Hay que recordar que miembros de esa agrupación se comprometieron en noviembre de 2016 a reducir su producción de crudo en 1.2 millones de barriles por día, en interés de eliminar el exceso de existencias mundiales y reequilibrar la oferta y la demanda.
Varios países que no pertenecen a la OPEP, incluida Rusia, se unieron luego al pacto, prometiendo un recorte adicional de casi 600 mil barriles por día. El acuerdo se implementó en enero de 2017 y los recortes finalizarían en marzo de 2018.
Estoy satisfecho de anunciar la decisión unánime y solemne de extender nuestro pacto, manifestaba el 30 de noviembre último en Viena el ministro de Petróleo de Arabia Saudita y actual presidente de turno de la OPEP, Jalid al Falih.
Éste argumentó acerca de tal decisión -ya esperada- que su objetivo es reducir el volumen de los inventarios a niveles normales, con metas que serán claramente definidas.
Precisó al respecto la de mermar, en no menos de 150 millones de barriles de crudo, la cantidad por debajo de los niveles actuales de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, que agrupa a más de 20 naciones industrializadas, entre las que se hallan importantes importadores.
Las empresas energéticas han seguido muy de cerca durante 2017 la evolución del cumplimiento del pacto, conscientes del rol de la OPEP en el mercado petrolero.
Si bien la cotización del también llamado oro negro mejoró tras la entrada en vigor del acuerdo en enero, permaneció durante varios meses estancada en el entorno de los 43-52 dólares el barril, hasta que a mediados de año comenzó a recuperarse.
Según analistas en esta reanimación, además del pacto de la OPEP y la fuerte actividad especulativa, influyeron positivamente, entre otros, el aumento de la demanda global de crudo, el conflicto militar en Siria y otros países, y la inestabilidad en la producción de Libia y Nigeria por problemas internos.
En noviembre, el Brent del Mar del Norte escaló 3.6 por ciento, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) subió 5.6 puntos, apoyados en la actividad de los operadores, concentrada en el aumento de los precios anticipando los recortes más allá de marzo de 2018.
Algunos expertos estiman que lo más probable en lo adelante, al menos hasta junio próximo, es que los precios del petróleo oscilen en los niveles actuales.
Actualmente el barril de Brent ronda los 63 dólares, la canasta de la OPEP permanece en el entorno de los 60, mientras el petróleo Intermedio de Texas se sitúa en los 57 dólares el tonel. Sin embargo, otros analistas valoran la posibilidad de que trepen hasta los 70 dólares el barril.
Por ejemplo, la experta rusa Ekaterina Grushevenko, del Centro de Energía de Skolkovo, declaró que el cumplimiento del convenio OPEP y países fuera del bloque podría hacer subir los precios del oro negro en 2018 hasta los 70 dólares el barril.
La especialista declaró que si se conserva la tendencia de los últimos meses, se refuerza la demanda y los países de la OPEP mantienen el cumplimiento del acuerdo, los precios pueden subir el año próximo.
Grushevenko enfatizó que todo depende, en gran medida, del nivel de cumplimiento del recorte del bombeo.
En cambio, el director de la firma Idemitsu Kosan, Kiyoshi Homma, estima que es probable que las cotizaciones oscilen alrededor de los niveles actuales hasta junio próximo, cuando las existencias se optimicen mediante los recortes de producción.
Otros expertos concuerdan en que se mantendrá la volatilidad que ha caracterizado el mercado en 2017, la cual dependerá en grado significativo, como hasta ahora, de la producción de petróleo no convencional en Estados Unidos. Esta se incrementó en unos 5 millones de barriles en los últimos cinco años y amenaza con elevarse mucho más.
Algunos empresarios y voceros del Departamento de Energía de ese país afirman incluso que Estados Unidos podría dominar el mercado del oro negro en la venidera década.
Fuerte especulación
Durante 2017, la actividad especulativa en el mercado petrolero pasó a planos superiores, y ha estado signada fundamentalmente por el interés de esa potencia económica, de impedir el ascenso de los precios de dicho combustible.
Este último es la fuente principal de ingresos de muchos países, entre ellos de Venezuela, cuyo gobierno se ha visto amenazado en más de una ocasión por la actual administración estadounidense.
No es fortuito que se sucedan constantes noticias dirigidas a presionar las cotizaciones a la baja, algunas relacionadas con los planes de expansión del petróleo no convencional estadounidense, y otras con el incremento del número de plataformas petrolíferas en ese país.
También figuran frecuentes informes de la Agencia Internacional que advierten de un descenso de la demanda o de excesiva oferta de inventarios globales de crudo, datos que presionan los precios a la baja.
Al margen de la actividad especulativa, la mayoría de los especialistas coincide en que la tendencia al alza del precio continuará en corto plazo, siempre que la OPEP, Rusia y otros países integrantes del pacto se mantengan vigilantes en la evolución del mercado y firmes en el pacto.
FUENTE: CONTRALINEA
AUTOR: PRENSA LATINA