La liberalización de la educación superior por parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) pone en riesgo la supervivencia de las universidades públicas nacionales, pues el objetivo es llevar a cabo la mercantilización global de la universidad con el mínimo de interferencia nacional; esto como parte de un modelo del ‘fascismo financiero’ que está sirviendo como criterio funcional para nuevas instituciones de regulación global, dijo el Maestro David Fernández Dávalos, Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México quien presentó su tercer informe de labores al frente de esta casa de estudios.
La proliferación de este fascismo financiero, una de las cinco manifestaciones del ‘fascismo social’ del que habla el Dr. Boaventura de Sousa Santos, uno de los grandes intelectuales de la sociedad en América Latina y Doctor Honoris Causa por la IBERO (que recibió en abril de este año), “constituye uno de los impactos más destructivos del capitalismo neoliberal en las relaciones sociales en la actualidad”, refirió el Maestro Fernández Dávalos en el mensaje que dirigió durante su Tercer Informe como Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
Los otros cuatro planos de ese ‘fascismo social’ son:
•Un fascismo del ‘apartheid social’; basado en la división cartográfica urbana en zonas civilizadas y zonas salvajes. Santa Fe es un ejemplo de esto, con su zona de corporativos y con el pueblo de Santa Fe; en este último domina la violencia del Estado represivo, policial, y la violencia dentro de los grupos excluidos. En el corporativo se fortalecen los derechos de la ciudadanía, que vive bajo la constante amenaza de las zonas salvajes y, para defenderse, transforma sus hogares en castillos neofeudales y enclaves fortificados, cuya lógica es la segregación urbana.
Esta división “da origen a una forma nueva de Estado paralelo: en las zonas civilizadas, el Estado actúa democráticamente como Estado protector, aunque muchas veces ineficaz o no confiable. En las zonas salvajes, el Estado actúa, en cambio, de manera fascista, como Estado persecutor, sin ninguna voluntad de acatamiento, incluso aparente, del derecho”.
•El ‘fascismo contractual’; que surge en situaciones en las que las diferencias de poder entre las partes de un contrato de derecho civil (laboral o mercantil) es de tal orden que la parte más débil es totalmente vulnerable, pues no tiene ninguna alternativa al contrato. Acepta las condiciones que le son impuestas por la parte más poderosa, por más onerosas o despóticas que sean.
•El ‘fascismo territorial’; existente cuando actores sociales con fuerte capital patrimonial le quitan al Estado el control del territorio donde actúan, o neutralizan ese control, cooperando o violentando las instituciones estatales y ejerciendo la regulación social sobre los habitantes del territorio sin la participación de éstos y en contra de sus intereses.
“Este tipo de mecanismos ha terminado con la propiedad comunal y ejidal de la tierra y le ha superpuesto un título de propiedad privada individual, con el consecuente aniquilamiento de las comunidades y pueblos originarios. Pienso en fenómenos como el land graving o las concesiones mineras que, en alianza con los narcos, sustraen el territorio al control del Estado mexicano”.
•El ‘fascismo de la inseguridad; que consiste en la manipulación discrecional de la inseguridad de las personas y grupos sociales vulnerables por la precariedad del trabajo, o por accidentes o acontecimientos desestabilizadores, produciéndoles elevados niveles de ansiedad y de inseguridad en el presente y frente al futuro.
FUENTE: DESINFORMÉMONOS/UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA.
LINK: https://desinformemonos.org/supervivencia-universidades-publicas-riesgo-rector-ibero/