Luego de 15 polémicos meses como cónsul de México en Barcelona, Fidel Herrera Beltrán regresó a México para enfrentar los cargos que se le imputan, en particular la administración de medicamentos alterados a menores enfermos de cáncer cuando él estuvo al frente del gobierno de Veracruz. Apenas se conoció la noticia, la Taula per Mèxic –una organización catalano-mexicana proderechos humanos– expresó su beneplácito por la salida de Herrera.
MADRID: La experiencia diplomática de Fidel Herrera Beltrán terminó tal y como empezó: en medio del escándalo. El pasado 22 de enero, de manera inopinada, renunció como cónsul de México en Barcelona tras una denuncia en su contra por fraude cometido durante su gestión como gobernador de Veracruz (2004-2010) consistente en la administración de supuestos medicamentos falsos a menores que debían recibir quimioterapia.
El escándalo salpica a su delfín Javier Duarte, acusado también de ese y otros ilícitos, quien se encuentra prófugo desde que dejó el gobierno estatal el pasado 1 de noviembre. Nadie sabe de él desde entonces.
Herrera Beltrán llegó al consulado de México en Barcelona el 19 de octubre de 2015 inmerso en la polémica. Muchos mexicanos residentes en España se indignaron por su nombramiento debido a las tropelías que solapó durante su gestión como gobernador en Veracruz.
Algunos señalaron que fue él quien allanó el camino a Los Zetas en la entidad, lo que exacerbó la violencia que, a su vez, produjo la desaparición de 134 personas, el asesinato de nueve comunicadores y otras graves violaciones a los derechos humanos, así como el saqueo del erario de Veracruz.
Los 15 meses que ocupó la vieja casona de Muley Afid, sede del consulado barcelonés, Herrera Beltrán ignoró los duros cuestionamientos de los mexicanos. El 23 de enero último, un día después de su renuncia, la Taula per Mèxic (Mesa por México, en catalán), una plataforma en defensa de los derechos humanos formada por mexicanos y catalanes, emitió un comunicado en el que expresó su satisfacción por la salida del veracruzano. Su designación en Barcelona, decía el documento, “no debió haberse producido nunca”.
El 6 de noviembre de 2015 el primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, envió un escrito similar al de la Taula al entonces titular del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC), José Manuel García-Margallo, en el que le cuestionaba la autorización a Herrera Beltrán para ocupar el consulado mexicano.
En su misiva, Pisarello sólo recogió las quejas de los colectivos mexicanos. El gobierno, añadió, no puede ignorar el tema, “mucho menos cuando la ciudad de Barcelona tiene una deuda histórica con México, un país que asistió a los refugiados catalanes cuando lo necesitaron”.
Mano derecha de la alcaldesa Ada Colau, Pisarello le señaló a García-Margallo que “las relaciones internacionales de todas las administraciones, desde el ayuntamiento hasta el Estado español, deben obedecer a unos principios éticos y de respeto a los derechos humanos”. También pidió garantías para que ningún interés económico o geopolítico impida el respeto a esos principios. Nunca obtuvo respuesta.
Las malas compañías
Fidel Herrera nunca ha aceptado que realizó actividades ilícitas durante su gestión como gobernador. Sin embargo, en febrero de 2010 –nueve meses antes de que terminara su sexenio– este semanario publicó las declaraciones de testigos protegidos sobre la presunta protección institucional que tenía La Compañía –el Cártel del Golfo y su aliados de entonces, Los Zetas– en Veracruz (Proceso 1736).
Cuando llegó a Barcelona se hablaba de los presuntos vínculos de Herrera con Los Zetas a través del empresario Francisco Pancho Colorado Cessa, quien actualmente purga una condena en Estados Unidos por blanqueo de capitales provenientes de esa organización criminal.
Durante el juicio que se le siguió a Colorado Cessa en la Corte Federal de Estados Unidos en el Oeste de Texas, el operador financiero del Cártel del Golfo, José Carlos Hinojosa, relató al jurado que “para consolidarse en Veracruz la organización invirtió 12 millones de dólares en la campaña” electoral del entonces candidato priista a gobernador del estado, aunque omitió el nombre de Herrera Beltrán (Proceso 2035).
Ante las críticas contra el nombramiento de Herrera, que se publicaron en El Periódico de Cataluña, el Ministerio de Asuntos Exteriores (MAEC) de España tuvo que actuar para acallarlas.
La Oficina de Información Diplomática (OID) del MAEC envió una comedida respuesta institucional al diario catalán –que se publicó el 23 de noviembre de 2015– para señalar: “España y México son países unidos por una excelente relación en todos los ámbitos y, por lo anterior, respetan sus respectivas decisiones soberanas, como es el nombramiento de un funcionario consular”.
Sin embargo, por lo menos dos funcionarios españoles, uno de ellos del área de seguridad, externaron su preocupación a autoridades mexicanas por el perfil del personaje. Se preguntaban si los señalamientos en su contra eran fundados, según confirmó el reportero.
En enero de 2016, tras la detención y posterior liberación del exdirigente nacional del PRI Humberto Moreira, que atrapó en la polémica a las autoridades de la embajada mexicana en Madrid, Herrera Beltrán pasó prácticamente inadvertido. Y en julio de ese año, cuando concedió una entrevista exclusiva al periódico mexicano El Economista, habló del caso Moreira sólo para deslindarse.
“Esos no son casos ni diplomáticos ni culturales; son casos mediáticos, políticos y electorales que ya fueron resueltos y atendidos por las autoridades –declaró–, y en eso nosotros no tenemos nada que ver. Además, ni siquiera ocurrió en nuestra jurisdicción.”
–¿Y a usted no le ha tocado un caso similar?
–Gracias a Dios, no.
Herrera se quedó callado también en octubre último, cuando el entonces gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, declaró que con la extradición a México de Zhenli Ye Gon, un empresario chino nacionalizado mexicano, la Procuraduría General de la República podría investigar al exmandatario en torno a una credencial del Senado que Herrera le firmó al traficante de metanfetaminas.
Aliados y detractores de Fidel
En su comunicado, la Taula per Mèxic demandó al gobierno español y a la Generalitat de Catalunya tomar en cuenta la opinión del ayuntamiento de Barcelona para aceptar o rechazar al sustituto de Herrera Beltrán en la ciudad Condal.
También planteó al gobierno mexicano que el nombramiento del próximo cónsul sea fruto de “un proceso transparente, informado y con legitimidad democrática”, y exigió que el consulado recupere la condición de Consulado General que le fue quitada con el propósito de que el nombramiento de Herrera no tuviera que ser aprobado por el Senado de la República.
“Rechazamos la designación de más cónsules que estén bajo sospecha de estar vinculados a negocios ilegales y a la vulneración de derechos humanos, como representantes de las comunidades mexicanas en el exterior”, dice el comunicado de la Taula per Mèxic del pasado 23 de enero.
En el ámbito cultural, el caso Herrera Beltrán provocó “un conflicto de conciencia”, según anunció La Casa América Catalunya. Los escritores Juan Pablo Villalobos, Jordi Soler y Laura Restrepo declinaron participar en unas sesiones literarias dentro del Festival MXaBCN.
En un comunicado emitido el 22 de octubre de 2015, días después del arribo de Herrera, la institución organizadora admitió que aun cuando MXaBCN era un “proyecto cultural”, era “imposible desligar la cultura de otros aspectos de actualidad político-social. Por tanto, entendemos y somos respetuosos con las posturas que puedan surgir entre los participantes invitados”.
El corresponsal corroboró que la declinación de los escritores se debió a su desacuerdo con el hecho de que el consulado participaba entre los patrocinadores de esas jornadas literarias.
Ante el rechazo del que fue objeto, Herrera se alió a la Asociación Cultural Mexicano-Catalana (Mexcat), con la que intensificó su participación en actos culturales y empresariales, pues los responsables de esta agrupación gestionaban la denominada Cámara de Comercio Mexicano-Catalana.Desde su fundación en 2008 Mexcat ha estado presidida y administrada por César Cárdenas López, mientras que Albert Torras Corbella funge como vicepresidente y tesorero de la asociación. Torras, un periodista catalán, suele presentarse como presidente del Seminario de Cultura Mexicana, corresponsalía Barcelona.
Como Mexcat es privada, la embajada en Madrid ha recibido quejas de otros colectivos en el sentido de que esa asociación se autoproclama como impulsora de casi todas las iniciativas culturales y fiestas populares relacionadas con México en Cataluña.
En su comunicado, la Taula per Mèxic subrayó que pese al rechazo generalizado, Mexcat apoyó las actividades de Fidel Herrera en Barcelona, en algunos casos con “fondos públicos catalanes”. Esa asociación, según el documento, recibe subsidios de diversas autoridades catalanas.
En 2016, Mexcat recibió 8 mil 500 euros del ayuntamiento barcelonés tanto para la Casa de México –que administra la asociación– como para otras labores, de acuerdo con el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona del 13 de junio de 2016, consultado por Proceso.
Asimismo, organiza desde hace varios años los festejos del Grito de la Independencia en el Poble Espanyol de Barcelona. Mexcat ha recibido subvenciones del ayuntamiento desde la administración del alcalde Xavier Trías (2011-2015).
En 2012, Trías participó en un homenaje organizado por Mexcat con motivo del 110 aniversario del fallecimiento de Bartomeu Robert, único alcalde de Barcelona de origen mexicano, y en septiembre de 2013 fue el invitado de honor a la inauguración de la Casa México en el distrito de Sants-Montjuïc, en Barcelona.
Torras, “soldado del PRI”
Un repaso por las redes sociales de Fidel Herrera con los representantes de Mexcat, César Cárdenas y Albert Torras, ilustra su estrecha relación con ellos.
En enero de 2016, Herrera y Torras viajaron a México. Fueron al barrio de Tepito de la Ciudad de México, donde visitaron la capilla dedicada a La Santa Muerte, y al mercado de Sonora; luego partieron a Veracruz. En su cuenta de Facebook, Torras escribió: “Esta mañana fuimos a Tepito… nos llevó por los mejores lugares del barrio, tan estigmatizado pero con tanta historia”.
El 25 de noviembre de 2015 Torras mostró una fotografía de una comida en el restaurante Flamant de Barcelona donde aparece con el cónsul César Cárdenas y el empresario Salvador Rodríguez Pedrero.
El 23 de marzo de 2016 publicó una fotografía en la puerta del restaurante Taco Alto con miembros de la junta directiva de la Cámara de Comercio Mexicano-Catalana, que él preside. Torras acompañaba al cónsul Herrera, quien intentaba “establecer vínculos, sinergias y líneas de colaboración mutuas”.
Mexcat organizó la instalación de un altar al cantante Juan Gabriel el 2 de noviembre último. Sin embargo, esta iniciativa contrasta con la colocación del altar de la asociación a Heribert Barrera, un polémico científico y político catalán que en julio de 2010 encabezó la manifestación soberanista en protesta por el fallo del Tribunal Constitucional de España contrario al estatuto de autonomía de Cataluña de 2006.
Mexcat homenajeó a este controvertido personaje a pesar de que en su libro Qué piensa Heribert Barrera? publicó frases abiertamente racistas, como la siguiente: “En Estados Unidos, los negros tienen un coeficiente inferior al de los blancos”; “Se debería esterilizar a los débiles mentales de origen genético”; o “La inmigración es la principal amenaza para Cataluña”.
El 17 de octubre pasado, Torras se convirtió en representante de una organización llamada International Press Association de Las Vegas, a cuyos integrantes reunió con Herrera, quien aún era cónsul mexicano. Ante la renuncia de éste Mexcat publicó en su página de internet un comunicado en el que le expresa su “reconocimiento por su tarea en Barcelona y Cataluña, que es la que hemos observado durante este año y medio”.
Según la asociación, desde su llegada “el cónsul Herrera se interesó por las actividades de la comunidad mexicana. No sólo en Cataluña, donde visitó decenas de localidades, y estuvo presente en multitud de eventos realizados por instituciones públicas, asociaciones y colectivos”, y se “intensificaron las relaciones con Andorra”.
Torras, considerado el verdadero cerebro de Mexcat, publicó un elogio desmedido de Herrera en su perfil de Facebook, cuando el veracruzano le comunicó que se regresaba a México “a limpiar su imagen, a tomar el toro por los cuernos y a dar datos”.
Herrera, escribió Torras, “demuestra confianza en su gestión y valor por regresar a la boca del lobo a afrontarlo. México decidirá si lo juzga con pruebas o si lo recibe como buen o mal gestor. Es responsabilidad de México hacerlo de forma justa e imparcial. Y con pruebas. Si no, será un caso más del amarillismo periodístico al que México nos tiene mal acostumbrados”.
Este reportaje se publicó en la edición 2101 de la revista Proceso del 5 de febrero de 2017.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ALEJANDRO GUTIÉRREZ.
LINK: http://www.proceso.com.mx/473378/fidel-herrera-dejo-barcelona-llego-en-escandalo