La vaquita marina está cada vez más cerca de la extinción, alertan grupos civiles y animalista. En sólo un par de semanas fueron hallados dos cadáveres de ejemplares de la especie endémica de México y su población ha disminuido en un 90 por ciento en los últimos cinco años, tiempo en que un funcionario militante del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), fundado en 1986, lleva las riendas de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
“En el último lustro se ha perdido una cantidad significativa de la población de vaquitas marinas y existe una forma de interpretar este proceso: es un conjunto de responsabilidades institucionales”, dijo Roberto Constantino Toto, profesor-investigador del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Xochimilco, en entrevista para SinEmbargo.El periodo en el que la vaquita marina ha sufrido su más fuerte declive coincide con la llegada del PVEM a la Semarnat. Del 1 de diciembre de 2012 hasta agosto de 2015, Juan José Guerra Abud estuvo al mando de esa dependencia y, desde su salida, el “ecologista” Rafael Pacchiano Alamán ha estado al frente.
Precisamente hasta 2012, alrededor de 200 ejemplares de la marsopa más pequeña del mundo nadaban por las aguas del Alto Golfo de California y ya para febrero de este año, la población alcanzaba apenas 30, de acuerdo con el último reporte del Comité Internacional para la Recuperación de la especie (CIRVA).
“El Verde ha hecho de los asuntos ecológicos y del medio ambiente sus principales ejes de discurso electoral. Parece no entender que en materia de los asuntos medioambientales, ecológicos, ecosistémicos, se necesita más que creencias: se necesita información y conocimiento. Tengo la impresión que son pocos los expertos que acuden a una convocatoria del PVEM para la discusión de los asuntos. Se le percibe como una institución muy poco seria, con muy pocos fundamentos”, dijo el académico Constantino Toto.También planteó que el partido del Tucán abandera un conjunto de causas que parecen “contradictorias” a sus ideales fundacionales.
“La forma en la que se funda, en la que se desarrolla, en la que se intenta consolidar como una institución política que represente una alternativa interesante para los votantes del país, ha sido profundamente cuestionada y no es un tema nuevo”, destacó.
En 2008, el Partido Verde Europeo (PVE) compuesto por 36 partidos políticos que se basa en la ideología de la conservación del medio ambiente y el respeto por la vida, anuló el vínculo con el controvertido instituto político mexicano, ya que se negó a renunciar a la campaña que promovía la pena de muerte. Por si fuera poco, el PVEM también fue excluido de las reuniones de la red mundial Global Verde, constituida por 79 partidos ecologistas.
Miguel Alejandro Rivas Soto, coordinador de la campaña de Océanos de Greenpeace en el país, expuso que el declive de la población de la vaquita “es resultado de las políticas públicas que son incentivadas con un marco legislativo débil” .
“El PVEM debe replantearse si de verdad sus políticas han ido en favor de la biodiversidad […] No hay un soporte entre lo que ellos han dicho sobre defender el medio ambiente con lo que realmente está pasando en México”, afirmó Rivas Soto.LA VAQUITA ESTÁ A PUNTO DE EXTINGUIRSE
Ante este panorama, principalmente por el hallazgo de dos ejemplares muertos en un par de semanas, Constantino Toto y Rivas pronosticaron que el único mamífero marino endémico de México podría extinguirse muy pronto, incluso antes de que finalice la administración de Enrique Peña Nieto, en 2018.
“No cabe duda de que nos acercamos a la extinción [de la vaquita marina], ya estamos con un pie adentro y todo esto se debe a no fiscalizar la pesca de totoaba y está quedando en evidencia”, acusó Rivas, quien ha insistido, al igual que el CIRVA, en que las redes para atrapar totoaba –también en peligro de extinción– han sido las principales causantes de la muerte del pequeño cetáceo.
En su oportunidad, el maestro Constantino Toto planteó que “si no hacemos un esfuerzo científico por conservar, proteger y tratar de contener la extinción de la vaquita marina, efectivamente estaremos asistiendo en el muy corto plazo a su desaparición”.
Sin embargo, explicó, el proceso de reducción de la especie viene de tiempo atrás, incluso antes de la llegada del Partido Verde a la Semarnat. Afirmó que el estilo de desarrollo que se ha llevado a cabo en la región del Alto Golfo de California, ha presionado continuamente sobre la estabilidad de los integrantes de esa población, particularmente durante los últimos cinco años, periodo en que las estimaciones han arrojado una aceleración en la pérdida.
Asimismo, subrayó que la naturaleza de la especie no garantiza la reproducción y la estabilidad del número de sus integrantes a lo largo del tiempo, ya que tiene un periodo de gestación cercano a los 11 meses y con sólo una cría, por lo que, puntualizó, “resulta relativamente difícil el aumento de su población y su hábitat está sometido a una gran presión”, derivado de las artes de pesca.
Lo anterior, destacó, tiene que ver con dos temas. Uno, comentó, son las consideraciones que se tienen a nivel institucional sobre la preservación de la diversidad biológica.
“En la disponibilidad de los presupuestos se revelan las preferencias institucionales y claramente la preservación de la vaquita marina no es una de las prioridades”, expuso.Además, dijo, el Estado ha derogado sus facultades y sus responsabilidades a los demás, en este caso, a los pescadores.
“Es una falta de interés institucional; es decir, el Estado no puede subrogar sus facultades en favor del mercado”, destacó. También expuso que ya que en 2015, en un esfuerzo por detener el declive de la vaquita, México estableció una prohibición de dos años al uso de redes de enmalle dentro del rango distribución de la vaquita. Sin embargo, organizaciones han denunciado reiteradamente que la implementación de la veda “ha sido catastrófica”, ya que la pesca ilegal se ha extendido en todo el hábitat de la especie.
“Tengo la impresión que en el caso de la vaquita marina coinciden unas finanzas públicas presionadas y poca actividad institucional por parte de las agencias responsables de estos asuntos –como la Semarnat y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)–. Ha habido un desencuentro con los objetivos que deben cumplirse. Esta es una versión bastante desafortunada para todos nosotros y en especial para la continuidad de la vaquita marina en los ambientes naturales”, añadió el especialista.El segundo tema, apuntó, es la convicción de las instituciones de que la riqueza biológica se conserva de mejor manera si se percibe que emane de ella un valor económico significativo y “claramente es una conducción poco responsable, es decir, es muy barata en términos presupuestales, pero es poco responsable en términos de los cumplimientos de objetivos de las especies”.
“En resumidas cuentas, tengo la impresión que de continuar este modelo, de no haber una acción directa de protección y salvaguarda, quizás estaremos asistiendo para el final del sexenio a la extinción de esta especie. Parece que los temas de la conservación ecológica siguen sin entenderse, pues no es que sean temas de la naturaleza: son temas de todos nosotros porque todos formamos parte de ella. En términos del bienestar humano desconocemos los alcances y los costos futuros que tiene para las propias sociedades humanas la pérdida de la vaquita marina”, advirtió.
ONGS DE EU LLAMAN A BOICOTEAR CAMARÓN MEXICANO
La semana pasada, organizaciones de la sociedad civil estadounidenses anunciaron un boicot en contra del camarón proveniente de México, a fin de presionar al Gobierno de Peña Nieto a que proteja a la vaquita marina de una extinción inminente. Sin embargo, la medida da un duro golpe a la economía de las familias de los pescadores y es consecuencia de la ineficacia del Gobierno mexicano para actuar en la protección de la especie, denunciaron Greenpeace y personas afectadas.
El boicot no sólo daña a algunos pescadores del Alto Golfo, que es en donde habita la vaquita. Los estados afectados incluyen a Baja California, Baja California Sur, Sonora, Nayarit, Jalisco, Chiapas, Tamaulipas y Veracruz.
El Instituto Nacional de Pesca (NFI, por sus siglas en inglés) calificó la decisión como “equivocada” y sostuvo que la pesca de camarón en México está regulada y no pone en peligro a la vaquita. Cabe mencionar que Estados Unidos es el principal comprador del camarón mexicano. El año pasado, el país vecino del norte importó millones de toneladas de camarón valuadas en más de 274 millones de pesos.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: IVETTE LIRA.
LINK: http://www.sinembargo.mx/21-03-2017/3177773