“Si existiera algún proyecto en ese sentido, el gobierno de la República sería el primero en oponerse”. De hecho, el país no se concibe sin un IMSS público como el que tenemos, señaló.
Con base en los resultados de este tipo de estudios se diseñaron las medidas para mejorar la calidad de la atención médica y, en esta ocasión, se midió de manera específica el impacto que han tenido en el ánimo de los pacientes. Entre otros indicadores está el tiempo de espera para pasar a la consulta, el cual pasó de 84 por ciento en 2016 a 86 por ciento en 2017.
En tanto, con los servicios de urgencias en hospitales de segundo nivel, 74 por ciento de los derechohabientes se dijeron satisfechos respecto de 72 que lo estuvieron en 2016. En los nosocomios de alta especialidad, el nivel de aprobación pasó de 84 a 87 por ciento.
Arriola Peñalosa resaltó la importancia de los datos, que hasta antes de 2009 no se tenían. Se desconocían las necesidades de los pacientes y ahora, con la información de la encuesta, es posible identificar las deficiencias para corregirlas, dijo.
FUENTE: LA JORNADA
AUTOR: ANGELES CRUZ MARTINEZ