El Presidente de Estados Unidos Donald Trump ha amenazado con retirar al país del acuerdo si no consigue lo que quiere en las renegociaciones.
Pero lo que Trump quiere _que se produzcan más autopartes en Estados Unidos y se otorguen más contratos gubernamentales a empresas estadounidenses, entre otras cosas_ probablemente sea inaceptable para los otros dos socios del TLCAN: México y Canadá.
La cuarta ronda de negociaciones del tratado comenzó el miércoles en Arlington, Virginia. Como señal de lo difícil que podrían ponerse las cosas, los países extendieron dos días más las negociaciones, hasta el martes.
“¿Qué es lo que el Gobierno va a hacer? ¿Serán pacientes y analizarán todo esto?”, cuestionó Phil Levy, alto miembro del Consejo de Chicago sobre Asuntos Mundiales. “¿O tomarán esto como pretexto para decir: ‘Tratamos de negociar pero no funcionó’? ¿Ahora necesitamos salirnos de esto?’”.
Salirse del tratado parece ser el escenario preferido de Trump. Durante su campaña presidencial en 2016, calificó al TLCAN como un desastre que acababa con los empleos estadounidenses. En una entrevista con la revista Forbes publicada el martes, el mandatario dijo: “Pienso que el TLCAN tendrá que rescindirse para que podamos hacer algo bueno. De otra forma, no creo que puedas negociar un buen acuerdo”.
Phil Levy piensa que la probabilidad de que el TLCAN sobreviva es de menos del 50 por ciento.
Terminar con el TLCAN sacudiría a todo el continente. Los granjeros estadounidenses dependen del mercado mexicano. Los fabricantes han construido complicadas cadenas de suministro que cruzan las fronteras de Norteamérica. Los consumidores se han visto beneficiados por los precios más bajos.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte eliminó la mayoría de las barreras comerciales en Estados Unidos, Canadá y México. Sin embargo, los críticos dicen que el tratado envió cientos de miles de empleos manufactureros a México, donde las compañías aprovecharon los bajos salarios.
Antes de que las renegociaciones comenzaran en agosto, muchos grupos empresariales y del sector agropecuario esperaban que el gobierno de Trump se conformara con ajustar el acuerdo comercial, actualizándolo _por ejemplo_ para reflejar el aumento del comercio electrónico. Pero el representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer afirmó desde el inicio que su país no estaría satisfecho con nada que no fuera una reforma integral.
Así que el gobierno estadounidense ha buscado garantizar más producción automotriz en su país y que más contratos gubernamentales en el bloque del TLCAN vayan a las empresas de Estados Unidos. También pretende que el tratado caduque a menos que los países acuerden actualizarlo cada pocos años, y descartar un proceso de resolución de disputas.
Tales propuestas son vistas por Canadá y México como suicidas.
Durante una visita a Washington el miércoles, el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau dijo a reporteros que cree que “es muy importante y muy posible conseguir un (acuerdo) ganar-ganar-ganar” en las renegociaciones del TLCAN.
Pero reconoció que “debemos estar listos para cualquier cosa, y lo estamos”.
Los negociadores están bajo presión para llegar a un acuerdo este año, antes de que las elecciones presidenciales en México y las elecciones generales en Estados Unidos incrementen la tensión política en 2018.
“El gobierno se impuso la tarea de hacer una revisión realmente radical y terminarla para Navidad”, dijo Levy, quien fue asesor comercial del presidente George W. Bush. “No me sorprende que el embajador Lighthizer no haya podido hallarle la cuadratura al círculo”, agregó.
Gary Hufbauer, del Instituto Peterson de Comercio Internacional, dijo que Trump “muy probablemente” tiene la autoridad legal de retirarse del TLCAN si las negociaciones colapsan. Pero el Congreso puede refutar la decisión. Los legisladores pueden aprobar una resolución para requerir que el presidente reciba autorización del Congreso antes de recurrir a la cláusula del tratado que permite que los países se retiren. También podrían amenazar con bloquear la agenda del presidente a menos de consiga aprobación del Congreso para retirarse.
Si Estados Unidos abandona el TLCAN, las barreras comerciales en Canadá y México podrían volver a colocarse. Algunos aranceles no subirían significativamente. Pero los aranceles sobre muchos productos agrícolas estadounidenses pueden subir hasta 37 por ciento en el caso del maíz, para poner un ejemplo, de acuerdo con Caroline Freund, del Instituto Peterson.
Por esa razón, muchos grupos agrícolas y legisladores de estados agrícolas han exhortado al gobierno a “no hacer daño” en las renegociaciones del TLCAN.
Daniel Ujczo, abogado comercial para la compañía Dickinson Wright PLLC, predijo que Canadá y México podrían pedir un tiempo muerto si Estados Unidos insiste en continuar con sus controvertidas propuestas.
“La estrategia tanto canadiense como mexicana será tomar una pausa”, dijo Ujczo, y “permitir que el proceso nacional estadounidense se desarrolle” para que los grupos empresariales y agrícolas, y muchos legisladores, alcen la voz para defender el tratado.
Los partidarios del TLCAN ya están alineándose. En un discurso el martes en la Ciudad de México, Thomas Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, prometió que “vamos a pelear hasta el final para proteger el acuerdo”.
FUENTE: SIN EMBARGO/AP.
AUTOR: PAUL WISEMAN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/11-10-2017/3327413