Ashley Malixi Miranda Pérez estudiaba derecho en Poza Rica. Anhelaba concluir su carrera, sin embargo alguien “le cortó las alas”. Apenas tenía 20 años el 14 de diciembre del 2017, fecha en la que, tras permanecer cinco días reportada como desaparecida, fue localizada sin vida y maniatada en un paraje veracruzano.
El 9 de diciembre, Silvia Adriana Pérez Sierra, madre de la víctima, tenía que dar un curso a una hora de distancia de Poza Rica. A las 09:30 horas emprendió el viaje, pero olvidó una parte del material y tuvo que volver a casa. Ashley la esperó y se lo entregó. Sería la última vez que hablarían.
“Nos despedimos. Lloré porque se me estaban olvidando las cosas. Y ella me abrazó mucho y me dio muchos besos. Era la última vez que ella me iba a abrazar, que me iba a decir que me amaba. Yo la abracé sin saber que era una despedida”, relata Silvia a SinEmbargo.
Ashley se preparó. Vistió pantalón de mezclilla y suéter blanco. Acudió al Centro de Estudios Superiores del Norte de Veracruz (CESUNV), donde tomaba clases. Regresaría a su hogar, como siempre, pero al atardecer dejó de atender mensajes y llamadas en su celular.
Silvia concluyó su jornada y al volver a casa fue notificada de la ausencia de respuestas de su hija. Entonces se trasladó, junto a un amigo de la joven, a las instalaciones del colegio. No había nadie. Ashley no estaba en el lugar.
“Le hablamos a sus compañeros, a sus amigos. Estábamos desesperados. Le hablé a mis familiares. Empecé a preguntar por ella por Facebook, por si alguien la había visto. Se me hizo fácil sacar copias a un costado de la Universidad, poner su imagen y dar mi teléfono. Pregunté en un paradero de taxis cercano. Nadie la había visto”, detalla la madre.
“EL VIAJE MÁS LARGO DE MI VIDA”
A las 21 horas del 9 de diciembre, la mamá de Miranda Pérez levantó la denuncia ante la Fiscalía de Poza Rica. Entre preguntas (incluida la de si su hija tenía novio) pasó la noche. Las autoridades le entregaron fichas y comenzó a repartirlas en hospitales, con policías…
Para el domingo ya había manifestaciones en las calles. “Señor Gobernador (Miguel Ángel Yunes Linares), exigimos que aparezca Ashley Malixi”, decía una de las pancartas. Integrantes de organizaciones de desaparecidos en Veracruz mostraron su respaldo a la familia de la joven. El rostro circuló en redes sociales, pero no hubo respuestas hasta el jueves 14 de diciembre.
“Fue muy trágico. En la marcha del miércoles una persona del Gobierno se acercó y me concedió una cita en la Secretaría de Gobernación del Estado de Veracruz, y yo me presenté (el jueves 14) para solicitar el apoyo para mi hija. Yo me fui a Jalapa ese día. Estuve en el Palacio de Gobierno. Posteriormente estuvimos en la Fiscalía del Estado…Y ya de regreso escuché que habían encontrado unas bolsas negras. Yo ya no quise escuchar. Me faltaba el aire…
“Yo tenía la esperanza de que mi hija estaba bien. Salimos de Jalapa como a las 18:30 o 19:00 horas…Me metí a Facebook y pude ver que habían encontrado un cuerpo con las características de mi hija. Le pregunté a mi familia y sólo me decían que no. Me preguntaban que por dónde venía, que todo estaba bien, que no era mi hija…Y fue el viaje más largo que pude haber hecho”, describe Silvia Adriana.
ASHLEY
En la última fotografía que Ashley compartió en Facebook se le ve contemplando un paisaje junto a una de sus amigas. Tranquila, sentada a la sombra. Así era ella, cuenta su mamá:
“Ashley era un niña muy ilusionada. Estaba saliendo con una persona que la animaba, que la consentía. Yo veía a mi hija feliz. Le gustaba mucho arreglarse. Le gustaba mucho ponerse muy guapa, muy bella. Era muy inteligente. Era una muchacha que no se metía con nadie.
Le gustaba servir a la gente. Le gustaba organizarse con sus amigas. Iban y ayudaban a la gente humilde, a la gente que estaba en los hospitales. Dejaban sandwiches, comida. Regalaba ropa, regalaba juguetes. Eso era lo que ella hacía, era una buena persona. Siempre se preocupaba por los demás. Lo que ella tenía, lo daba”.
La alegría y las bromas caracterizaban a la joven. Decía que un día iba a casarse y tener hijos. Se esforzaba por terminar su carrera, pero “le cortaron sus alas, le cortaron sus ilusiones. Cortaron su vida cruelmente”.
“YO SÉ QUE NO DUERMEN”
Pobladores de la comunidad de Cerro Grande Escolín, en el municipio de Papantla, localizaron el cuerpo maniatado de Ashley en un área cubierta de hierva y ramas. Dieron aviso a las autoridades veracruzanas, quienes acordonaron la zona, iniciaron con las investigaciones y trasladaron a la víctima al Servicio México Forense (Semefo), donde fue identificada.
Al momento del corte de este texto, ya en 2018, no hay reporte de detenidos por el caso de Ashley.
“Me la arrebataron. Parte de mi vida me quitaron. Es realmente muy triste. Una cosa muy amarga que a nadie se le desea, nadie merece esta situación. Nadie, nadie… No es fácil esta realidad que estoy viviendo. Es muy difícil aun teniendo conocimiento del Evangelio. Es realmente muy triste. Una cosa muy amarga que a nadie se le desea, nadie merece esta situación. Nadie, nadie… La justicia caerá sobre esas personas. Si no es la de la tierra, será la de Dios. De esa justicia nadie se va a escapar. Es mi esperanza. Ya no tengo a mi hija…
“Mucha gente ha perdido a su familia. Yo sé que no duermen porque así yo lo viví. Yo pasé la angustia de saber cómo estaba. No perdamos la fe porque podemos encontrarlos. Yo encontré a mi hija, no como yo quería, pero la encontré. Yo agradezco a todas las personas que se han preocupado por esta situación. Hubo miles de personas que me han ayudado, que me han apoyado con sus oraciones”, dijo Silvia, quien tuvo que pasar el fin e inicio de año sin su hija.
De enero a noviembre del 2017, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) reportó 2 mil 218 casos de homicidios (mil 520 clasificados como dolosos) en la entidad gobernada por Yunes Linares.
A pesar de la Alerta de Género, el diario Plumas Libres informó que hasta el 26 de diciembre del 2017, la cifra anual de feminicidios en el estado había alcanzado los 202 casos.
Fuente: Sin Embargo
Autor: Carlos Vargas Sepúlveda
http://www.sinembargo.mx/06-01-2018/3370398