Chilpancingo, Gro. La Asociación de Periodistas del Estado de Guerrero (APEG) denunció que anoche el reportero del diario El Sur, Zacarías Cervantes, fue víctima de intimidación por parte de un grupo de sujetos que lo agredieron y lo despojaron de su teléfono celular.
Agregó que “así lo tuvieron durante 20 minutos. Sometido, nuestro compañero captó cómo uno de los hombres hablaba por teléfono. “¿Nos lo llevamos?”, lo escuchó preguntar. Zacarías Cervantes les dijo que no tenía dinero, pero que si querían se llevaran el auto. “Dile que no queremos su pinche dinero”. También los civiles revisaron su carro y su cartera. “Antes de irse, los atacantes dejaron sobre el asiento del copiloto un ejemplar del día del periódico El Sur, abierto justo en una página donde se publicó información del compañero (alusivo al asesinato del dirigente Ranferi Hernández Acevedo). Sin decir nada, le quitaron su celular y se fueron; las llaves las dejaron pegadas al auto”.
“Es evidente que la agresión en contra de nuestro compañero no se trata de un asalto, sino de un acto de intimidación premeditado, planeado desde el poder para silenciarlo.
El gremio periodístico de Guerrero vive otro momento ominoso propiciado por este gobierno ineficaz para brindar seguridad a la ciudadanía”, precisó el comunicado.
La APEG, demandó al gobierno de Héctor Astudillo Flores “investigue esta agresión que es un claro hecho de intimidación. Lo hacemos conscientes de que poco hará para resolverlo, como ha ocurrido con otros casos, como los asesinatos de los compañeros Francisco Beltrán y Cecilio Pineda, ocurridos en estos dos años de su administración.
Responsabilizamos a Héctor Astudillo de cualquier agresión o amenaza que sufra nuestro compañero Zacarías Cervantes y le exigimos un alto a las agresiones contra reporteros y reporteras, y respeto absoluto a la libertad de expresión”.
Hace unos cuatro meses, durante dos ocasiones, Zacarías Cervantes junto con otros reporteros fueron intimidados cuando acudieron a cubrir diversos conflictos en la mina Media Luna, ubicada en el poblado de Río Balsas, municipio de Copala.
En una ocasión, civiles dispararon sus armas, y en la otra unos 25 civiles armados los rodearon y tomaron fotos de sus credenciales advirtiéndoles que ya no regresaran al lugar.
FUENTE: LA JORNADA
AUTOR: SERGIO OCAMPO ARISTA