Durante el 2017 se encontraron 10 mil 363 oleoductos perforados, un 51 por ciento más que los 6 mil 873 hallados en 2016, según datos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Además, a dos meses de que se liberalizó el precio de la gasolina el incremento en el robo de combustible repercutirá en el costo para los consumidores mexicanos, al tiempo que es un factor que ha desincentivado la inversión privada, sobre todo en el sector de la refinería.
En entrevista para EconomíaHoy.mx, José Luis de la Cruz, director del Instituto de Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), indicó que el robo de combustible genera una distorsión en el precio que se fija.
Los costos logísticos de la producción y distribución de combustibles se encarecen bajo un escenario de inseguridad constante, costos que primero recaen sobre Pemex, al ser el único productor y proveedor de gasolinas en el país (pese a la entrada de nuevos jugadores al sector) para luego recaer sobre los propietarios de las gasolineras y finalmente sobre los consumidores.
“En la gasolina se tiene un muy buen ejemplo de cómo la liberalización de los precios puede enfrentar desafíos no previstos cuando no se cumple el Estado de derecho ya que el incremento en el robo de combustibles termina distorsionando los precios e impactado los bolsillos de los consumidores finales”, advirtió de la Cruz.A pesar de que son 10 mil 363 los oleoductos identificados, se cree que muchos otros siguen operando clandestinamente, extrayendo gasolina y otros combustibles que se venden ilegalmente o a través de gasolineras establecidas a un precio mucho menor al del mercado formal. Un negocio redondo, si se toma en cuenta que solo durante 2017 los mexicanos vieron a las gasolinas encarecerse un 17 por ciento.
Mientras que en la Ciudad de México el litro de gasolina Magna promedia los 18 pesos y la Premium 20 pesos, en Puebla se puede comprar el mismo combustible por entre 7 y 11 pesos el litro, de acuerdo con datos de la Secretaría General de Gobierno de esa entidad.
Cifras de Pemex indican que el alcance de los ladrones de combustible, mejor conocidos como huachicoleros, ha crecido exponencialmente, hasta hace cinco años se encontraron mil 635 extracciones ilegales y estaban centrados principalmente en cuatro estados (Guanajuato, Puebla, Veracruz y Jalisco), pero actualmente tienen presencia en la mayoría de las entidades.
TAMBIÉN GOLPEA INVERSIÓN EN REFINERÍAS
Al respecto, Alejandro Limón Portillo, especialista en temas de Energía y Finanzas públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) destacó que durante los últimos cinco años la refinación nacional se ha reducido en un 36 por ciento, misma que se está sustituyendo con un incremento de importación de combustible del 40 por ciento.
Indicó que el tema del huachicol está muy relacionado con el sector de la refinación, transporte y logística de hidrocarburos. “Al cierre del 2017 la refinerías de Pemex operaban al 51 por ciento de su capacidad. El sector de la refinería está mandando muchísimas señales de que se necesita inversión, pero nadie las está tomando porque por el tema del ‘huachicol'”, explicó el investigador.La dinámica de libre mercado en la que entró la industria gasolinera enfrenta el desequilibrio adicional de un desplome de 24 por ciento en la producción de crudo en los últimos 5 años, ante una demanda constante de combustibles por parte de la población. De acuerdo con Pemex, los mexicanos consumieron 125 mil millones de litros diarios de gasolinas en 2017.
“Tenemos una menor producción de crudo, una menor refinación, una mayor importación que nos está llevando a que el precio de los combustibles sea mayor. Esto contradice los objetivos de la liberalización de los precios de la gasolina que en un inicio era que se dieran precios más bajos”, afirmó Limón Portillo.
A penas, en diciembre pasado se realizó el primer contrato con Mitsui, una empresa de origen japones, para desarrollar y operar una planta coquizadora de su refinería más grande ubicada en Tula, fuera de eso no se tiene ninguna otra inversión en el sector.
Por su parte, José Luis de la Cruz detalló que el hecho de que el ‘huachicol’ esté a un costo más bajo es un desincentivo para la inversión que se pretende tener en el sector de las gasolineras.
COMPETENCIA DESLEAL
De la Cruz detalló que otro de los problemas del robo de combustible es que además de representar pérdidas de dinero que dañan las finanzas públicas también representa una competencia desleal para quienes están invirtiendo en el sector de las gasolineras, porque el hurto de combustible al final del día regresa al mercado mexicano y vuelve con una oferta de menor precio.
“No cumplir con el Estado de derecho puede motivar que una medida que busca liberalizar los precios y que lleguen más baratos a la sociedad, no cumpla su objetivo porque la inseguridad y el crimen organizado distorsionan estas medidas de política económica”, advirtió.FUENTE: SIN EMBARGO/ECONOMÍAHOY.
AUTOR: REDACCIÓN/LAURA QUINTERO, ANA GABRIELA JIMÉNEZ.
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