Entre enero y marzo de este año, la economía en México creció a un ritmo de 2.6% con respecto al mismo trimestre de 2016, con cifras ajustadas por estacionalidad. Al hacer la comparación con el trimestre inmediato anterior, el país creció a 0.7% trimestral, indicó el #SemáforoEconómico.
Si el país lograra crecer a este mismo ritmo durante todo el año, el crecimiento anual podría alcanzar un valor de 2.7%. No obstante, el #SemáforoEconómico está en naranja, ya que el crecimiento fue inferior a la meta de la organización, 4.5% anual.
Finalmente, las actividades secundarias decrecieron 1.1% anual, con una especial caída en la minería de 10.7%, donde la extracción de petróleo y gas representa casi 80% de la minería del país. No obstante, también la construcción y la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas, decrecieron, en 0.4% y 0.3% anual respectivamente.
Dentro del sector secundario, la industria manufacturera –que representa casi 17% de la actividad económica nacional– fue la única con un desempeño económico favorable, al crecer 4.3% respecto al primer trimestre de 2016. Este ha sido el crecimiento más alto observado en esa industria desde 2014.
El sector primario, que comprende a la agricultura, pesca y caza, mostró una importante expansión, sin embargo, éste representa apenas un poco más de 3% de la actividad económica nacional. Por el contrario, las actividades terciarias, que desde 2015 han tenido un dinamismo importante, representan más de 60% del PIB.
En los últimos años, se le ha atribuido sustancialmente al sector petrolero la falta de un repunte en la actividad económica. A pesar de una fuerte demanda interna –con un crecimiento en el índice de consumo privado superior a 3% anual en el último año–, y de las reformas estructurales, el país no ha crecido a la velocidad que algunos esperaban.
Efectivamente, durante el primer trimestre de 2017 el crecimiento de del PIB sin tomar en cuenta la minería hubiera sido de 3.5% anual –por encima del 2.6% observado –. Sin embargo, no todo es el petróleo. El alto y sostenido crecimiento económico se da como consecuencia de políticas correctas y oportunas, desde la implementación de las reformas, hasta la inversión en capital físico y humano.
Ante la incertidumbre por las políticas implementadas por la nueva administración estadounidense, Hacienda realizó una revisión a la baja a principios de este año de 7 puntos porcentuales, a un nuevo rango de entre 1.3% y 2.3%.
Tras observar resultados favorables en las estadísticas nacionales, hace pocos días se decidió –por primera vez en 5 años– revisar al alza su pronóstico, a un rango de entre 1.5% y 2.5%.
Varios analistas privados han revisado también al alza sus expectativas de crecimiento para México. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional ha mantenido en 1.7% su pronóstico de crecimiento, argumentando que, a pesar de haber observado un dinamismo mejor al esperado en la economía durante el primer trimestre del año, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) podría generar incertidumbre y afectar la inversión.
Es muy pronto para saber el ritmo de crecimiento que tendrá la economía a lo largo de todo el año. La renegociación del TLCAN y la implementación de las reformas estructurales serán factores fundamentales que podrían definir no solo el crecimiento de 2017, sino el de varios años.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: REDACCIÓN.
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