La masacre del pasado jueves en Temixco, Morelos, no se trató de un enfrentamiento entre policías y delincuentes– como se manejó en la versión oficial–, sino de una ejecución de elementos del Mando Único contra cuatro mujeres, un adolescente y una bebé de dos meses.
De acuerdo con nuevos testimonios de vecinos, nunca hubo involucrado un grupo delictivo en los hechos y todo indica que se trató de una ejecución extrajudicial. Ni las cuatro mujeres, ni el adolescente y mucho menos el menor significaban una amenaza para los agentes, que habrían realizado tiros de gracia, de acuerdo con la nueva información dada a conocer.
El Gobierno de Morelos, a cargo de Graco Ramírez Abreu, tardó más de 12 horas en dar información “oficial” sobre este hecho, que se habría derivado, dijo, de un operativo policial que fue dirigido hacia una “célula delictiva dedicada al secuestro”.
El supuesto enfrentamiento, indicaron los primeros reportes, habría dejado seis muertos y dos heridos, sin precisar edades ni identidad.
“Las agresiones del grupo delictivo subió de tono y se tuvo que actuar, un elemento policiaco un compañero nuestro recibo un impacto de bala en el chaleco balístico y otro en el escudo de metal que se te utiliza para este tipo de intervenciones”, justificó el Gobierno de Morelos en su cuenta de Twitter.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del pasado jueves en la colonia Rubén Jaramillo. De acuerdo con el testimonio de la pareja de una de las víctimas, policías irrumpieron en un domicilio ubicado en la calle Francisco I Madero gritando que si los adultos no salían, “matarían a todos”.
Fueron los vecinos quienes reportaron a las autoridades sobre una balacera al interior de la casa. “No dejaron que nadie más pasara hasta que terminaron con la familia”, dijo el novio de una víctima.
Familiar de Abatidos en #Temixco Da su Versión de los Hechos Acontecidos Esta Madrugada. pic.twitter.com/kOlfAlVSjo— PuntoPorPuntoTV (@PuntoPorPuntoTV) 1 de diciembre de 2017
Las familias confirmaron que los cuerpos de cuatro mujeres, un menor de 13 años y una bebé de dos meses presentaban un impacto de bala en la cabeza (el llamado “tiro de gracia”). Pero el comisionado estatal de Seguridad, Jesús Alberto Capella Ibarra, dijo que “lamentablemente perdieron la vida en medio del fuego cruzado”.
Después de la masacre, siete personas fueron arrestadas no sólo por supuestamente pertenecer a una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), también se les acusó de matar a la familia. Unas horas después, tres de ellos fueron liberados luego de que un juez de control determinara que la detención fue ilegal.
Entre los detenidos estaba un menor de edad, y todos, de acuerdo con la defensa legal, fueron detenidos en sus casas mientras dormían, contrario a lo que señalaron los elementos policiacos. En esos dos domicilios los uniformados irrumpieron violentamente amagando a mujeres y niños, según las declaraciones.
Vecinos y familias acusaron a los uniformados de hurtar dinero, objetos de valor e incluso vehículos de los detenidos. Esto fue exhibido en videos presentados por los equipos de defensa de los afectados.
Los otros cuatro permanecen en prisión preventiva por “intento de homicidio” en agravio de ocho policías.
De acuerdo con el Comisionado de Seguridad, al menos seis de sus elementos fueron puestos a disposición del Ministerio Público. Durante la audiencia, una jueza ordenó a la Fiscalía de Morelos iniciar una investigación contra los uniformados que participaron en las detenciones y operativos de ese día. Sin embargo, hasta el momento ninguno de ellos ha sido detenido.
Pese a tener una investigación pendiente con sus agentes implicados, el jefe policiaco fue visto el pasado sábado en una celebración realizada en un hotel de la capital del estado.
El multihomicidio ha causado fuerte indignación entre la población morelense, que exigió este fin de semana castigar a los responsables y separar de su cargo a Capella Ibarra, pues la liberación de prácticamente la mitad de los detenidos confirma una serie de erratas de los agentes que participaron.
La noche de este domingo, dos mantas fueron colocadas en distintos puntos del estado para exigir al Gobierno de Graco Ramírez investigar la ejecución de las cuatro mujeres y los dos menores.
Una de las mantas fue colocada en el puente del tianguis de Temixco, y la otra, en la glorieta de la colonia Rubén Jaramillo, donde ocurrió la matanza. En ellas se muestran las fotos de los cadáveres de las seis víctimas y se da el nombre de la comandante que dirigió el operativo.
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/04-12-2017/3358941