El abandono del campo, la pobreza y el aumento de la drogadicción detonaron los homicidios en Tecomán, Colima, uno de los municipios con la tasa de crímenes más alta del país, comparado con el tamaño de su población. Las autoridades locales advierten una disputa entre grupos delincuenciales por el control de la zona, especialmente para la venta de estupefacientes.
Durante 2016, en este pequeño ayuntamiento de poco más de 100 mil habitantes, antes pujante por la cosecha de limón, se registraron 193 homicidios dolosos, la mayoría cometidos por arma de fuego.
Este registro es mayor al de Iztapalapa, por ejemplo, que tiene 2 millones de habitantes.
Si bien el mes pasado la incidencia delictiva bajó en Colima, la entidad persiste con la tasa de crímenes más alta del país. En este contexto, hace unas semanas fue enviado a la entidad un regimiento de 500 elementos de la Policía Militar.
En Tecomán, no obstante, continúa la alerta, ya que sólo en el primer bimestre del año se reportaron 40 asesinatos dolosos: 34 cometidos con artefacto de fuego, dos con arma blanca y cuatro sin precisar el tipo.
El gobernador de Colima, Ignacio Peralta (PRI), señaló que se está atendiendo el contexto social de la zona afectada por el tráfico de drogas sintéticas altamente adictivas y peligrosas, especialmente para los jóvenes.
Junto con Manzanillo y Colima, Tecomán está ya en el grupo de 50 municipios de atención prioritaria para el gobierno federal por su alta incidencia delictiva.
“Tecomán trae un problema muy grave de generación de pobreza, pese que había sido el municipio más rico del estado, el motor de la economía (a su limón se le llamaba el oro verde colimense) y lamentablemente por una serie de errores de política pública en materia agropecuaria, el campo se nos cayó en los años recientes y empezó a generar cinturones de pobreza aparejado con el consumo de droga, particularmente entre los jóvenes”, explicó.
Este diagnóstico fue expuesto ayer por el mandatario a funcionarios de la Secretaría de Gobernación, dependencia que realiza actualmente un análisis de la situación por la que atraviesan las corporaciones policiales de estados y municipios, a fin de firmar convenios que limiten o amplíen el apoyo de fuerzas federales e incluso para que se determine su retiro.
El gobernador resaltó que el problema de violencia en Colima es inercial desde hace muchos años, es decir, los delincuentes toman este territorio como centro de operaciones o ejecuciones y, por tanto, se pelean por el control del mismo, especialmente el puerto de Manzanillo, motor del crecimiento económico de la entidad.
Pero también hay que reconocer, por los hallazgos y aseguramientos realizados en los últimos años, también es una instalación utilizada por la delincuencia organizada. Lo que Colima registra es parte de un fenómeno nacional, disputa entre bandas, señaló al término de una reunión con funcionarios de Gobernación.
Tenemos evidencia, señaló, de que algunos de los crímenes fueron perpetrados por sicarios que no viven en Colima, es decir, entran, hacen su tarea y se van del estado. Agregó que 99 por ciento de los homicidios dolosos se relacionan con la delincuencia organizada, por lo cual la vida cotidiana transcurre con normalidad.
Ayer el mandatario estatal anunció, sin embargo, una inversión de la iniciativa privada en Colima por 150 millones de pesos, así como un incremento del turismo.
Fuente: La Jornada
Autora: Fabiola Martínez
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