Hace 20 años, la región era visitada por miles de personas que venían a pasear en las embarcaciones. Ahora, el lugar está seco y las tormentas de arena afectan la vida y la salud de las poblaciones aledañas.
En Michoacán, entre los municipios de Copándaro, Huandacareo, Chucándiro y Cuitzeo, se encuentra lo que queda del lago de Cuitzeo.
El paisaje se observa entre nubes de polvo y remolinos que ocasionan padecimientos gastrointestinales, respiratorios, cutáneos y oculares en los habitantes de los cuatro municipios. El nivel del agua de más de la mitad de su superficie no llega al metro de altura.
Según informa el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) el lago de Cuitzeo ha sido sometido a una “alteración extrema”, pues redujo su extensión, aumentó los niveles de salinidad y la proliferó la maleza acuática en la parte oriente. Este cambio comenzó a partir de la construcción de la autopista Morelia-Salamanca, la cual dividió al lago e impidió el paso de las aguas de la zona oriente.
Al ir de la Ciudad de México rumbo al estado de Michoacán ya no aparece el imponente lago ni se ven las barcas de otros tiempos. Si uno baja en autopista del estado de Guanajuato hacia la capital michoacana se puede apreciar cómo fue cortado por la mitad por la carretera.
FUENTE: DESINFORMÉMONOS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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