La depresión, que es la primera causa de discapacidad laboral en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a casi 10 millones de mexicanos, una quinta parte de las que desarrolla etapas crónicas que, de no tratarse, pueden derivar en actos de autodestrucción, adicciones y suicidio.
Con motivo del Día Mundial de la Salud, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) señaló que la obligación del Estado de garantizar, respetar y proteger el derecho a la salud incluye el cumplimiento de los estándares internacionales esenciales e interrelacionados de disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad para brindar un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad o dolencia.
Según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, México está entre los países con mayor prevalencia de enfermos clínicos reportados, y las leyes y políticas sanitarias resultan insuficientes para detectar y diagnosticar a tiempo a la población afectada por la depresión.
Es por ello que el ombudsman alertó igualmente sobre la necesidad de identificar y reconocer a la depresión como un factor que origina discapacidad laboral.
En cuanto a la depresión, se puntualiza que afecta a personas de todas las edades, condiciones sociales y de todos los países, y provoca angustia mental y afecta la capacidad para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas más simples, lo que tiene en ocasiones efectos desfavorables sobre las relaciones con la familia y los amigos, así como sobre la capacidad de ganarse la vida.
En el peor de los casos, la depresión puede provocar el suicidio, que actualmente es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años de edad.
Es por ello que la CNDH se ha pronunciado en distintos foros sobre la importancia y urgente necesidad de contar con un presupuesto público con perspectiva de derechos humanos, que cuente con metodologías apropiadas para colocar a la dignidad humana en el eje central de la formulación, discusión, aprobación, ejercicio y evaluación del gasto federal, y desde luego en el rubro de la protección de la salud.
Igual refrendó su compromiso para alentar a garantizar, respetar y proteger el derecho a la salud, y de manera concreta, lograr una mejor comprensión de qué es la depresión y de cómo puede prevenirse y tratarse, lo que contribuirá a reducir la estigmatización asociada a la enfermedad y conllevará un aumento del número de personas que soliciten ayuda.
Persiste la estigmatización
En México persiste la estigmatización de las enfermedades mentales, alertó Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
El especialista señaló que ante la estigmatización se debe tomar conciencia para que la sociedad sepa que estas enfermedades, entre ellas la depresión, son como cualquier otro problema de salud, “y con un ‘échale ganas’ el afectado no va a salir adelante”.
Según la OMS, resaltó, la depresión es la primera causa de problemas de salud y discapacidad a nivel mundial; las últimas estimaciones de este organismo indican que más de 300 millones de personas viven con este trastorno.
Este padecimiento se manifiesta con estados de desánimo, pérdida de interés e incapacidad de disfrutar diversas actividades, dificultades de concentración, baja autoestima, alteraciones del sueño y del apetito y, en casos extremos, ideas suicidas, advirtió Fajardo Dolci.
De igual forma, se destaca en un comunicado de la UNAM, la OMS señala que son pocas las naciones que invierten en salud mental, cuando los estudios muestran que por cada dólar invertido en tratamientos para la depresión y ansiedad, hay un retorno de cuatro dólares en mejor salud y habilidad para trabajar.
En promedio, sólo 3% de los presupuestos de salud de los países se invierte en salud mental, variando de menos de 1% en los de bajos ingresos a 5% en los de altos ingresos.
Al respecto, el director de la FM comentó que la prevención y tratamiento oportuno disminuiría los costos, tanto para el afectado y su familia, como para el sistema de salud.
En cuanto al tratamiento, aseguró que depende del paciente y la severidad del padecimiento, pero regularmente se echa mano de terapias, de fármacos antidepresivos, o de ambos.
En lo que se refiere al papel de la familia, es primordial su participación tanto en la parte del diagnóstico como en el seguimiento y apego al tratamiento, “sobre todo en la rehabilitación para disminuir el número de recaídas”.
Además, agregó, es importante su capacitación en el manejo de riesgos y crisis, así como hacer conciencia en el círculo de amistades e, incluso, en los empleadores, no como un problema, sino como expectativa de aumento en la productividad de la persona en el mediano plazo.
Cabe destacar que la falta de inversión en salud mental en los próximos 14 años para atender diversos trastornos, en especial la depresión y ansiedad, ocasionará pérdidas económicas por un billón de dólares al año, advierte la OMS.
Finalmente, Fajardo Dolci indicó que los profesionales de la salud en nuestro país están capacitados para detectar y canalizar a las personas que así lo requieran. La UNAM cuenta con los servicios del Departamento de Psiquiatría y Salud mental de la FM, además de los centros de atención de la Facultad de Psicología.
Fuente: Proceso
Autor: Redacción
http://www.proceso.com.mx/481491/padecen-depresion-casi-10-millones-mexicanos-alerta-la-cndh