Viernes 16 de Junio de 2017, una fecha histórica para la Escuela Normal Rural Mactumactzá. Llegaron 1172 aspirantes con la ilusión y la esperanza de formarse como maestro rural. Aunque para otros no tenga sentido del por qué se entregan tantas fichas (que no tienen ningún costo), si sólo entraran para este ciclo escolar 2017 – 2018, 120 matrículas.
La razón es la opción de estos jóvenes que vienen de poblaciones rurales que viven en situaciones paupérrimas, de extrema marginación en la búsqueda de una oportunidad de seguir estudiando. De sacar adelante a sus familiares. Según el INEGI en Chiapas, el 55 % vive en zonas rurales, de las cuales las zonas de lengua originaria predominante son el tzeltal, tzotzil, Chol y zoque.
Existen 1 141 499 personas mayores de cinco años que hablan una lengua originaria, que representa el 27 % de la población de la entidad chiapaneca.
En este sentido, los aspirantes tienen una travesía no muy alentadora. Salen de sus casas caminando de dos a tres horas para llegar a tomar el autobús que los traerá a la ciudad capital hasta llegar a la Normal. Vienen acompañados de sus padres, de sus hermanos, de un amigo o de algún egresado. Los que no pueden regresar el mismo día se quedan a dormir en un espacio que los alumnos de la Normal les proporcionan, además de darles desayuno y comida. Es toda una solidaridad y hermandad.
Estos aspirantes son de bajos recursos económicos, hijos de campesinos, obreros, jornaleros que no tienen la posibilidad de estudiar en una universidad pública, mucho menos en particulares. La mayoría de las veces, prestan dinero para viajar para la obtención de la ficha, apretando la economía familiar, porque bien hubiese servido para comprarle un par de sandalias al hermano o para la comida de la semana. Pero las familias hacen los esfuerzos para que sus hijos vayan con el anhelo de poder quedar.
No cabe duda, que el Estado depredador, sin humanismo, sin visión, más que servirles a los organismos internacionales con el afán de desaparecer por inanición a las Normales Rurales pensando que con las denotaciones que han sufrido, no habrá aspirantes que la solicitan.
Pensar que con cerrar Normales, desparecer 43 normalitas, o reducir matrículas, volverlas mixtas, tendrán que desaparecer. NO, por el contrario las necesidades en nuestro país de atender la Educación Rural es una necesidad que tiene que voltear las autoridades educativas. En vez de inventar programas como “Escuelas al Centro” que reducen las escuelas primarias rurales (unitarias, bidocentes, tridocentes) de alta marginación y hacer migraciones sin razón.
El hecho de seguir la ruta del nuevo modelo educativo con el pretexto de transformar las Normales, de modificar las licenciaturas en otras o bien de enterrarlas como lo está haciendo con las licenciaturas de educación especial que ésta es su última generación para todo el país. ¿Qué va a pasar en el siguiente ciclo escolar? ¿Cómo quedaría la Normal Superior o la de Educación física? ¿Qué tipo de cambios curriculares tienen para las Normales? ¿Por qué tanto hermetismo? Lo más seguro que el Estado no quiere ruido por las elecciones del 2018.
Los normalistas tienen que mostrar unidad, corazón, esfuerzo, organización y sobre todo esperanza. No desistir y resistir es el camino.
Fuente
INEGI. Censo de población y vivienda 2010
* Docente de la Escuela Normal Rural Mactumactzá.
Fuente: Pozol Colectivo
Autor: Redacción
http://www.pozol.org/?p=15437