Durante el gobierno de Felipe Calderón, Pemex se asoció de formas desventajosas con Braskem, filial de Odebrecht. Al evaluar la cuenta pública de 2016, la Auditoría Superior de la Federación encontró un contrato plagado de desventajas para la petrolera mexicana y de enormes ventajas para la compradora brasileña, como multas muy disparejas por incumplimiento y la construcción de un ducto especial, así como de un servicio de transporte que beneficia a Braskem pero paga Pemex. Todo ello, debido a que las autoridades mexicanas mintieron sobre su capacidad de producción.
Tan sólo en 2016, Pemex perdió casi 2 mil millones de pesos, dejó sin etano a sus plantas procesadoras y actualmente compra en el extranjero parte de la materia prima que está obligada a entregar por 20 años a la empresa brasileña. Todo gracias a que el gobierno de Felipe Calderón mintió a la hora de firmar el “contrato de suministro de etano” con Idesa-Braskem, una de las filiales de Marcelo Odebrecht, en febrero de 2010.
Ocho años después aflora el desastre económico en que se convirtió el contrato entre Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB, hoy Pemex Transformación Industrial) e Idesa-Braskem.
Al daño financiero hay que sumarle el costo de construcción de un ducto especial que rebasó 6 mil millones de pesos. Pero además un barco arrendado por Pemex va de regreso a Houston, Estados Unidos, luego de entregar 4 mil toneladas de etano que el gobierno compró para abastecer a Odebrecht.
Hasta el momento se desconoce el precio que se pagó a la empresa por disponer del buque Bow-Guardian, de bandera maltesa. Proceso corroboró su llegada a Coatzacoalcos y su posterior salida del puerto de Tampico.
El 19 de febrero de 2010, Cleatho de Paiva Leite Filho, por parte de Braskem (filial de Odebrecht), José Luis Uriegas Uriegas por Grupo Idesa y los funcionarios de Pemex Armando Arenas Briones, Víctor Domínguez Cuéllar y Airton Beretta firmaron el contrato por 20 años donde la empresa mexicana se comprometió a vender 66 mil barriles diarios de gas etano.
Éste es la materia prima para producir polietilenos, que a su vez son la base para generar diversos artículos de plástico.
El gobierno mexicano planeó que los centros procesadores de gas de Ciudad Pemex, Nuevo Pemex, Cactus y el complejo Petroquímico Cangrejera surtieran a la filial de Odebrecht. Pero Pemex tiene contratos para abastecer de etano a Pemex Petroquímica y a Petroquímica Mexicana de Vinilo.
En el primer borrador del contrato, la petrolera estableció que quien ganara el contrato para el suministro de etano construiría un ducto de 226 kilómetros para hacer llegar la materia prima al llamado “complejo Etileno XXI”.
Sin embargo, los inversionistas se negaron. En julio de 2008, cuando aún se discutía lo que incluiría todo el proyecto, Pemex decidió construir el ducto por su cuenta. Para 2009, la lista de 29 inversionistas interesados se redujo a dos: Braskem e Idesa, quienes se quedaron con el contrato, ya desventajoso para la empresa del Estado.
Al revisar la cuenta pública de 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) tuvo acceso al contrato, el cual establece que Pemex entregará a Braskem el etano “de las reservas de gas natural de Pemex o de cualquier otra fuente”. Desde entonces se pensaba licitar proyectos de exploración para obtener gas.
Un punto importante en el documento es que el vendedor, Pemex, “pagará todos los costos relacionados con el transporte de etano hasta el punto de entrega… los costos relacionados con los gasoductos…y todas las demás inversiones requeridas”.
A especialistas, como la química y legisladora de Morena Rocío Nahle, les escandaliza especialmente una cláusula, que especifica: si Pemex no entrega la cuota establecida, durante los dos trimestres subsiguientes “deberá pagar al comprador (Odebrecht) una suma por daños, perjuicios y pérdidas equivalentes al 200% del precio promedio del etano”.
El único beneficio para Pemex es que existe un tope anual por multas a pagar, esto es, no podrá rebasar de 300 millones de dólares.
Y si para Pemex la multa se eleva hasta un exorbitante 200% por incumplimiento, para Odebrecht la sanción es laxa. Si no compra todo lo que se comprometió, “deberá pagar al vendedor una suma por daños y perjuicios y pérdidas equivalentes a 30% del precio promedio del etano”.
Braskem debió arrancar el complejo el 1 de julio de 2015, pero se retrasó en la construcción y finalmente empezó hasta marzo de 2016, lo cual motivó que Pemex lo multara por no comprar el etano al que se había comprometido, pero con un porcentaje muy bajo.
En 2016 Pemex no entregó todo lo que debió y, en consecuencia, le pagó a la filial de la brasileña 283 millones de pesos.
Un ducto para Odebrecht
El 17 de septiembre de 2012 el gobierno mexicano construyó un ducto para Odebrecht. De acuerdo con los datos de la ASF, la obra costó 6 mil 110 millones 758 mil pesos, aunque los cálculos iniciales lo cotizaron en 4 mil 571 millones.
Pero además Pemex firmó un “contrato de servicios de transporte de etano” vigente durante 20 años y seis meses por mil 346 millones 400 mil dólares al año. Es decir, Pemex paga por llevar el etano que le vende a la filial de Odebrecht.
La ASF encontró otras graves irregularidades en esa relación comercial. Por ejemplo, detectó que en 2015 Pemex pagó 431 millones de pesos por transporte de etano “a pesar de que no se transportó etano al complejo Etileno XXI”. Adicionalmente, en enero y febrero tampoco se transportó esa materia prima pero Pemex pagó 238 millones de pesos, en números cerrados. Al final, se pagó por un servicio que nunca se realizó:
“Se realizaron pagos por servicios no prestados por 668,986.4 miles de pesos, debido a que aun cuando el etanoducto se encontraba en condiciones de prestar el servicio de transporte, desde enero de 2015, el ‘comprador’ no inició operaciones del complejo Etileno XXI, sino hasta marzo de 2016”, se indica en la auditoría.
En suma, tan sólo en 2016, el año de arranque del complejo Etileno XXI, no se generó “valor económico ni rentabilidad” para Pemex, lo cual contraviene la Ley de Petróleos Mexicanos.
La ASF sumó el costo de producción de las ventas de etano y el servicio de transporte del etano a las instalaciones del complejo Etileno XXI y le restó lo que Braskem le pagó a Pemex. El resultado fue una pérdida de mil 935 millones 88 mil pesos para la petrolera mexicana.
Etano importado
Cuando PGPB, hoy Pemex Transformación Industrial, elaboró el proyecto de venta de etano, aseguró que el abasto por 20 años estaba asegurado. Pero no fue así.
Acuerdos del consejo de administración de Pemex revelan una “baja disponibilidad de materia prima”. En otras palabras, México no tiene suficiente etano para cumplir el contrato con Braskem, que fija multas exorbitantes por incumplimiento, pero tampoco puede cubrir totalmente las necesidades de las propias plantas de Pemex.
De acuerdo con el acta de la sesión del 10 de abril de 2017, al exponer la situación de Pemex Etileno en 2016, el director “llamó la atención de los consejeros sobre la baja disponibilidad de materia prima, ya que la proyección que a esa fecha se tenía para el resto del año, llevaría a Pemex Etileno, si las cosas seguían como hasta ese momento, a una situación crítica, donde no se podría continuar operando los dos crackers (plantas que convierten el etano en etileno y derivados)”.
Más adelante, el acta establece que, “debido a la baja disponibilidad de materia prima (en 2016), las plantas habían estado operando a muy baja carga, absorbiendo costos fijos muy altos”.
El 30 de junio de 2017, cuando se hizo un reporte de las bajas ventas de los productos de Pemex, se reiteró la preocupación por la falta de materia prima, incluso se habló de la competencia negativa que generaba Braskem-Idesa (los dueños del complejo Etileno XXI):
“En relación con los precios, se identificó una estrategia agresiva de precios por parte de los competidores que modificó el mercado en México, en particular de Braskem-Idesa con los polietilenos, que había ido reduciendo el precio significativamente y dejando a Pemex Etileno con un precio mayor al de su competencia.”
En junio de 2017 se reveló también que la Dirección Operativa de Procura y Abastecimiento de Pemex trabajaba ya en un proyecto “de almacenamiento de etano”. Ya se estaba imponiendo la decisión de importar la materia prima.
Al respecto, la ASF estableció en su revisión de la cuenta de 2016 que Pemex debe suministrar 66 mil barriles diarios a Braskem durante 20 años pero, si continúan los altos costos, la falta de materia prima y el pago por el servicio del transporte, “la operación de la venta de etano al complejo Etileno XXI continuará siendo deficitaria para Pemex” durante el periodo que resta del contrato.
Cuando se discutía el proyecto de Etileno XXI, en agosto de 2008, Pemex aseguró “la oferta de gas en el sureste del país excedía de los volúmenes requeridos de etano que demanda Pemex y el propio Etileno XXI”; que ese gas provendría también “de áreas de exploración nuevas fuera de las tradicionales de la producción del sureste del país”, pero que de no concretarse esto “se deberá asegurar que las áreas tradicionales suministren el gas para producir 141.0 MBD de etano” que demandaría “el proyecto y la propia Pemex”.
El 13 de octubre de 2010 un consejero de Pemex señaló que “en el proyecto Etileno XXI hay un alto riesgo, pues el abastecimiento de etano se basa en el descubrimiento de reservas nuevas”.
Se requerían 141.0 MBD de etano para abastecer a Etileno XXI y a Pemex, pero “el déficit de etano desde 2016 ya era de 26.5 MBD”.
En el reporte de Pemex se consigna que sólo se podrá cumplir hasta 2024 la cuota para Braskem y que entre 2025 y 2032 sólo se entregarían de 19 a 57 MBD de los 66 convenidos.
La ASF reclamó que se firmara ese contrato aun cuando en la administración de Felipe Calderón Pemex no estaba en condiciones de cumplirlo. Ya en el sexenio de Peña Nieto, la petrolera mexicana adquirió casi 5 mil toneladas de la materia prima a una empresa estadunidense a fin de cumplir su compromiso y evitar más multas.
El capitán Rafael Canseco Méndez, encargado de la superintendencia de marina del recinto de la Terminal Logística Pajaritos, dijo el 14 de diciembre pasado que “está proyectado importar crudo, amoniaco y un programa de etano, que llegará la próxima semana”.
Un mes después, el 12 de enero, el buque Bow-Guardian, arrendado por Pemex, llegó a la terminal de pajaritos con las 4 mil 800 toneladas de etano.
El jueves 22, el navío estaba en el puerto de Altamira y a las 10 de la noche del viernes ya iba de regreso a Houston, según el reporte de Marine Traffic. El Bow-Guardian tiene bandera de Malta pero se desconoce a cuál empresa le compró Pemex el etano y a qué precio, para seguir beneficiando a la filial de Odebrecht y surtir a sus plantas de producción de polietilenos.
FUENTE: PROCESO
AUTOR: JESUSA CERVANTES