Alrededor de 700 guatemaltecos víctimas de un desplazamiento forzado en la comunidad de San Andrés, Petén, se encuentran en estado de emergencia “médico-humanitaria” en el municipio de Candelaria, Campeche, al presentar enfermedades gastrointestinales y cutáneas y estar alojados en 35 carpas “en mal estado y sin suficientes alimentos y medicinas”, luego de cruzar varios kilómetros de la selva para cruzar al lado mexicano, informaron organizaciones y colectivos.
Denunciaron que las autoridades federales del Instituto Nacional de Migración (INM) impiden a las personas acudir al poblado más próximo bajo amenaza de deportarles e intimidaciones, por lo que los guatemaltecos incluso temen asistir a los médicos para tratar a los niños, quienes son los principales enfermos.
Además, acusaron que el Comisionado del INM, Ardelio Vargas Fosado, al momento de que las organizaciones pidieron la debida atención de la situación, señaló que el gobierno mexicano no comprará problemas de extranjeros. “Suponemos una referencia a que la postura del gobierno federal será negar la condición de refugiadas para estas personas”, expresaron.
El pasado 2 de junio cerca de 700 personas de la comunidad de San Andrés en Laguna Larga, municipio de La Libertad en Petén, Guatemala, fueron desplazadas de manera forzada de sus tierras tras el anuncio de un desalojo masivo y el desplazamiento de más de mil efectivos de la Policía Nacional Civil (PNC) y del ejército de Guatemala.
Ante ello, las organizaciones pidieron a la sociedad civil en general donar víveres y artículos de primera necesidad que puedan ser trasladados al Albergue La 72 en Tenosique, Tabasco, desde donde se trasladarán al campamento donde se encuentran las familias desplazadas.
De la misma forma, pidieron a los gobiernos de México y Guatemala respeten a los compromisos y cumplan sus obligaciones en materia de asilo, refugio y protección internacional de acuerdo a los tratados y leyes en la materia.
AUTOR: REDACCIÓN.