El futuro para las personas mayores es verdaderamente desalentador, pues México no se está preparando de manera adecuada para enfrentar los retos de atender las necesidades básicas de alimentación, vivienda, salud y cuidados de casi 32.5 millones de personas que tendrán más de 60 años en 2050, según estimaciones oficiales.
Isalia Nava Bolaños, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la Universidad Nacional Autónoma de México, alertó que de no tomar acciones decididas desde ahora, en algunos años tendremos un país con población envejecida, enferma y en mayor pobreza.
En un comunicado con motivo del Día Nacional del Adulto Mayor, que se conmemora hoy, la experta destacó que, según cifras oficiales de 2014, alrededor de 35 por ciento de esa población vivía en pobreza moderada y casi 9 por ciento en pobreza extrema. Esto significa que 43.7 por ciento de personas de 60 años estaban en esa condición.
Nava Bolaños añadió que las tendencias hacia la informalidad y la formalidad precaria disminuyen las posibilidades de capitalización individual y se anticipa que las pensiones serán insuficientes para satisfacer las necesidades de esta población creciente.
Aseveró que si se revisan las condiciones actuales de las personas de edad avanzada se encontrarán varias deficiencias, como falta de seguridad económica. El panorama para las siguientes décadas es desalentador, en términos de mayor desprotección.
A partir de la encuesta intercensal se identificó que en 2015 había 119.5 millones de mexicanos, de los cuales 10.4 por ciento tenía más de 60 años (12.4 millones). Para 2050, con la estimación de 21.5 por ciento, habrá un aumento en términos absolutos y porcentuales, fenómeno que define el proceso de envejecimiento en el país.
Subrayó que debe considerarse la rapidez del fenómeno en el país, pues la cifra se elevó en sólo cuatro décadas, en comparación de Europa, donde tardaron dos siglos. Eso implica que no tendremos tiempo suficiente para prepararnos y enfrentar los retos para que esa población satisfaga sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, salud y cuidados.
Lo ideal sería que al llegar a esa edad se tenga una pensión que permita cubrir esas necesidades; sin embargo, en 2013 sólo 26 por ciento de los individuos de 60 años y más tenía pensión contributiva.
Aún más grave es la diferencia por sexo: 35 por ciento de varones y 18.5 por ciento de mujeres cuentan con esa protección, y más de la mitad de ellas tiene pensión por viudez, no porque hubieran participado en una actividad laboral.
FUENTE: LA JORNADA
AUTOR:JOSE ANTONIO ROMAN
LINK: http://www.jornada.unam.mx/2017/08/28/sociedad/033n2soc