Vecinos desmienten que hombres armados huyeran del lugar en la refriega.
A Ampliación Cieneguita llegaban camionetas de lujo, pero no el día de la balacera donde murieron tres niños: vecinos
San Miguel de Allende, Gto. Un día antes de la balacera en la finca de Ampliación Cieneguita, sujetos abordo de camionetas de lujo abandonaron el lugar. A la noche siguiente, tras la irrupción de policías estatales en la propiedad, Gabriel, Mateo y Juan Adrián, pequeños de 11, 8 y 4 años de edad, fallecieron al recibir impactos de armas de fuego, mientras ocurría un asalto policial al inmueble.
Estas camionetas fueron vistas por algunos vecinos de la finca, quienes además descartaron que la noche de la refriega hayan huido sujetos armados como lo ha afirmado el procurador de justicia del estado, Carlos Zamarripa Aguirre en diferentes oportunidades.
“… se sabe que parte de los que conformaban el grupo delictivo se dispersó por el patio trasero del inmueble; al arribo de los elementos de los grupos tácticos lograron asegurar primeramente el perímetro del lugar y a la postre incursionaron en el inmueble”, es la versión que la Procuraduría General de Justicia del Estado dio en su primera postura oficial a través de un boletín de prensa enviado 40 horas después del homicidio.
Han pasado más de 15 días del suceso y esta versión ha sido sostenida por el procurador, quien insiste en que las pesquisas apuntan a Antonio Luna, padre de los niños, como el responsable del triple homicidio. Testigos presenciales aseguran lo contrario.
Sopechosos inquilinos
La propiedad de José Cipriano Sánchez se encuentra sobre un terreno de aproximadamente 50 metros de largo por 50 de ancho, rodeado por altas bardas y con un portón negro que da directamente a un camino de terracería perpendicular a la carretera San Miguel de Allende-Dolores Hidalgo.
Dentro hay dos complejos de construcción, en la parte de enfrente hay un espacio de apenas 6 metros de ancho por 12 de largo en donde hay varios cuartos o departamentos, mientras que el otro espacio es el que sería el table dance, una construcción de aproximadamente 25 metros de ancho por 16 de largo, ahí era donde Antonio dormía junto a su familia.
El 28 de diciembre, José Cipriano Sánchez decidió rentar el departamento a dos mujeres, él asegura que no tenía puesto un letrero de “se renta” porque ese espacio lo estaba ocupando como bodega.
Unas semanas antes, dos mujeres habían llegado hasta la finca para pedirle que les rentara una parte. Una de ellas se identificó como Verónica Ortiz y dijo que ambas eran originarias de León y buscaban un lugar para vivir pues tendrían que estar trabajando muy cerca de la carretera San Miguel de Allende-Dolores Hidalgo.
“Fue una pareja de señoras para pedirme que les rentara y yo les dije que no podía porque la tenía ocupada como bodega, me dijeron que si más delante y les dije que sí y no sé, como a las 2 ó 3 semanas fueron otra vez y así y les dije que sí, que sí se los rentaba solo que me dieran tiempo para desocuparlo”.
El contrato no se realizó porque Verónica dijo que le habían robado su camioneta en el municipio de León y que ahí tenía todas sus identificaciones, así que le solicitó a José Cipriano que pudieran hacer el papeleo hasta pasando el día 9 de enero.
Durante ese tiempo, Antonio Luna estuvo de vacaciones. Cuando volvió a trabajar el 10 de enero, José Cipriano sólo le comentó que un departamento ya había sido rentado.
Aunque José Cipriano iba todos los días a su finca, asegura que nunca vio nada extraño y que la última vez que vio a sus inquilinas fue el 7 de enero. Ninguna de ellas volvió a aparecer o comunicarse después del 14 de enero.
‘Hombres entraban y salían’
Ampliación Cieneguita había sido siempre un lugar tranquilo, hay algunas propiedades cercanas como una construcción a apenas 25 metros y a 500 metros de la finca de José Ciprinano también se encuentra un fraccionamiento casi nuevo.
La gente conoce a José Cipriano como “El Pollo” y su finca es famosa porque además de querer ocuparla como un table dance, se encuentra a contraespalda de otra propiedad de Cipriano, que construyó con la intención de convertirla en un motel pero que nunca se habilitó.
Entre los vecinos cercanos a la finca, también estaban Antonio, Juana y sus tres hijos, quienes solían vivir a unos 200 metros de distancia.
A finales del mes de diciembre, comenzó a verse actividad rara dentro de la finca de José Cipriano, a menos eso es lo que mencionan gente que pasa todos los días por ahí.
La gente reporta que había hombres dentro de la finca y no mujeres, como José Cipriano ha asegurado. No porque no les haya rentado el departamento a ellas, sino porque nadie las vio.
“Entraban y salían camionetas nuevas y lujosas, se veían como de películas de narcos y había gente ahí pero eran señores (…) el jueves en la tarde salieron 2 camionetas, una se fue para el rumbo de Marroquín y la otra se fue como rumbo a San Miguel, pero tenían días entrando y saliendo las camionetas, tenían como unos 15 días”, relató un testigo.
El viernes 13 de enero las camionetas no fueron vistas por nadie y cuando fue hora, Antonio le pidió a Juana y a los 3 niños que lo acompañaran a velar, como lo hacían casi todos los fines de semana.
Juana lo ha relatado en varias ocasiones: fueron a la tienda de la vuelta a comprar comida para ponerse a ver la televisión y luego se durmieron pero fueron despertados por el sonido de los balazos.
Ese mismo ruido también despertó a gente que vive por la zona, algunos sacaron su celular y comenzaron a grabar el supuesto enfrentamiento a balazos, pero según los testigos… ni los disparos ni un presunto grupo armado salieron de la finca, tal como afirmó la PGJE.
“No salió nadie, toda la balacera fue adentro de la casa porque ni afuera de la casa, todo fue en el patio (…) no corrió nadie, porque habían dicho que habían salido hombres armados corriendo y no, nos consta que no salió nadie”, mencionan.
Los vecinos no supieron nada, incluso llamaron a la policía municipal en varias ocasiones pero en ningún momento vieron torretas o patrullas debidamente identificadas.
Horas después, los vecinos supieron de la muerte de Mateo, Gabriel y Juan Adrián y más tarde, incrédulos escucharon que la Procuraduría General de Justicia del Estado señalaba a Antonio Luna como el responsable de asesinarlos.
Ataque dirigido
La finca es custodiada las 24 horas por elementos de la Policía Municipal, el sitio está acordonado y ni José Cipriano Sánchez ha podido ingresar, pero los balazos son evidentes a la distancia, pero éstos sólo se concentran en el lugar donde Antonio dormía con su familia, la fachada parece intacta.
En fotografías tomadas por el equipo de Zona Franca se logra visualizar una de las ventajas de la parte superior del salón, sitio donde pernoctaba la familia Luna. En un pequeño espacio se logran contabilizar hasta 20 impactos de bala que parecen de alto impacto.
Las discrepancias
1.- La Procuraduría General de Justicia del Estado, en voz de Carlos Zamarripa, ha afirmado y sostenido que los elementos del grupo criminal huyeron por la parte posterior de la finca. La construcción no tiene niguna salida por la parte posterior.
2.- La PGJE señaló que en el momento del operativo, los policías ministeriales fueron recibidos a balazos por parte de integrantes de un grupo delincuencial. Los testigos señalan que en la finca sólo estaban Antonio, Juana y sus 3 hijos.
3.- La autoridad señaló que se montó el operativo debido a un reporte donde se señalaba que había detonaciones de arma de fuego. En caso de que ese reporte se hubiera dado, tendría que haber acudido la Policía Preventiva, además Carlos Zamarripa Aguirre nunca ha querido aclarar si había o no orden de cateo.
4.- También se informó que en la finca había sido aseguradas armas de fuego, drogas y vehículos pero en ningún momento han sido mostradas pruebas que lo afirmen.
5.- El Procurador ha asegurado que sus vehículos fueron recibidos con fuego, pero resistieron por su blindaje; esos vehículos tampoco han sido mostrados.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS/ZONA FRANCA.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://aristeguinoticias.com/0202/mexico/surgen-mas-dudas-sobre-homicidio-de-3-ninos-en-san-miguel-de-allende/