martes, 25 de julio de 2017

La Reforma Energética ofrecía un oasis al mexicano: combustibles baratos, más empleos; no fue así

Fue en la conmemoración de la expropiación petrolera, el 18 de marzo de 2013, que Enrique Peña Nieto explicó detalladamente su Reforma Energética, la principal de su paquete de reformas estructurales. Dijo, en aquellos días en los que todavía se celebraba la formación del Pacto por México, que sería como cuando Lázaro Cárdenas anunció la expropiación: una decisión que “cambió el rumbo del país y aceleró su desarrollo”. A cuatro años de distancia, algunas de las promesas que vinieron no sólo de Peña Nieto, sino también del Secretario de Hacienda, del de Energía y de senadores y diputados que la apoyaron, caminan gracias a otros actores; otras más se perfilan para verse materializadas hasta dentro de siete años y otras están en el naufragio, casi desde que fueron ofrecidas a la población. Y ya de cara al último año de la actual administración, lo que resulta una realidad es que el sector energético de México cambió y en el futuro tendrá que aferrarse a los puntos positivos que trajo la Reforma.

Desde los primeros días de Gobierno de Enrique Peña Nieto, la población fue bombardeada con promesas que buscaban la aprobación social de la Reforma Energética. En los eventos públicos se hablaba de ella y se pagaron millones en publicidad para convencer que sería sinónimo de modernidad para el país.

No sólo fue la Presidencia de la República, el discurso también lo tomó el entonces Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso, y el Secretario de Energía (Sener), Pedro Joaquín Codwell.


También senadores y diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Acción Nacional (PAN) y del Verde Ecologista de México (PVEM): Javier Lozano, David Penchyna [hoy Director del Infonavit], Raúl Cervantes Andrade [actualmente titular de la PGR), Arely Gómez [hoy al frente de la SFP], Carlos Romero Deschamps [líder, antes y después, del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros], Claudia Pavlovich [actualmente Gobernadora de Sonora], Omar Fayad [quien hoy funge como Gobernador de Hidalgo], Emilio Gamboa Patrón, Diva Gastélum, Ana Lilia Herrera Ansaldo, Roberto Gil Zuarth, Ernesto Cordero, Luisa María Calderón, Mariana Gómez del Campo, Ninfa Salinas Sada, entre otros.

Todos ellos hablaron de eficiencia, seguridad y sustentabilidad energética; de potenciar la industria nacional y de un aumento en la exploración y extracción de hidrocarburos. También prometieron una nueva era en la ética corporativa de Petróleos Mexicanos (Pemex) y que habría mayor eficiencia, honestidad, transparencia y rendición de cuentas.


Hubo de otra índole: bajarían los costos de la gasolina y de la electricidad, 500 mil nuevos empleos en el sector, mayor infraestructura, que no se tendría que recurrir a mayor endeudamiento público y que los índices de crecimiento serían positivos.
Especialistas consultados por SinEmbargo, coincidieron que de entrada, muchas de las promesas eran imposibles de cumplir, por lo que fue irresponsable hacerlas. Otras que parecen ir avanzando, ha sido gracias a los privados; las que tienen apuro, incluso por presiones internacionales no cuentan con una planeación y otras cuantas, podrían verse cumplidas hasta 2024.
“El hacer cierto tipo de promesas fue irresponsable desde un inicio porque no depende en gran medida de factores que pueda controlar la misma Secretaría de Energía, porque dependen de otros factores, como los precios del petróleo o del gas natural […] No se puede prometer algo que se sabe que no se podrá cumplir porque no depende de ti”, comentó en entrevista Alejandro Limón Portillo, analista del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).


“Ni siquiera hay un esquema programático, un proceso de planificación que permita al Gobierno federal, en el corto plazo, decir que habrá un impacto real en el crecimiento económico a partir de una inversión.

Para poder decir como país que se va a crecer cierto porcentaje a partir de una inversión productiva, necesitaríamos tener un modelo de predicción a corto plazo y en México no existe eso; un modelo da una serie de variables a partir de las cuales se establece cuáles son los impactos que se tienen según las inversiones, pero ellos dicen que la economía va a crecer como si lo vieran en una bola de cristal.

Todos los cálculos y las predicciones de crecimiento que ellos realizan son sobre la base de simples especulaciones, no tienen instrumental analítico para poder decir eso. Es completamente falso y así se planeó esta reforma”, agregó Alfredo Bravo Olivares, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

LAS PROMESAS

SinEmbargo enlistó 26 promesas hechas desde distintos frentes previo a la aprobación de la Reforma:

  1. Eficiencia energética (incrementar la productividad y producción. Un consumo más responsable e inteligente).
  2. Seguridad Energética (tener la capacidad y los recursos que garanticen el suministro)
  3. Sustentabilidad Energética.
  4. Pemex tendrá una nueva estructura organizacional (mejorar la toma de decisiones y las reglas del corporativo. Mayor eficiencia, honestidad, transparencia y rendición de cuentas).
  5. Se fomentará la ética corporativa y la responsabilidad social (que las operaciones procuren el desarrollo integral de las comunidades).
  6. Se promoverá el crecimiento verde (Pemex será eje de la lucha contra el cambio climático, desarrollará energías renovables y promoverá el ahorro de energía)
  7. Se potenciará la industria nacional (incendiará el desarrollo de cadenas de proveedores nacionales).
  8. Se fortalecerá la inversión y el desarrollo tecnológico (la empresa tendrá la capacidad de competir a nivel internacional).
  9. Orientar las inversiones (Pemex ayudará a mejorar el crecimiento nacional).
  10. Se ampliará la capacidad de ejecución de la industria de exploración y producción de hidrocarburos.
  11. Pemex será sinónimo de modernidad.
  12. La reforma asegurará el abasto suficiente de gasolina.
  13. Se explorará y se extraerá petróleo de las aguas profundas del Golfo.
  14. Bajarán los costos de luz y gas.
  15. Liberalización del mercado hasta 2020.
  16. 500 mil nuevos empleos en el sector.
  17. Transparentar el recurso que reciba el Estado por el combustible extraído a partir de nuevos contratos y decir cómo será utilizado.
  18. No recurrir a mayor endeudamiento público.
  19. Mayor infraestructura.
  20. Mayor oferta de electricidad.
  21. Se adquirirá la energía en bloque.
  22. CFE tendrá flexibilidad operativa.
  23. Transformación de México con crecimiento equitativo y elevado.
  24. Un nuevo régimen fiscal para Pemex (nuevo régimen de contribuciones. El Estado será dueño de la riqueza petrolera con visión de largo plazo y no como recaudador).
  25. Se incrementará la producción de crudo de 2.5 millones de barriles diarios a 3 millones para 2018.
  26. De Gas Natural, se pasará de 5 mil 700 millones pies cúbicos a 8 mil millones para 2018.

De acuerdo con Limón Portillo, varias de las promesas carecen incluso de información sobre cómo van a realizarse, “de eficiencia energética, no se entiende mucho, ni siquiera hay tanta información al respecto. Pero en términos de productividad lo que propone Peña Nieto para garantizar esto, no se entiende. Como los campos recientemente encontrados como el Sama y el campo enorme Trion o Amoca, que son las grandes promesas de la Reforma, van a dar frutos en 2021 aproximadamente, entonces ahorita realmente productividad no se ha visto; las reservas que se tienen también van en declive y todavía no hay mucha garantía de que vayan a rescatar la plataforma petrolera de México”.

Agregó que a mayo de 2017 la producción ha bajado 39 por ciento en comparación con 2005 y es algo que ni siquiera la Reforma Energética va a poder rescatar.

Sobre la capacidad de ejecución de exploración y producción en general y en aguas profundas del Golfo, explicó que sí se han visto resultados, como en la Ronda 1.4, “en este caso sí se logró el compromiso pero no por vía necesariamente del Estado, porque el gobierno no es el que está invirtiendo. Sí hay una parte de utilidad del gobierno y de inversión, pero es básicamente por esfuerzo de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) que es la responsable de diseñar los contratos”.
Criticó también que en exploración y producción, el presupuesto a esa empresa subsidiaria ha ido en declive y “no se puede hablar de mejor nivel de productividad si el dinero destinado a Pemex Exploración y Producción va a la baja […] la promesa de inversión y desarrollo tecnológico se pone en duda porque estos mismos compromisos van en contraste con la política pública, que es el presupuesto”. Eso mismo, dijo, ha ocurrido en el caso de la infraestructura.

Bravo Olivares insistió en la carencia de sustento teórico de las promesas, “ese es el pretexto que está detrás del argumento: a partir de la Reforma dan una apertura que venden ofreciendo una mayor eficiencia pero no hay nada que lo demuestre en ningún país. Siempre estos hechos se han traducido en un incremento de los precios, en costos más elevados a los consumidores finales y en el beneficio de unos cuantos sobre la base de las concesiones de los contratos”.

Sacó a tema el incremento de las tarifas de gasolina y de electricidad y el más de medio millón de empleos que se generarían en los primeros cuatro años de la reforma y que no está.

Finalmente, para el especialista del CIEP, una de las principales promesas incumplidas es la referente a la energía verde y sostuvo que el comportamiento de las autoridades en este sentido ha sido incongruente.
“Se tiene y se promulgó la Ley de Transición Energética en la que se han fijado objetivos a mediano y largo plazo, como que el 35 por ciento de la energía eléctrica generada en el 2024 provenga de fuentes renovables; para 2018, se supone que tiene que ser del 25 por ciento como punto intermedio y ahorita estamos en 20 por ciento, cinco puntos porcentuales debajo de la meta a solo cinco meses de llegar al objetivo”, dijo.

“Nos hemos quedado bastante cortos y lo que vemos es que no existe, a pesar de que ya está ese objetivo y que se tiene que estar alineado con el Acuerdo de París. No tenemos un plan fiscal ni legal. Está la Ley de Geotérmica, alguna otra nuclear, pero no hay un plan que diga cómo vamos a hacer la transición. Es un campo que hay que explotar demasiado. El gobierno mexicano debe hacer leyes porque no las hay, leyes de energía eólica, de energía solar, para lograr los objetivos que se acordaron. Es muy incongruente”, sostuvo.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: DANIELA BARRAGÁN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/24-07-2017/3266866