todas las pruebas y peritajes de criminología y balística, se estableció que los detenidos no tenían ninguna relación con los hechos ocurridos, y en estricto respeto a los derechos humanos, la Fiscalía finalmente los liberó a las cinco de la mañana de este jueves”, dijo el Fiscal Miguel Ángel Pech.
Mientras los investigadores trabajaban el martes en la discoteca de Playa del Carmen donde la madrugada anterior murieron cinco personas por disparos, la región volvió a verse sacudida cuando hombres armados asaltaron por la tarde la oficina de la fiscalía del estado de Quintana Roo en Cancún. Cuatro personas fallecieron en el incidente.
Las autoridades atribuyeron ambos incidentes al crimen organizado, pero no explicaron a quién podrían estar vinculados.
Dos mujeres se abrazaban llorando el martes en la noche mientras observaban un charco de sangre y una vela titilante en la puerta de las dependencias de la fiscalía. Un agente y tres presuntos atacantes murieron mientras la policía repelía el asalto y cinco sospechosos fueron detenidos, informó el gobernador de la región, Carlos Joaquín.
El gobernador pidió calma y anunció que el gobierno federal envió refuerzos para garantizar la seguridad de la zona. “Los cancunenses y nuestros visitantes pueden hacer su vida normal”, declaró en un discurso televisado. “Repito, las fuerzas de los tres niveles de gobierno protegen a la sociedad”.
Sin embargo, en el centro de la ciudad, lejos de la zona de hoteles donde se aloja la mayoría de los extranjeros, la tensión era palpable.
Poco después de la balacera en la fiscalía, una caravana de camiones policiales se dirigió al centro comercial Plaza de las Américas, donde cientos de atemorizados compradores corrieron hacia las salidas después de que algunas personas dijeron escuchar disparos. Soldados con equipos de combate revisaron el inmueble.
Más tarde, un funcionario de la fiscalía aclaró que la alerta en el centro comercial resultó ser una falsa alarma. Aunque algunos clientes reportaron disparos, los investigadores no hallaron ningún indicio al respecto, apuntó el responsable, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a la prensa.
El consulado de Estados Unidos en Mérida emitió una alerta tras los incidentes en Cancún e instó a sus ciudadanos a tener cuidado y a “seguir las advertencias y directivas de las autoridades locales y a consultar con sus hoteles antes de abandonar sus instalaciones”.
Las autoridades revelaron pocos detalles del asalto a la fiscalía, incluyendo el número de atacantes o información sobre los detenidos.
David Franco esperaba nervioso con su familia en el exterior de la oficina el martes en la noche, diciendo que temían que su cuñado hubiese sido detenido por error tras el incidente. Explicó que el hombre llamó a su esposa para decirle que estaba atrapado en medio de un tiroteo y que su automóvil había sido alcanzado dos veces por las balas. Lo último que la mujer escuchó fue: “Nos están llevando. Nos están llevando”, pero no sabía quiénes ni a dónde.
La familia buscó al cuñado de forma frenética por toda la ciudad antes de enterarse de que estaba siendo interrogado en la fiscalía, agregó Franco, que explicó que el hombre se dirigía a su trabajo. Su auto seguía estacionado en doble fila a unos 30 metros (yardas).
La balacera de Cancún se produjo un día después de que cinco personas, tres de ellas extranjeros, murieron en un club nocturno a pie de playa durante el festival de música electrónica BPM en Playa de Carmen.
La hipótesis de que ese tiroteo estuvo relacionado con el narcotráfico se fortaleció el martes tras la breve aparición de una pancarta en una carretera, firmada por Zetas vieja escuela”, una escisión del cártel de los Zetas, que insinuaba que el ataque era fruto de una lucha entre grupos del crimen organizado.
Investigadores estudian si la pancarta se refirió al festival BPM o a uno de sus organizadores, explicó el fiscal de Quintana Roo, Miguel Ángel Pech. Las autoridades investigan si el asalto, que dejó 15 heridos, se debió a un caso de extorsión, a un conflicto por narcomenudeo o a que alguien contratara a una persona para matar a uno de los clientes del local, agregó.
De pie ante un memorial con flores y velas en la discoteca Blue Parrot, Rubén Aguinaga, de la Ciudad de México, intentaba buscar sentido el martes al incidente que empañó un festival de música divertido y alegre al que asistía por tercera vez. Preguntado por si regresará, Aguinaga informó que tendrá que pensárselo.
“Que este tipo de cosas pasen me da lástima, me da tristeza, me da impotencia, me da enojo”, manifestó.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/19-01-2017/3137996