martes, 28 de febrero de 2017

“Kiko” de la Vega, un gobernador solitario; le falló la política: Ernesto Ruffo

CIUDAD DE MÉXICO: “Yo soy un insurgente”, señala Ernesto Ruffo Appel, el primer opositor en ganar una gubernatura para el PAN –la de Baja California– durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Y añade: en Mexicali “se está viviendo lo mismo que ocurrió en 1989: una insurgencia ciudadana”.


Para el político de 64 años, el problema del agua en su entidad no se deriva de la construcción de una empresa cervecera como Constellation Brand, sino de un problema binacional.

Entrevistado en sus oficinas del Senado, el exalcalde de Ensenada comenta: “La inversión para traer agua es un problema binacional. Si tú estás haciendo redundante este sistema, se vuelve un circuito con Estados Unidos. Todo está conectado. Esta agua que viene del Río Colorado son mil 850 millones de metros cúbicos, pero este río alimenta también a California.


“Si le metes agua por el lado de la desaladora –proyecto del actual gobernador, Francisco Kiko Vega–, entonces mejoras las condiciones generales. Estamos sobre una zona sísmica, que es la falla de San Andrés. Si hay un temblor, esto se vuelve un problema de sobrevivencia regional.”

–Si el proyecto de las desaladoras de Kiko Vega son correctos, ¿por qué generó tanto descontento? –se le cuestiona.

–Cuando me entero de la estrategia del gobernador de construir la desaladora me pareció buena, pero el problema fue cuando quiso obtener la aprobación del Congreso del estado y lo votaron en una sesión en lo oscurito. ¿Por qué lo hacen en la noche? ¿Por qué haces cosas buenas que parezcan malas?

–¿Tiene razón el descontento de la población?

–En política, si tienes que dar explicaciones cuando el problema ya reventó, estás perdido. Por más que des explicaciones, la gente ya tomó posturas. Es una actitud que se convierte en verdad política. Se manejó mal la manera de presentar el proyecto. Desde el punto de vista técnico, tiene una racionalidad.

“En Mexicali hay una insurgencia. La ciudad está viviendo una ‘tormenta perfecta’ porque se vinculó con el gasolinazo, el impuesto a la frontera, el alza de las tarifas eléctricas, todo.”

“Kiko” el ausente

¿Usted hubiera hecho este proyecto de la Ley del Agua? –pregunta el reportero.

“Fui yo cuando llegué a gobernador que me encontré que el agua más cara del mundo en Baja California era para la gente más pobre. Tenían que cargar agua de las pipas. Yo me dije: ‘Tengo que resolver el problema’. Dupliqué el tamaño del acueducto hacia Tijuana. La gente decía: ‘Ruffo no hace nada’, porque era una obra que no se veía.

“Entrando a la administración dupliqué las tarifas, pero nadie dijo nada porque no recibían agua. No tenían que pagar porque no había, pero con el incremento pude ir al banco, financiar el acueducto y entonces comenzó a llegarle agua a la gente.

“El acueducto la llamaron ‘la obra escondida de Ruffo’, porque no se veía. El agua es un asunto bien sentido. Es un asunto de sobrevivencia regional y binacional.”

–¿Por qué al actual gobernador le han salido tan mal entonces las cosas?

–Tratando de explicar la actitud de Kiko –porque así le llamamos– te puedo decir que él trabajó conmigo. Fue el director de Vivienda del estado. Él tiene un deporte: es cazador. Y el cazador es un hombre solitario. Lo único que ve es para donde vuela el viento y caza a la presa.

–¿No tiene equipo?

–No hay estructura. No hay esa armazón política. Tienes que planchar, tienes que armar foros, que todo el mundo comprenda la razón que nos impone la naturaleza que no es difícil de comprender, pero hay que dedicarle el esfuerzo y tiempo. Y esa parte falló.

“En política tienes que salir. La política es el arte de poner a todos de acuerdo. Entonces, tendrías que hacer mucho esfuerzo.”

–Pero también hay muchos escándalos de corrupción –insiste el reportero.

–Yo lo que siempre he dicho es esto: quien no debe, no tiene nada qué temer. Hay que transparentar todo. Si no, el sospechosismo te mata, como dice Santiago Creel. Ya ves que nos encanta ir al café y especular.

Para ilustrar el vacío de poder y la ausencia del gobernador de Baja California, el senador del PAN contó una anécdota reciente: hace 15 días el cónsul chino en Tijuana lo buscó desesperadamente, dice. Habían secuestrado a un ciudadano chino y no encontraban al gobernador.

“Los chinos se acuerdan mucho de mí. Un día estaba con Fernando Gutiérrez Barrios, el secretario de Gobernación entonces, y le dije: ‘Mire, don Fernando, aquí están los procesos de inmigración y ahí en Tijuana está lleno de chinos sin papeles y no les hacen caso’.

“Se sonrojó y me dijo: ‘Yo estaba a cargo de esa área’. ‘Pues hay que reivindicarnos con los chinos’, le respondí. Organicé un evento para darles sus papeles. Sólo acudieron cinco chinos de más de mil que había y organicé todo con las 12 familias en Mexicali y Tijuana. Ellos no confiaban que fuera real. Se escondieron.

“Le dije a don Fernando que lo sentía mucho, pero cuando estábamos rumbo al aeropuerto aparecieron cientos de chinos con un dragón en señal de agradecimiento por los papeles. Hasta que lo vieron lo creyeron. Por eso me conocen a mí los representantes de las familias chinas.”

–¿Y qué sucedió con el gobernador actual?

–El gobernador apareció porque apareció el embajador chino. Y lamentablemente el chino secuestrado apareció muerto.

Movilizaciones de ayer y hoy,similitudes

–¿Existen analogías entre las protestas y el descontento social que existían en 1989, cuando llegó usted a la gubernatura, y la circunstancia actual?

–Hay analogías. Allá estamos los que íbamos contigo, me dijeron recientemente. Es una fisonomía muy parecida. Ahora son más personas porque han pasado más de 27 años. Cuando anduve en la campaña para gobernador, los menores de 35 años no me reconocían. Ya no se acordaban, obviamente. Los mayores de 39 años sí.

“Sí hay analogías porque se trata de movimientos de ciudadanos, no de población. Yo diferencio la población de los ciudadanos. Estos son los que dan el paso a la participación. Son esa gente de familias migrantes, históricas, con esa actitud de ‘déjame trabajar y si abusas te la vas a ver conmigo’. Esa es la actitud de la gente que va a trabajar. Cuando ya no aguantan el abuso te revientan. Eso es lo que estuvo detrás de lo que llamaron la rufomanía.”

La memoria de Ernesto Ruffo viajó a aquellos años. En 1983 comenzó a “coquetear” con el PAN en Ensenada. Su padre, Ernesto Ruffo Sandoval, era muy conocido porque tenía empacadoras de pescado. Gracias a la presencia de su padre logró llegar a la alcaldía.

El gobernador priista Xicoténcatl Leyva “me cerró todas las puertas y no tenía dinero”. La gente pobre acudía al palacio municipal a pedir ayuda, pero Ruffo no tenía presupuesto.

“Entonces me fui a recoger la basura para que digan que estoy haciendo algo. Lo empecé a hacer y todos comenzaron a recoger la basura. Se hizo un movimiento y esto le empezó a reventar al gobernador. Ahí empezó la insurrección ciudadana, con la basura.”

–¿Cuándo trasciende su figura al resto de la entidad?

–Cuando mataron al Gato Félix, periodista del semanario Zeta, que se dedicaba más a asuntos de cultura. El era codirector con Blancornelas. El Gato era muy simpático, muy querido, lo conocí porque se iba conmigo al cómputo de la reina del carnaval. Blancornelas que tenía un colmillo político de miedo me empezó a usar para golpear al gobernador, pero matan al Gato. Y ahí cambia todo. Comenzaron a ver sus columnas. Ahí mencionaba varias cosas que involucraban a Jorge Hank.

“Voy al velorio del Gato Félix en Tijuana. No asistió ninguna autoridad. Cuando salgo de la funeraria, habían como mil personas esperando en un templete. La gente me empezó a decir “díganos algo”.

“Les dije: ‘Vengo a despedir a mi amigo. No es el momento”. Y ellos insistieron: ‘Súbase y díganos algo’. Ahí dije, pues ‘si quieren, quiero’. Y subí. No recuerdo bien lo que dije, pero cuando bajé de esa plataforma clarito me dije: “me quedé con el alma de Tijuana y ya sabía mi destino’.

“Había en esa época el enardecimiento por el asunto del narcotráfico, por la inseguridad. Y me dijeron que yo andaba de insurgente.”

–¿Lo que está sucediendo ahora es una insurgencia?


–Ese dinamismo es lo que está en esta insurgencia. Sí, claro. Yo fui un insurgente. No es que quieras o no, las circunstancias te llevan. Yo estaba inconforme. Vino el PAN y me dijo si quería ser candidato. Le dije que sí.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JENARO VILLAMIL.
LINK: http://www.proceso.com.mx/476103/kiko-la-vega-gobernador-solitario-le-fallo-la-politica-ernesto-ruffo