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Esa obligación de aplicar las medidas necesarias y justificadas, de conformidad con los principios en materia de derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales, suma la obligatoriedad de que la persona desaparecida o no localizada y las víctimas –referidas en el ordenamiento-, no será revictimizada o criminalizada en cualquier forma, agravando su condición, obstaculizando o impidiendo el ejercicio de sus derechos o exponíendoles a sufrir un nuevo daño.
Al momento en que se reporte o denuncie la desaparición de niñas y niños, y jóvenes menores de 18 años, se iniciará la carpeta de investigación en todos los casos, y se emprenderá la búsqueda especializada de manera inmediata y diferenciada. Así, todas las acciones asumidas garantizarán un enfoque integral, transversal y con perspectiva de derechos humanos de la niñez.
Por lo que hace a los delitos de Desaparición Forzada de Personas y de Desaparición, cometida por particulares, serán perseguidos de oficio y tienen el carácter de permanentes o continuos, en tanto el paradero de la persona desaparecida no se haya determinado, o sus restos no hayan sido localizados y plenamente identificados.
El documento que la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados turnó a las comisiones de Derechos Humanos y Justicia –con objeto de ser dictaminado-, también matiza que el ejercicio de la acción penal y ejecución de sanciones penales que se impongan judicialmente para los delitos de desaparición forzada de personas y de desaparición cometida por particulares, son imprescriptibles y no están sujetos a criterios de oportunidad, ni a formas de solución alterna al proceso, u otras de similar naturaleza.
Así, las sanciones para el delito de Desaparición Forzada de Personas podrán aumentarse hasta en una mitad, cuando durante o después de la desaparición la personas muera debido a cualquier alteración a su salud o enfermedad previa que no se hubiera atendido de forma adecuada; cuando la persona desaparecida sea niña, niño o adolescente, mujer, mujer embarazada, persona con discapacidad o persona mayor; cuando la identidad de género o la orientación sexual de la víctima sea la motivación para cometer el delito.
Los castigos contra aquellos individuos que incurran en actos de desaparición forzada de personas, serán los siguientes:
“Se incurre en el delito de desaparición cometida por particulares quien prive de la libertad a una personas con la finalidad de ocultar a la víctima o su suerte o paradero. A quien cometa este delito se le impondrá pena de 25 a 50 años de prisión, y de cuatro a ocho mil días de multa.
“Se impondrá pena de diez a veinte años de prisión, y de quinientos a ochocientos días de multa a quien omita entregar a la autoridad o familiares al nacido de una víctima del delito de desaparición, cometida por particulares durante el periodo de ocultamiento, a sabiendas de tal circunstancia.
“Asimismo, se impondrá pena de diez a veinte años de prisión a quien, sin haber participado directamente en la comisión del delito de desaparición cometida por particulares, retenga o mantenga oculto a la niña o niño que nazca durante el periodo de desaparición de la madre”.
También, a quien oculte, deseche, incinere, sepulte, inhume, desintegre o destruya, total o parcialmente, restos de un ser humano o el cadáver de una persona, con el fin de ocultar la comisión de un delito, se le impondrá pena de 15 a 20 años de prisión, y de mil a mil 500 días de multa.
Se impondrá pena de dos a cinco años de prisión, de cien a trescientos días de multa, y la destitución o inhabilitación hasta por el mismo lapso de la pena de privación de la libertad impuesta para desempeñar cualquier cargo, empleo o comisión público, al servidor público que impida injustificadamente el acceso previamente autorizado a las autoridades competentes, encargadas de la búsqueda de personas desaparecidas.
En ese ámbito se aplicará una pena de dos a siete años de prisión, de 30 a 300 días de multa, y destitución a quien obstaculice dolosamente las acciones de búsqueda e investigación.
La operación de la Comisión Nacional de Búsqueda estará a cargo de un titular, nombrado o removido por el presidente de la República, a propuesta del secretario de Gobernación. Y para el nombramiento de este funcionario, la Secretaría de Gobernación estará obligada por la norma a organizar una consulta pública a los colectivos de víctimas, personas expertas y organizaciones de la sociedad civil especializadas en la materia.
FUENTE: LA JORNADA
AUTOR: ROBERTO GARDUÑO