El análisis, de académicos de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), calculó minuto a minuto cuántos pasos dieron más de 700.000 personas.
“El estudio es 1.000 veces mayor que cualquier análisis previo sobre movimiento humano”, dijo Scott Delp, uno de los académicos involucrados, especializado en bioingeniería.
Los investigadores usaron para el estudio la información anónima de los usuarios de la aplicación Argus, que monitorea la actividad de cada usuario.
En el estudio participaron individuos de más de un centenar de países, pero los investigadores solo centraron su análisis en las 46 naciones donde había más de mil usuarios, para que la muestra fuera representativa.
La media total de pasos diarios fue de 4.961. En la cima del ranking se encuentra Hong Kong, con 6.880 al día y a la cola está Indonesia, con solo 3.513. En medio están los únicos dos países de América Latina analizados: Chile, con 5.204 y México con 4.692. Por su parte España tiene una media de pasos de 5.936.
Pero más allá del detalle, los resultados del estudio, publicado en la revista especializada Nature, ofrecen una nueva e interesante perspectiva que podría ayudar a mejorar la salud de las poblaciones y en particular a combatir la obesidad.
“La desigualdad”, el indicador clave
La mayoría de los teléfonos inteligentes vienen con un acelerómetro de fábrica que puede potencialmente medir cuántos pasos da el usuario.
Pero más que la media nacional de pasos, el indicador que los autores creen que puede ser más útil para las autoridades de la salud es la “desigualdad de actividad“.
Se trata de un concepto similar al de la desigualdad económica o salarial, pero aplicado a la brecha entre el nivel de actividad del individuo más activo y el más sedentario.
Así, según los autores, cuanto mayor es la desigualdad en el nivel de actividad mayores son los niveles de obesidad en ese país.
¿Qué dicen los datos de los celulares sobre cada país?
“Por ejemplo, Suecia tiene una de las diferencias más pequeñas entre quienes son muy activos y quienes no. Y también tiene uno de los niveles de obesidad más bajos”, explica Tim Althoff, uno de los investigadores.
En el caso de Estados Unidos y México, ambos países tienen una media similar de pasos diarios, pero el primero tiene una desigualdad de actividad mayor, y también un mayor nivel de obesidad.
Los investigadores también descubrieron que el factor género es clave en los casos en que la desigualdad de actividad es alta.
Por ejemplo en los países con una gran desigualdad, como Estados Unidos y Arabia Saudita, son las mujeres las que son más inactivas.
Mientras que en países como Japón, que tiene una baja desigualdad y una baja obesidad, tanto hombres como mujeres hacían la misma cantidad de ejercicio.
Las dos leyes que ayudaron a Japón a tener uno de los índices de obesidad más bajos del mundo
“Cuando la desigualdad de actividad es más grande, la actividad de las mujeres se reduce mucho más drásticamente que la actividad de los hombres, y por tanto los niveles de obesidad pueden afectar más a las mujeres”, dijo Jure Lekovec, que también participó en el estudio.
¿Para qué sirven estos datos?
“El concepto debig data no es solo algo que tiene que ver con números, sino también con patrones que pueden explicar tendencias de salud importantes”, dijo Grace Peng, directora del Instituto Nacional de Imagen Biomédica y Bioingeniería.
El equipo de Stanford cree que los resultados de este estudio pueden ayudar a explicar los patrones globales de obesidad y a proveer nuevas ideas para combatirla.
Por ejemplo, un índice que puede ayudar a fomentar el ejercicio es el de cuán accesible es una ciudad para caminar.
Quizás no sorprenda a muchos pero los datos de los celulares confirmaron que efectivamente la gente camina más en las ciudades que son más accesibles para los peatones, como las estadounidenses Nueva York o San Francisco.
Y según los autores eso podría ayudar a diseñar barrios y urbes donde se promueve una mayor actividad física.
“La ciencia de datos puede ser una herramienta increíblemente poderosa”, dijo Peng.
La mayoría de los adultos en los países desarrollados ya tiene un celular inteligente y el número de conexiones con smartphone a nivel global se espera que alcance el 50% para 2020, así que los expertos creen que en el futuro los datos de este tipo de análisis serán aún más precisos.
FUENTE: ANIMAL POLITICO
AUTOR: BBC MUNDO